Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

jueves, 14 de septiembre de 2017

NOELIA GARELLA, UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN: “SOÑABA CON SER MAESTRA”



A simple vista, parece una historia normal. Noelia Garella, una joven argentina, soñaba desde niña con trabajar en un jardín de infancia. Durante cinco años se formó en el Instituto Superior del Profesorado Dr. Antonio Sobral con el entusiasmo de concretar ese sueño. Nunca se rindió. Lo especial de esta historia es que Noelia ha sido la primera.

Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".  
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 


La vida de la familia Garella está marcada por la lucha constante en favor de la inclusión. Noelia es una joven con síndrome de Down. Sus padres, Delfor y Mercedes, han tratado siempre de acompañar sus metas y mostrarle que, con entrega y esfuerzo, se pueden conseguir los sueños.

“De chiquita me gustó maestra jardinera – relata Noelia –porque amo a los chicos. Les dije a mis papás que me gustaba y empecé a estudiar”. Contaba con el apoyo de sus padres, pero debía superar los muros que una sociedad que mantiene reparos ante la diferencia. En 2007 se graduó de maestra preescolar en el Instituto Superior del Profesorado Dr. Antonio Sobral, en su natal Córdoba. 

Tuvo que esperar cinco años para conseguir un trabajo en educación. Durante ese periodo de tiempo escuchó muchos argumentos que ponían en duda su capacidad profesional. Aun así, no se rindió. Ser maestra era su sueño y persistir en ello el camino. El Jardín Maternal Municipal Capullitos le permitió, en 2012, encargarse del programa de estimulación temprana a la lectura.


Años después, con 31 años y una experiencia profesional acumulada, 
“Noe” como la llaman los niños, trabaja como profesora para los niños de 
dos años en el Jardín Infantil Jeromito, también en Córdoba. Se ha convertido
en la primera profesora con Síndrome de Down en Argentina. 
Una historia de sueños, constancia e inclusión.

EN EL AULA




Noelia Garella es una profesora que ama su trabajo. Cada jornada se prepara para ofrecer a sus estudiantes un día excepcional. Describe la labor de aula que desarrolla: “leemos un cuento, luego escuchamos una música y después dibujamos. La literatura es importante para que cuando lleguen a ser grandes, los chicos aprendan a ser bien fuertes y bien educados” resume brevemente.
 
La directora del centro, Susana Zerdan califica a “Noe” como una excelente profesora además de una buena compañera de trabajo. Destaca las cualidades de Noelia al afirmar que posee esa capacidad amorosa, franca para proponer las cosas, con la alegría y las ganas que tiene. “Nos llega a todos”, sentencia la directora, que también reconoce que ese cariño se extiende a los padres de familia, quienes se emocionan por la entrega y atención que dedica a sus hijos.

El ambiente de escolar en el que convive se ha convertido en un apoyo sustancial para el desempeño de “Noe”. “Con mis compañeras realmente me llevo muy bien. La directora es muy buena y con mis compañeras compartimos las cosas de todos los días sin problemas” explica Garella. También destaca la relación con sus “niños”, de quienes afirma estar muy contenta. “Los chicos me tratan muy bien, son buenos y me quieren”.



María Alejandra Senestrasi realza los logros obtenidos por Noelia. Como 
directora del Jardín Capullitos, tuvo la oportunidad de acompañarla en sus primeros pasos como profesora. Senestrasi recuerda que “Noe” tiene las características de un docente “cariñosa, expresiva, una capacidad amorosa única. Estar con ella genera un clima de trabajo totalmente distendido”. 

Lo conseguido por Noelia Garella al frente de un aula de niños es un paso más en la necesaria inclusión que como sociedad se pretende.  “Noe” suela con que “todos los chicos especiales luchen, puedan estudiar y trabajar, y que la gente le dé oportunidades para trabajar, estudiar y en el amor también”.


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Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".  
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas


miércoles, 13 de septiembre de 2017

«LOS PROFESORES DEBEN CONVERTIRSE EN ENTRENADORES DEL APRENDIZAJE»



Entrevista con Mónica R. Martínez, asesora de Educación de la Casa Blanca y experta en «deeper learning» 

 ACCEDA AQUÍ A NUESTRA REVISTA DIGITAL Fuente: Redacción "Diálogo Educativo". Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 

En las escuelas del siglo XXI, no se puede seguir enseñando como en el siglo XX. Ese es el punto de partida del «deeper learning», un movimiento nacido en el seno de la Fundacion Hewlett que trata de llamar la atención sobre la imperiosa necesidad de darle la vuelta a las clases si no queremos desconectar la escuela de la realidad del mundo en el que se desenvuelven nuestros jóvenes.

