Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

martes, 21 de julio de 2015

Desarrolle el aprendizaje tutorial en el aula




Acompañar el proceso de aprendizaje con el método tutorial ofrece ventajas interesantes para los estudiantes. Con una buena planificación, tutor y tutoriado enriquecen su aprendizaje con las sesiones de trabajo. Un estudiante aventajado puede ser parte de la tutoría.

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La clase tutorial conlleva un valor de negatividad. Tradicionalmente se ha visto que el refuerzo tutorial está direccionado a aquellos estudiantes que presentan dificultades en el comportamiento o aprendizaje. Por ello, para muchos, lo tutorial es sinónimo de castigo.

La profesora María Celia Aguado busca revertir esta imagen y mostrar los efectos positivos que plantea este método. De acuerdo a su informe, la tutoría “es un método de enseñanza por medio del cual un estudiante o grupo de estudiantes reciben educación personalizada e individualizada de parte de un profesor”.


La palabra tutor proviene del latín y se refiere a protector. El tutor, desde esta visión etimológica, se convierte en el mentor o acompañante del proceso de aprendizaje de un estudiante o grupo. Como expresa Aguado, la tradición escolar sugería que los estudiantes con dificultades de aprendizaje fueran asignados a procesos especiales de tutoría. Esta situación genera la sensación de frustración o fracaso en el estudiante; una desventaja en cualquier proceso de motivación.

Aguado revela en su estudio que la acción de protector de un tutor se debe a la función de orientación que debe hacer para controlar los niveles de estrés y ansiedad que presentan los estudiantes inmersos en procesos de tutorías.

Revertir esta idea de las tutorías remediales como sistema de nivelación o castigo es importante para recuperar la dinámica como una propuesta de aprendizaje. La idea del tutorial se presente como una alternativa educativa para potenciar la formación integral del estudiante desde una visión humanista. El diálogo distendido permite al estudiante experimentar un mejor desempeño en el aprendizaje.

La tutoría como práctica docente no suple a la docencia frente al grupo, sino que la complementa y la enriquece. La tutoría como instrumento de cambio podrá reforzar los programas de apoyo Integral a los estudiantes en el campo académico, cultural y de desarrollo humano.



Diversos estudios sobre los beneficios de las tutorías resaltan el aporte positivo que generan tanto para el estudiante que recibe la tutoría como para aquel que asume el papel de tutor. Es interesante este aspecto de beneficio mutuo porque permite al docente organizar grupos de trabajo en el aula y distribuir funciones claras entre los estudiantes. Los más aventajados se convierten en tutores de sus compañeros. Esta práctica se desempeña de manera informal en múltiples relaciones escolares. Darle un orden y sistematizarla bajo unos objetivos ayudará al docente a ganar en eficiencia.

Este trabajo, con una buena planificación de objetivos y metodologías, permite experimentar nuevas sensaciones a los protagonistas de las dinámicas tutoriales.
El estudiante  que asume el papel de tutor desarrolla nuevas competencias que le permiten apropiarse del conocimiento. Debe proyectar la labor de enseñanza y prever las dificultades que encontrará el compañero. Desde el lenguaje hasta las limitaciones de comprensión deben ser resueltas mediante la tutoría entre pares.

El poeta romano Quinto Ennio consideraba que “aquel que presta su tea para que otros enciendan las suyas, ilumina a los demás, sin  por ello perder su propia luz”. Algo así ocurre con las tutorías, pues quien pretende dar luz a un compañero, es quien más aprendizaje adsorbe.

La dinámica de la tutoría se planifica en un margen de tiempo moderado. La sesión debe ser agradable y tiene que evitar la fatiga en los participantes. La clave de una buena tutoría radica en la relación y diálogo cordial entre tutor y tutoriado. La seguridad que transmite el tutor resulta fundamental para motivar al estudiante a superarse en el aprendizaje.


FASES DE PLANIFICACIÓN DEL TRABAJO TUTORIAL

1. Fase de organización (entrenamiento de los tutores), los tutores obtienen una visión de los ámbitos del aprendizaje. Son iniciados en su rol y son entrenados por docentes para mejorar sus capacidades y habilidades didácticas;

2. Fase de preparación, en ella continúan mejorando las respectivas capacidades o habilidades (aprendizaje) de manera intensa, sea en forma independiente o sea apoyado por docentes;

3- Fase de planificación, los tutores ordenan su conocimiento con el propósito de enseñarlo, preparan preguntas y objeciones, se anticipan a
las dificultades de aprendizaje de los estudiantes y, dado el caso, preparan materiales de enseñanza, y de ejercicios;

4. Fase de interacción, los tutores y estudiante examinan (experimentan) los contenido del aprendizaje (en un sentido amplio) y en este proceso los tutores utilizan una gama de estrategias de aprendizaje muy diferentes;

5. Fase de valoración (utilización), en ella especialmente los docentes o “supervisores” especiales —a los que están subordinados los tutores— evalúan las actividades de aprendizaje de los tutores (ya sea solo o junto a los alumnos apoyados), discuten la experiencia de enseñanza, su éxito para lograr los aprendizajes esperados o, también, sus dificultades de aprendizaje.




BENEFICIOS DEL APRENDIZAJE TUTORIAL
María Celia Aguado plantea la conexión necesaria que deben tener los aprendizajes dentro del aula con las dinámicas tutoriales. De acuerdo a su investigación, y rescatando aportes planteados por psicopedagogos, el aprendizaje tutorial aporta:

 1-Mayor cantidad de práctica o ejercitación
 2-Más actividades y  en mayor variedad
3-Ayuda más individualizada
 4-Más preguntas formuladas
 5-Vocabulario más simple
 6-Más “modelado” y demostraciones
 7-Mayor cantidad de ejemplos específicos y  relevantes
 8-Más esclarecimiento de los errores de comprensión
 9-Mayor cantidad de indicios sugerentes  y de auto-corrección.
10-Más retroalimentación y recompensas, en el tiempo apropiado
11-Más experiencias para elaborar generalizaciones
12-Mayor toma de conciencia de lo que se aprende (metacognición)
13-Mayor auto-regulación y dominio del proceso de aprendizaje. 



Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"

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