La
UNESCO ha impulsado una ambiciosa reflexión sobre el futuro de la educación.
Frente a un mundo cambiante, es necesario entender de otra manera la educación.
Con anterioridad, la UNESCO ya ha propuesto dos revisiones mundiales que han
generado tendencia educativa: Aprender a
ser: la educación del futuro (Informe Faure, 1972) y La educación encierra un tesoro (Informe Delors, 1996).
Los
procesos de cambio a nivel mundial han traído situaciones complejas y
contradictorias. Ante este panorama, la educación este en tensión, debe
adecuarse a las nuevas pautas de convivencia. El punto de partida que inspira
esta reflexión parte de la visión global de la nueva realidad mundial. La
concepción humanista que se impone en las políticas sociales también debe definir
las acciones educativas. Esta visión humanista se refleja “en el respeto a la
vida y a la dignidad humana, la igualdad de derechos, la justicia social, la
diversidad cultural, la solidaridad internacional y la responsabilidad
compartida de un futuro sostenible” afirma el documento en su prólogo. Una
completa declaración de intenciones que traza los ejes trasversales de la
convivencia social y educativa.
Los
anteriores documentos de reflexión sobre educación (informe Faure e informe Delors) pusieron el énfasis en la educación
permanente “a lo largo de toda la vida”, una educación que prepara a la
población ante los retos que se avecinaban.
En
contexto mundial ha experimentado transformaciones profundas que nos introducen
en una “nueva coyuntura histórica, con nuevas oportunidades de aprendizaje y
desarrollo humano”. La sociedad actual se sustenta en relaciones de
interconexión e interdependencia más firmes.
La
intensificación de un mundo globalizado ha provocado una brecha en el acceso a
las oportunidades: educación de calidad, derechos básicos, pobreza marginal,
acceso a trabajos dignos y estables. Otros aspectos como el terrorismo, la
intolerancia religiosa, la violencia vinculada a las drogas y el tráfico de
personas han tejido peligrosas redes a nivel mundial, redes que superar
ampliamente las políticas de defensa y seguridad que deben proteger a los
ciudadanos.
Las
tecnologías y el internet también han aportado notoriamente para profundizar la
intervención de la población en asuntos de la gestión pública (tanto a nivel
local como nacional). También se percibe una mayor movilidad humana dentro de
márgenes de solidaridad y receptividad más abiertos.
La
educación está llamada a adaptarse a este contexto social renovado. No sólo con
la propuesta de nuevas prácticas educativas, sino con “nuevos puntos de vista
que reconsideren la finalidad de la educación y la organización del
aprendizaje”.
EL
DESARROLLO SOSTENIBLE: UNA PREOCUPACIÓN ESENCIAL
¿Para
qué sirve la educación? Nos hemos acostumbrado tanto a los procesos educativos
regulares que hoy se sienten como parte de un proceso natural, una etapa del
crecimiento humano. Es necesario recordar cuál es la función social de la
educación.
“La
finalidad de la educación está en relación con un desarrollo humano y social
sostenible” afirma el trabajo de la UNESCO. Reclama una educación integrada con
el cotidiano vivir de estudiantes y familias.
La
permanente innovación tecnológica ha tejido un mundo interconectado e
interdependiente. Paralelamente a esta conectividad mundial, se detectan
diversas tensiones sociales que no acompañan este sentido globalizador. El
contexto actual muestra una brecha abierta entre “lo
mundial y lo local, lo universal y lo particular; la tradición y la modernidad;
lo espiritual y lo material; las consideraciones a largo y a corto plazo; la
necesidad de competir y el ideal de la igualdad de oportunidades; y la
expansión del conocimiento y nuestra capacidad para asimilarlo”. Siete
tensiones que nutren la dinámica de transformaciones sociales.