¿Qué es el «deeper learning»?
Una forma de enseñanza que busca dotar a los alumnos con el conjunto de habilidades que necesitan para tener éxito en el mundo actual.


¿Y cuáles son esas habilidades mágicas?
Son seis. Las dos primeras, de carácter cognitivo, son la adquisición práctica de los conceptos básicos del contenido académico y el desarrollo de un pensamiento crítico que les permita analizar, sintetizar y relacionar esos conceptos. Luego están las habilidades interpersonales, que son la capacidad de realizar un trabajo colaborativo y de comunicar con eficacia. Y por último, las intrapersonales, que son el aprendizaje reflexivo -aprender cómo aprender- y el desarrollo de una mentalidad académica que les haga comprender la importancia del conocimiento para afrontar cualquier tipo de reto futuro.

¿Eso no se aprende en la mayoría de las aulas?
La educación tradicional está basada y centrada en la figura del profesor como autoridad y como fuente de conocimiento. En memorizar los contenidos que el docente transmite. Nosotros ponemos el acento en que el alumno entienda los hechos claves, su impacto en otras áreas y en su propia vida. En las implicaciones que hay entre las diferentes disciplinas. Tratamos de integrar el conocimiento.

 


¿Pero tan malo es memorizar?
Para eso está Google

¿Y si no estoy conectado?
¿Dónde no estás conectado hoy en día? En serio, hay que memorizar solo lo básico. No puedo esperar conocer cada pedazo de la Historia, pero sí enseñarles a los estudiantes a buscar información solvente de fuentes creíbles; a analizarla críticamente, a utilizarla correctamente. Hoy en día hay demasiados datos y nuestros jóvenes están permanentemente conectados, por eso hay que enseñarles habilidades para que exploren. ¿Queremos formar buenos estudiantes o buenos seguidores del profesor?



Suena muy bien. ¿Pero eso saben hacerlo todos los docentes?
No, los tenemos que formar. Hay que convertirlos en facilitadores, en entrenadores del aprendizaje, en creadores de redes de conocimiento. Hay que enseñarles a conectar de otra manera con los estudiantes, a trabajar con otros profesores las relaciones que tienen las diferentes asignaturas, a apoyarse en otros expertos para que, por ejemplo, los niños vean para qué sirven las Matemáticas y la Física. Para que sepan qué hace un ingeniero. Deben convertirse en coordinadores y líderes de equipos. No es fácil.

Realmente… no parece fácil de aplicar en un aula
La principal causa del abandono escolar temprano es el aburrimiento. La siguiente es no seguir el ritmo académico del curso, y eso sucede porque se aburren, pierden la información básica, se desmotivan y abandonan. El profesor debe conseguir que el estudiante confíe en él no como autoridad sino porque este reconoce que le está ayudando a aprender. Entonces se consigue una atmósfera de auténtico respeto, los estudiantes se enganchan a las clases y se convierten en estudiantes activos, en los que cualquier profesor desea.



¿Cómo introducimos en nuestras clases el «deeper learning»?
Con pequeños cambios. Por ejemplo, chequeando continuamente si los estudiantes han asimilado los conocimientos impartidos. Haciendo que escriban lo que han aprendido para ayudar a otros compañeros. Dándoles oportunidades para demostrar en público el conocimiento adquirido durante el curso. Hay que trabajar mucho las presentaciones, los trabajos en equipo, el aprendizaje con proyectos y retos. Se trata de ir inculcándoles que ellos son los principales responsables de su formación y que el profesor es su guía.


DE LA PELÍCULA A LA ESCUELA


El Dr. Raúl Arrabales, experto en ciencia congnitiva y conciencia artificial explica el alcance del “deep learning”

Desde los años 50 del siglo pasado y hasta hace muy pocos años el terreno habitual de la Inteligencia Artificial (IA) avanzada era mayoritariamente el laboratorio de investigación y la ciencia ficción. A excepción de casos contados, la práctica totalidad de sistemas con una inteligencia similar a la humana han aparecido en películas futurísticas u obras como las de Isaac Asimov. Sin embargo, este panorama está cambiando radicalmente en los últimos años.

El gran impulso tecnológico al que solemos referirnos bajo el término Big Data ha revolucionado el entorno empresarial. Las organizaciones sometidas a la necesidad de la transformación digital se han convertido en criaturas sedientas de cantidades ingentes de datos; y por primera vez en la historia de la IA existe una demanda generalizada de sistemas con una inteligencia avanzada, equivalente a la de un humano, que sean capaces de procesar esos datos. Esto está ocurriendo en prácticamente todos los sectores, pues es rara la actividad empresarial o de la administración pública que no se pueda beneficiar de un análisis inteligente y automatizado de los datos.

Vivimos un momento histórico, no porque las organizaciones quieran incorporar algo radicalmente nuevo, sino porque ahora son conscientes de que existe tecnología capaz de procesar todos los datos de los que disponen, hacerlo en escalas de tiempo inferiores a las humanas e incluso proporcionar la inteligencia necesaria.

Podríamos decir que el Big Data ha sido simplemente la primera ola y el gran tsunami está a punto de llegar. Las nuevas arquitecturas Big Data han aparecido de la mano de las grandes compañías de Internet, organizaciones nativas digitales y completamente conectadas desde su concepción. En la actualidad estamos viendo como el Big Data prolifera rápidamente para abarcar todas las organizaciones y todos los sectores, pues en un ecosistema digital y global las compañías que no son nativas digitales también necesitan convertirse en devoradoras de datos.


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martes, 12 de septiembre de 2017

Dime cómo evalúas a tus alumnos…



El aprendizaje es la meta de todo proceso educativo. Como docentes, queremos que todos los estudiantes alcancen esa meta. Aplicamos diversas metodologías en el aula para facilitar dicho aprendizaje. ¿Es suficiente este esfuerzo?


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Una frase de Tracey Tokuhama-Espinosa matiza, de manera explosiva, la labor del docente: “los docentes debemos darnos cuenta que no nos pagan por enseñar, nos pagan por garantizar el aprendizaje”.

Es indudable que la gran mayoría de los docentes trabajamos para facilitar el aprendizaje de los estudiantes. Con demasiada frecuencia, nos involucramos en los procesos formativos de los jóvenes. Buscamos nuevas dinámicas, cambiamos los ejercicios de aula, perfeccionamos nuestra forma de educar. Perseguimos una metodología que nos acerque más a su experiencia de vida. 

Pero llegan las evaluaciones y “el sistema” nos obliga a apelar a las formas tradicionales de calificación. Toda la iniciativa impulsada durante el curso desaparece para dejar paso a los estresantes exámenes.



La neurociencia se ha consolidado como una ciencia de amplia 
expansión en la actualidad. Se estudian las reacciones cerebrales ante 
diversas acciones cotidianas. Cuando el estudio del funcionamiento 
neuronal se centra en la actividad cerebral que provocan los procesos
 de aprendizaje se trata de la neuroeducación. 

La orientación de los psicopedagogos que apoyan estos estudios ha permitido el análisis, sobre manera, de la evolución del cerebro en los procesos de evaluación de estudiantes. De todos es conocido la tensión y nerviosismo que los exámenes provocan. Pero, ¿sabemos que provoca este estrés en cada estudiante?
El examen despierta una reacción extenuante en el estudiante. Para resistir ese torbellino de miedos y amenazas, el cuerpo produce una mayor cantidad de cortisona y adrenalina. Se provoca una fatiga cerebral. A la larga, el estrés repercute en una pérdida de las habilidades ejecutivas y una disminución en la capacidad de almacenamiento de información.

¿De qué sirve trabajar una metodología de enseñanza y aprendizaje amigable si la evaluación nos devuelve al tradicional sistema memorístico?
Judy Willis sostiene que cuando involucramos a los estudiantes en pruebas de evaluación que sólo estimulan la memorización, “olvidamos que lo que realmente nos importa es desarrollar habilidades como la resolución de problemas o la capacidad de gestionar información”.



Las nuevas formas didácticas de trabajo en aula reclaman renovadas dinámicas de evaluación. Tohuhama-Espinosa considera que el feedback (retroalimentación) se presenta como una propuesta adecuada a las nuevas corrientes. 

Cuando el feedback se realiza de manera frecuente, cuando se convierte en una acción propia del trabajo diario, permite a los estudiantes discernir entre lo que sabían y lo aprendido, les ofrece una visión personal del avance logrado. Poco a poco, “ellos mismos solucionan sus propias lagunas de conocimiento”.

El aprendizaje y la evaluación formativa reclaman una continuidad sistémica. La evaluación se transforma en una acción habitual y consistente en el aula, una evaluación que valore el desarrollo del estudiante. 