Desarrollo y crecimiento no son
necesariamente sinónimos. Si bien la concepción más economicista trata de
justificar el desarrollo a través de los indicadores de rentabilidad
económicos, es importante resaltar el factor humano y social que envuelve el
desarrollo sostenible. Las complejidades del mundo moderno reflejan cuatro ejes
de tensión prioritarios: una desigualdad económica en aumento, un estrés
ecológico, el incremento de la intolerancia y la violencia; y el estancamiento
en materia de derechos humanos.
De manera alarmante, el informe Replantear la educación: ¿hacia un bien
común mundial? considera que la “extensión de los estilos de vida y modelos
de consumo y producción de la clase media, tienen un efecto negativo en el
medio ambiente y en el cambio climático, y agravan el riesgo de catástrofes
naturales en el mundo entero”.
Otros “males” se gestan en este mundo
de la transformación. La población aumenta exponencialmente y requiere mayor
cantidad de alimentos y recursos para mantener su nivel de vida; las áreas
poblacionales urbanas pronto supondrán el 50% de la población mundial: y ésta
será una población envejecida; la fragmentación social se establecerá en torno
al trabajo asalariado y el trabajo precario sin garantías sociales. “Las
desigualdades extremas son fuente de tensiones sociales y un catalizador
potencial de la inestabilidad política y los conflictos violentos” vaticina el
informe de la UNESCO.
En los últimos años, las políticas de
integración mundial han puesto en énfasis en el acceso a la tecnología. La
creciente interconexión que permiten las tecnologías se acompaña de un acceso a
un mayor volumen de información y conocimiento. Se piensa, con bastante razón,
que esta interdependencia permitirá un desarrollo más sostenible y solidario
entre los pueblos. En paralelo, también es real el incremento de actitudes violentas
y racistas que se manifiesta a través de estas redes.
Finalmente, se analiza el papel social
de la mujer. Los riesgos que padecen las mujeres en los contextos actuales son
numerosos. Todavía queda mucho por lograr para conseguir la ansiada equidad de
género. En la actualidad, sólo el 20% de la representación política a nivel
mundial está en manos de las mujeres. Este desequilibrio se extiende a otros
campos como el sector laboral y educativo.
NUEVOS HORIZONTES DEL CONOCIMIENTO
“La
conectividad digital puede aportar muchos beneficios en materia de salud,
educación, comunicación, ocio y bienestar”. El acceso creciente a internet es
notorio. Actualmente, más de un 40% de la población mantiene una conectividad
digital permanente. Además, destaca el informe, el 70% de las conexiones
telefónicas móviles a internet se registra en los países del sur. El acceso
masivo permite una puerta abierta para fortalecer la participación en igualdad
de condiciones, tanto en los procesos educativos como en aquellos de índole
político-participativa.
Un
dato relevante es expuesto por el secretario general para la juventud, Chernor
Bah, para quien “los más de mil millones de jóvenes con edades comprendidas
entre los 15 y los 24 años que hay hoy en el mundo son la generación más informada,
activa, conectada y móvil que ha existido nunca”.
A
raíz de esta incidencia de la juventud en el acceso al mundo digital, la UNESCO
recomienda a los educadores que “en este nuevo mundo cibernético, están
obligados a preparar mejor a las nuevas generaciones de ‘nativos digitales’40,
para que puedan hacer frente las dimensiones éticas y sociales no sólo de las
tecnologías digitales existentes, sino de las que están aún por inventar”.
Junto
al fortalecimiento de una conectividad digital útil, también se propone el
desarrollo de actitudes que alienten al diálogo respetuoso ante la diversidad
cultural que nos rodea. “El futuro de la educación y el desarrollo en el mundo
de hoy necesita que prospere el diálogo entre cosmovisiones distintas con el objetivo
de integrar sistemas de conocimiento originados en realidades diferentes y
crear nuestro patrimonio común”, afirma.