Existen herramientas de evaluación adecuadas para registrar el progreso de cada estudiante. El portafolio, diarios de aprendizaje, elaboración progresiva de proyectos son algunas alternativas que permiten observar la evolución del estudiante. El propio estudiante es consciente de su proceso evolutivo y, por tanto, se fortalece su capacidad para la toma de decisiones, la gestión de problemas o el trabajo en equipo.



Todo ello sin caer en el estrés del examen de final de trimestre y conseguir centrarnos más en el proceso de enseñanza, más que en el de calificar.
Un detalle relevante que destaca Eric Jensen para un adecuado feedback dentro del aula consiste en el manejo del error. Muchos autores han reflexionado sobre la importancia del error dentro del proceso de aprendizaje. Todos coinciden en la validez del error en el aprendizaje, pero cuando la resolución de dicho error se produce de manera inmediata y permite evaluar al estudiante las formas de enmendar el error. Por ello, Willis insiste en la aplicación del feedback de manera continuada. Se trata de que el estudiante adquiera la información necesaria para enmendar el error, pero guiado de cerca para que no se produzcan lagunas con información inadecuada.

Para profundizar un proceso de evaluación amigable, John Hattie plantea cinco aspectos prioritarios:

-       Fomentar la mentalidad de crecimiento en el estudiante. El trabajo docente para fortalecer la autoimagen o el autoconcepto facilitan la obtención de mejores resultados.

-       Confianza en el estudiante y en sus cualidades para ser mejores personas y mejorar su rendimiento en el aula. 

-       Generar un ambiente de aula agradable, con un docente motivado y apasionado. El aula se transforma en un espacio que estimula el trabajo cooperativo. En este escenario, la evaluación no se tiñe como un trauma “por el que debemos pasar”, sino como una gestión más del aprendizaje adquirido.

-       Centrar la atención en el proceso y no tanto en el resultado. La mejor evaluación del aprendizaje se determina por el progreso que cada estudiante ha adquirido. Begoña Ibarrola reclama oportunidades de éxito para toda el aula, para que puedan desarrollar el circuito de la recompensa y relacionarlo con el aprendizaje.

-       La autoevaluación y la coevaluación son acciones que fomentan la metacognición. Enseñan a reflexionar sobre lo aprendido.



Anna Forés lo resume de este modo: “ha de haber coherencia entre la metodología y la evaluación, si pretendemos enseñar de una manera diferente pero la evaluación es clásica, aún les sometemos a los chicos a más estrés y no han aprendido las reglas del juego”.


LOS TIEMPOS DEL APRENDIZAJE


Eric Jensen propone una temporalización del aprendizaje. Los ritmos actuales de estimulación sugieren limitar los tiempos máximos de atención a periodos no mayores de 12/15 minutos. Para que el conocimiento se almacene en la memoria a largo plazo se necesita tiempo. Lo ideal consisten en trabajar diferentes procesos de repetición: la preexposición, la vista previa, la revisión y el repaso, de modo que afiancen el aprendizaje.

a) dar tiempo para almacenar la información. Incluyendo el hecho de dormir bien, comer saludablemente y hacer ejercicio como factores esenciales del afianzamiento en la memoria a largo plazo.

b) intercalar con otras actividades, por ejemplo, el etiquetado conceptual estudiado por Fabricio Ballarini. 

c) trabajar los contenidos de múltiples modos: dramatización, actividades físicas, juegos, bailes, música, creación de canciones, ya que así habrá más vías para recuperar esa información y que ésta se memorice. A eso habría que unir los múltiples beneficios, tanto directos como indirectos, para el aprendizaje: oxigenación del cerebro, fomento de la neuroplasticidad, mejora de la gestión emocional.


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lunes, 11 de septiembre de 2017

Sin emociones no hay aprendizaje




Conocer el ritmo de trabajo del cerebro permite direccionar mejor las dinámicas de aula. La neurociencia ha desarrollado múltiples formas para estudiar el funcionamiento del cerebro. Los resultados obtenidos permiten mejorar las dinámicas de enseñanza y aprendizaje.

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Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 

Una investigación realizada en 2010 por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) analizó la actividad cerebral de un estudiante de 19 años. Con un sensor electrodérmico recogieron la información sobre la actividad eléctrica de su cerebro durante las 24 horas al día. El experimento permitió revelar y comparar la actividad cerebral del estudiante en diversas actividades cotidianas. Para sorpresa de los investigadores, frente a una clase magistral, el estudiante reflejaba la misma actividad cerebral que cuando ¡veía televisión! Un llamado de atención urgente para quienes mantienen el modelo pedagógico tradicional.