El
propósito central de una educación enfocada en el desarrollo sostenible se
enmarca en la educación inclusiva, que ayude a superar las desigualdades y
limitar las tensiones sociales. En palabras de C. Power, “la educación se
convierte en el motor del desarrollo sostenible y la clave de un mundo mejor”.
REAFIRMAR
UNA VISIÓN HUMANISTA
Se
ha escrito mucho sobre el paradigma humanista que debe alumbrar los procesos
educativos. Tras superar el conductismo, el constructivismo se ha visto
reformulado y mejorado con este paradigma nuevo. Ahora, hablamos de una
formación más humana e integral. Al referirnos a este nuevo paradigma educativo
planteamos “aumentar la dignidad, la capacidad y el bienestar de la persona
humana en relación con los demás y la naturaleza”.
La
visión humanista reafirma los principios éticos universales que sustentan la
convivencia social y, por tanto, la organización educativa. Se habla de
paradigma desde el momento en que involucra directamente procesos de
aprendizaje. De este modo, se supera la función utilitaria de la escuela en
favor de procesos que alienten la inclusión y el desarrollo sostenible para
todos.
El informe de la UNESCO ”Replantear la educación: ¿hacia un bien
común mundial? considera que “la
educación no conlleva únicamente la adquisición de aptitudes, sino también la
de los valores de respeto a la vida y a la dignidad humana necesarios para que
reine la armonía social en un mundo caracterizado por la diversidad”.
La
educación aliada a la formación de valores involucra la idea del aprendizaje a
lo largo de la vida, un aprendizaje que integra las dimensiones sociales,
culturales y económicas. Este planteamiento de educación humanista integral ya
ha sido propuesto anteriormente por Martin Buber y Paulo Freire. Se reactiva en
esta coyuntura ante la necesidad de recuperar los valores y principios humanos.
La sociedad del consumo había fortificado un modelo individualista de
desarrollo, un modelo que priorizaba los réditos económicos y dividía a la
sociedad.
Es
hora, reclama el informe de la UNESCO de recuperar los valores que construyen
sociedad: “el respeto a la vida y a la dignidad
humana, la igualdad de derechos y la justicia social, la diversidad cultural y
social, y el sentido sentimiento de la solidaridad humana y la responsabilidad
compartida de nuestro futuro común”. Concreta una educación transformadora
orientada a consolidar un futuro sostenible para todos.
Con
anterioridad, en el informe Delors (La
educación encierra un tesoro, 1996) se mencionaban los 4 pilares de la
educación humanista.
·
Aprender
a conocer: un conocimiento general amplio con
posibilidad de profundizar en un pequeño número de materias.
·
Aprender
a hacer: no limitarse a la adquisición de
aptitudes para el trabajo, sino también de la competencia necesaria para
afrontar numerosas situaciones y trabajar en equipo.
·
Aprender
a ser: desarrollar la propia personalidad y
ser capaz de actuar cada vez con más autonomía, juicio y responsabilidad
personal.
·
Aprender
a vivir juntos: desarrollando la
comprensión del otro y el aprecio de la interdependencia.
Estos
pilares han servido de guía para las políticas educativas y planes de estudio
elaborados en muchos países. No se descarta, plantea el informe de la UNESCO,
una revisión propositiva de estos pilares desde una perspectiva centrada en la
sostenibilidad.
El
aprendizaje de estos pilares de sustenta en el dominio de las competencias.
Frente al sistema tradicional que valida las aptitudes, el sistema educativo
con visión humanista plantea la competencia como meta alcanzable.
Se entiende que una
competencia permite utilizar el conocimiento y dota de empoderamiento a la
persona. Adquiere la capacidad de adecuarse y resolver situaciones de la vida
en diversos contextos y ante diferentes circunstancias. La competencia conlleva
responsabilidad y creatividad “para
encontrar soluciones y establecer nuevos vínculos con los demás”. Se trata de
acceder a la información y procesarla de modo crítico.
NIVELES DE
COMPETENCIAS
El Informe de seguimiento de la EPT en el
mundo 2012 propone
un enfoque útil de los distintos tipos de competencias en relación con el
mundo del trabajo. Determina los tres tipos principales de capacidades que
necesitan los jóvenes – fundamentales, transferibles, y técnicas y
profesionales – y los contextos en los que se pueden adquirir:
·
Competencias fundamentales: En su nivel más elemental, son la
alfabetización y los conocimientos numéricos básicos necesarios para
conseguir un trabajo con un salario suficiente para atender las necesidades
cotidianas. Estos fundamentos son también un requisito previo para proseguir
la educación y la formación, y adquirir competencias transferibles y
competencias técnicas y profesionales.
·
Competencias transferibles: Para encontrar y conservar un trabajo
hacen falta diversas competencias que se puedan transferir y adaptar a
distintas necesidades y entornos laborales. Las competencias transferibles
comprenden analizar problemas y dar con las soluciones adecuadas, comunicar
eficazmente ideas e información, ser creativo, mostrar dotes de mando y
atención, y demostrar capacidad de emprender.
Hasta cierto punto, estas competencias se adquieren fuera del
entorno escolar, pero la educación y la formación pueden contribuir a seguir
desarrollándolas.
·
Competencias técnicas y profesionales: Muchos trabajos requieren conocimientos
técnicos específicos, ya sea para cultivar hortalizas, utilizar una máquina
de coser, poner ladrillos o vigas, o trabajar en un ordenador en una oficina.
Estas competencias pueden adquirirse por medio de programas de colocación
conectados con la enseñanza secundaria y la enseñanza técnica y profesional,
o bien mediante la formación en el empleo, sin olvidar los tradicionales
periodos de aprendizaje ni las cooperativas agrícolas.
Fuente: UNESCO. 2012. Juventud y habilidades: Poner la
educación a trabajar. Informe de seguimiento de la EPT en el mundo 2012. París, UNESCO.
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EDUCACIÓN
INCLUSIVA
La
ampliación del derecho a la educación básica se había establecido como uno de
los objetivos del milenio. Desde el año 2000 en adelante, se han conseguido
interesantes logros en este campo. Aun así, actualmente son “250 millones de niños no saben leer, escribir o contar como
es debido”. El alcance de la educación sigue manifestando algunas desigualdades
entre países y, dentro de cada país, entre el área rural y urbana.
Es notable el logro alcanzado en la
inclusión educativa de las mujeres. En los niveles primarios, salvo algunas
zonas de oriente medio y el áfrica subsahariana, el índice de inclusión es
parejo. El acceso a la formación universitaria también se ha identificado como
un logro de la inclusión educativa que muchos países han impulsado.
La transformación de la educación ha
ido más allá de los indicadores de acceso. Se han profundizado los métodos,
contenidos y espacios de aprendizaje.
El sistema educativo postindustrial se
centró en la formación de recursos humanos capacitados de forma masificada, una
capacitación pensada para atender las necesidades de producción. La
incorporación de las tecnologías digitales y la posibilidad de acceder a
diversas fuentes de conocimiento a través de los dispositivos móviles auspicia
un panorama nuevo. La escuela se mantiene como el primer espacio de aprendizaje
y socialización, fundamento de los pilares aprender
a ser y aprender a vivir.
La expansión digital fomenta las redes
de aprendizaje. La escuela se complementa con otros espacios de aprendizaje
válidos para la educación formal, no formal e informal.
“Al
establecer sinergias entre la educación formal y las instituciones de
capacitación y otras experiencias al respecto, el contexto actual de
transformación del panorama de la educación brinda la oportunidad de
reconciliar todos los espacios de aprendizaje, así como también nuevas
oportunidades de experimentación e innovación” recalca el informe de la UNESCO.
La
aparición de estas tecnologías móviles ha alterado notoriamente la naturaleza
de los procesos educativos. El aprendizaje es más personal, informal y ubicuo.
Gracias a los esfuerzos por reducir los costos de los soportes móviles, resultan
más accesibles estos dispositivos. “Son la clave para una educación equitativa
y de calidad para todos” resalta el estudio. Ciertamente, una vez garantizado
el acceso a los dispositivos móviles de aprendizaje se logra superar
circunstancias endémicas que limitaban la educación para todos: se llega a
áreas remotas con el mismo nivel de calidad que a los centros urbanos, facilita
la alfabetización útil, no requiere inversiones económicas exageradas.
La
extensión de este sistema de formación permanente ha integrado también la
educación universitaria. A través de los Cursos En línea Masivos y Abiertos
(MOOC por sus siglas en inglés) las universidades ofertan cursos variados al
alcance de todos.
El
docente se adecua a este panorama de oportunidades. Su papel fundamental
consiste en guiar al estudiante por el laberinto del conocimiento, es un
acompañante en el aprendizaje.
En
referencia al trabajo de los docentes, el informe describe la compleja
situación que los envuelve. La capacitación docente no siempre es equivalente a
la responsabilidad que asumen, la remuneración que reciben dista mucho de ser
digna y adolecen de una autonomía necesaria para su función.
El
reto que se propone para los docentes parte de un trabajo inclusivo con la
comunidad educativa (padres y estudiantes) y con el entorno social (tolerancia
cultural y respeto al medioambiente). “La misión y la carrera de los profesores
deben remodelarse y reconsiderarse continuamente a la luz de las nuevas
exigencias y los nuevos desafíos de la educación en un mundo globalizado”.
EL
EXPERIMENTO DEL ‘AGUJERO EN LA PARED’
El Dr. Sugata Mitra, Científico Jefe de la
NIIT, es el inventor del experimento del ‘agujero en la pared’. Ya en 1982
planteaba la idea de un aprendizaje sin supervisión y con ordenadores.
Finalmente, en 1999, el equipo del Dr. Mitra practicó un ‘agujero en la
pared’ que separaba los locales de la NIIT de la barriada pobre de Kalkaji
(Nueva Delhi). Por ese agujero se tenía acceso al uso gratuito de un
ordenador.
El ordenador tuvo un éxito fulminante entre
los moradores de la barriada, sobre todo los niños, que, sin tener la menor
experiencia previa, aprendieron a utilizarlo solos. Surgió así esta
hipótesis: cualquier grupo de niños puede adquirir habilidades informáticas
básicas por medio del aprendizaje fortuito, siempre que tengan acceso a un
servicio informático adecuado, con un contenido ameno y motivador, y alguna
mínima orientación (humana).
Alentados por el éxito del experimento de
Kalkaji, se instalaron ordenadores de acceso gratuito en Shivpuri (una ciudad
de Madhya Pradesh) y Madantusi (un pueblo de Uttar Pradesh). Se dio a estos experimentos
el nombre del ‘agujero en la pared’. Los resultados obtenidos en Shivpuri y
Madantusi confirmaron los de los experimentos de Kalkaji. En ambos lugares se
observó que los niños adquirían por sí solos habilidades informáticas. Esta
nueva forma de aprendizaje se conoce como ‘Educación Mínimamente Invasora’.
Desde que comenzó en 1999, el experimento
del agujero en la pared ha pasado de contar con un solo ordenador en Kalkaji,
Nueva Delhi, a más de un centenar distribuidos por distintos lugares, incluso
algunos sumamente remotos e inaccesibles, de la India y el extranjero,
concretamente Bhután, Camboya y la República Centroafricana.
Nota: NIIT Limited es una empresa india con
sede en Gurgaon (India), que gestiona varias instituciones con fines de lucro
de la educación superior.
Fuente: Adaptado de:
www.hole-in-the-wall.com [Consultado en febrero de 2015]
|
Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"
Una producción de la Casa Editorial Bienaventuranzas