Otra investigación realizada en los sistemas educativos de Europa revela que los docentes de primaria recurren a las clases magistrales el 50% del tiempo de aula. Este índice se incremente en los ciclos de secundaria y bachillerato hasta rondar el 80% del tiempo aula.


“El cerebro necesita emocionarse para aprender”, justifica José Ramón Gamo, director del Master en Neurodidáctiva de la Universidad Rey Juan Carlos en España. En concordancia con los estudios presentados por el MIT, Gamo también resuelve que los modelos pedagógicos basados en la recepción pasiva del estudiante no funcionan.
 
La neurodidáctica no debe ser considerada como una metodología. Más bien, explica Gamo, consiste en un conjunto de conocimientos que, desde la investigación científica, relaciona sus conclusiones con las actividades del ser humano, como por ejemplo el aprendizaje. “Antes solo se podía observar el comportamiento de los alumnos, pero ahora gracias a las máquinas de neuroimagen podemos ver la actividad cerebral mientras realizan tareas”, reafirma Gamo. Gracias a esta información, el docente puede conocer las dinámicas que ofrecen mejores resultados en el trabajo de aula.

A partir de los resultados obtenidos en los estudios, surge la recomendación buscar soportes visuales que suplan las clases magistrales. La introducción en el aula de mapas conceptuales, videos didácticos o materiales informativos gráficos alentará la participación del estudiante y despertarán sus emociones. José Ramón Gamo apuesta también por el trabajo colectivo como detonante de un aprendizaje efectivo. “El cerebro es un órgano social que aprende haciendo cosas con otras personas” clarifica el catedrático.



Los cursos de neurodidáctica se han implementado en 30 colegios públicos. La perspectiva de Gamo considera que no todas las escuelas han asumido de igual modo las innovaciones que se requieren. La enseñanza basada en la neurodidáctica requiere la implementación de contextos tecnológicos adecuados. Aún se percibe una reticencia institucional para introducir los nuevos modelos y dejar de lado las clases magistrales y los exámenes escritos.

Los resultados ofrecidos por los estudios de la neurodidáctica sugieren
 el fin de la enseñanza magistral tradicional en nuestras aulas.

“Mi método respeta el proceso por el que el cerebro aprende: primero va la motivación, luego la atención y por último la memoria. En ese orden”, constata Chema Lázaro, un profesor de primaria. Para sus clases, apela a todos los recursos que motiven a los estudiantes y retengan la atención del estudiante. Por ejemplo, la explicación del antiguo Egipto permite buscar información en plataformas digitales como videos de las pirámides por Youtube, ubicación geográfica por Google Earth o permite insertar en el trabajo de aula actividades lúdicas como descifrar jeroglíficos. De esta manera, los estudiantes se acercan a la materia de estudio con una perspectiva mucho más atractiva.


La neurociencia plantea que la información novedosa se 
procesa mejor a través de gestos faciales y corporales que de 
procesos lingüísticos. El contexto desempeña un papel importante 
para despertar los procesos de aprendizaje. La neurodidáctica se 
proyecta como un apoyo al docente moderno.


UN TOQUE MÁS HUMANO


“El sistema educativo actual no educa en la libertad, sino en el miedo”, con esta explosiva idea, Koldo Saratxaga provoca una reflexión sobre el modelo educativo actual. Saratxaga se ha destacado como un referente del cooperativismo que avala el concepto de “ética de los humano”.

El modelo escolar vigente se sustenta en una estructura de jerarquía que se asiente en el poder. Los docentes han sido institucionalizados como la autoridad a la cual se debe respetar y obedecer. Impera un modelo de escuela basado en las notas, en la evaluación, en lo previsible.

“¿Cómo podemos esperar jóvenes emprendedores e innovadores si en la escuela se predican actitudes de sumisión al poder?”, sigue cuestionando Saratxaga. Recuerda que durante la etapa escolar, el contexto familiar y escolar prioriza el concepto de competencia entre pares antes que impulsar el sentido de compartir.

En esta etapa de formación, lo niños tienen un alto índice de recepción. Las 24 horas del día acumulan experiencias y vivencias de aprendizaje. La cultura del consumismo que se ha impuesto en nuestra sociedad conlleva un estímulo “mercenario porque educamos a los jóvenes en que todo es a cambio de algo".

Desde su propuesta educativa, se reclama mayor espacio en las aulas para la imaginación y la intuición. Un modelo más cercano al concepto de que cada persona es diferente, cada persona es ese diamante único. La escuela debe potenciar personas con pasión, que conecten emocionalmente con lo que hacen. “La educación, sentencia Koldo Saratxaga, es la clave del país”.


Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas