Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

martes, 13 de diciembre de 2016

Cómo hacer de un cuento una experiencia maravillosa



-       Aparece en la sala acompañada de una bicicleta. ¡En el aula! Y no solo eso, también acarrea una gran maleta de historias en la parrilla. María Delicia Landívar es comunicadora y actriz de teatro. En sus talleres invita a los maestros a dinamizar las clases por medio de relatos que despierten la curiosidad de los estudiantes.

Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".  
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 

Al abrir la maleta, cual caja de Pandora, saltan a la sala infinidad de relatos. Hoy nos cuenta la historia de Julia, una ratona de biblioteca. La maleta escupe un par de libros y ya estamos listos para iniciar el cuento.

La obra está escrita por Rosalba Guzmán, escritora cochabambina. “Conquistando a Lindolfo” fue escrita como parte de un espectáculo de narrativa oral para impulsar la “bibliocleta”.

La puesta en escena nos cuenta las peripecias de la ratona Julia dentro de la biblioteca escolar. A Julia le apasiona la lectura. Cada noche dedica horas y horas a descubrir los libros que se esconden en la biblioteca. Ernestina, la bibliotecaria es su cómplice y con ella comparte las lecturas de cada noche.

Mientras el relato avanza, Delicia recorre la sala y se apropia del escenario. Tras el escritorio docente se esconde Ernestina, entre sus cuadernos de registro. Por la sala, en los pupitres de los estudiantes, se van colocando libros con historias diversas.
A esta altura de la historia, todos los estudiantes tienen en su mesa un libro. La muñeca que representa a Julia, saltarina e inquieta, recorre toda la sala en busca del libro que “devorará esta noche”. Consulta sobre la expectativa que el libro le causa a cada uno de los estudiantes. Así, despierta un resquicio de inquietud y les motiva a la lectura.



Delicia retorna al lado más dramático de la narración, un ratón no es 
el mejor amigo de los libros. Por ello, el director del centro ha dispuesto que 
el gato Lindolfo vigile la biblioteca y “acabe con la amenaza de la ratona”.

La amenaza de Lindolfo inquieta a Julia quien debe descubrir qué tipo de riesgo supone ese llamado “Gato”. La ratona pide ayuda a sus nuevos amigos para que activen sus teléfonos y le muestren fotos de esos gatos. Entre todos comparten las imágenes de lindos gatitos y, también, de esos crueles gatos cazadores de ratones. Poco a poco indagan sobre la familia de los felinos y sus particularidades. Entre todos han preparado a Julia para la llegada de Lindolfo.

De manera natural, la narradora ha involucrado a los estudiantes en la historia. Se han vuelto cómplices de Julia para descubrir quién será ese temido gato. Ha despertado los conocimientos previos y, a través de los teléfonos, ha iniciado una investigación de aula. Solo falta que Lindolfo aparezca.

Por arte de magia, la maleta da paso a un gatito regordote y perezoso. Tras unas miradas iniciales de curiosidad, descubre a Ernestina, la bibliotecaria y se presenta. Rápidamente, la bibliotecaria le expone la naturaleza de la biblioteca y trata de despertar el entusiasmo por la lectura en Lindolfo. Ante todo, desea que no se convierta en una amenaza para Julia. Entre ambas, deben despertar el gusto por la lectura en el “aburrido” Lindolfo.

¿Podrán los estudiantes ayudar a Julia en esta misión?



TODAS LAS MATERIAS PUEDEN ADAPTARSE A UN RELATO DE AULA

 ¿Qué requiere un maestro para dinamizar una clase a través del Cuentacuentos?
Un maestro tiene, en realidad, todo lo que se necesita para dinamizar una clase: El texto, la voz y el cuerpo. Y son a su vez los tres elementos fundamentales de un Cuentacuentos. No se necesita más.

Lo más difícil, quizás, es romper los paradigmas de que un maestro debe aparentar todo el tiempo ser serio, sensato y responsable. Ser un adulto. Para un cuentacuentos debemos volver a ser niños, niños grandes y perder la vergüenza.
 ¿Qué elementos de preparación son convenientes para dinamizar un relato?
Preparar la clase con anticipación sería fundamental para un Maestro-Cuentacuentos. Donde debe reorganizar el texto de la lección que quiere dar, en un relato. Todo puede ser una gran historia, depende de nuestra creatividad y la forma de contarlo.

Luego le sigue la voz, jugar con la intensidad, la entonación, modulación e intención. Y el cuerpo, pensar como transmite la corporalidad, cada gesto, cada movimiento de la mano, de los dedos y hasta las posiciones de los pies. Y como parte fundamental del cuerpo y el cuentacuentos: se debe poner el corazón.
 ¿Cómo provocar al estudiante para que despierte su atención?




El solo hecho de presentar una clase de forma no tradicional, ya despierta
 la curiosidad del estudiante. Podemos a eso añadirle desplazamientos por todo 
el aula, permitir el uso de los celulares para filmaciones, involucrarlos 
en la narrativa mediante conversaciones o una intervención directa.

Se pueden recurrir también a elementos teatrales si se siente que con la voz y el cuerpo no estamos logrando despertar su atención. Estos pueden ser una peluca, un bigote, un bastón, etc.

Dejar una historia a medias, puede servir para despertar su atención. Los alumnos serían los encargados de investigar el final y también relatarlo.
 ¿Para qué materias serviría?

Para todas las materias sin excepción. “¿Y cómo hacemos con las matemáticas?” es lo primero que me preguntan tras esta respuesta. El típico planteamiento matemático de nuestra infancia: “Pepito tenía dos manzanas, le regalo una a Susana. ¿Cuántas manzanas le quedan?” Eso ya es una historia. Hay que ejercitar nuestra creatividad para romper paradigmas.

¿Y los estudiantes puedan ser corresponsables en esta metodología?

Si un maestro puede convertirse en un Cuentacuentos. ¿Qué pase entonces con el estudiante? Propongo hacer que sus exposiciones en clase, sean espectáculos de narración oral escénica.


Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".  
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 

jueves, 1 de diciembre de 2016

Ignasi Casals: “ser docente es el mejor trabajo del mundo”




Profesor y director de escuela durante más de 40 años y autor del libro que recoge su experiencia en las aulas.
De pequeño estudió en un internado: fue entre esas paredes donde se curtió un chico al que le gustaban las matemáticas y jugaba al futbol a pesar de ir cojo, consecuencia de la polio que sufrió siendo muy pequeño. De aquellos años conserva algunos recuerdos, como un profesor que fingía no darse cuenta de que él y sus compañeros, tras sus cuadernos, leían novelas.



Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 

En su libro relata sus vivencias como profesor y director de la Escola Ginebró (Enebro), un proyecto educativo en el que plasmó su sueño por mejorar la educación. ¿Qué rol le entusiasmó más?
El de maestro, aunque el de director también, porque he sido un director de escuela peculiar: la he dirigido a base de estar con los maestros, de ir a desayunar con ellos, de salir fuera a saludar los padres. Esto ha hecho que los padres y los alumnos me hayan querido mucho y que el trabajo haya sido muy gratificante.

Pero ser maestro es mejor.
Dar clase a los niños, explicarles las cosas, que te escuchen, ver cómo aprenden, cómo se interesan, cómo te miran… Siempre que he dado una clase he terminado dando las gracias.

¿Qué recuerda de los maestros y los alumnos con los que compartió su vida en la escuela?
Recuerdo muchísimo a Isidoro, una persona extraordinaria, amigo y compañero. A veces me decía: “Nacho, Gloria ya ha pagado la excursión, ¿eh?” y yo le contestaba “Ah, bueno, pues ya traerás el dinero” y él decía “Sí, sí, me lo dio a mí y lo tengo en casa”. En realidad, era él quien pagaba la excursión para que la niña pudiera ir. Isidoro era así, un tío impresionante. Y de alumnos recuerdo algunos muy brillantes y algunos más difíciles. De los últimos me acuerdo especialmente, porque son los que más me gustan.


¿Qué deben aprender los alumnos?
Les has de despertar la curiosidad, ya aprenderán ellos. Es cierto que deben tener un orden en la escuela, pero aprender, aprenden de lo que ven de los maestros, de los otros alumnos, de sus padres, de sus amigos o de sus abuelos. Los maestros deben aprender a despertar esa curiosidad, tener vitalidad, saber que están haciendo el mejor trabajo del mundo y… ¡les tiene que gustar Bach!

¿Bach?
En la escuela la música es fundamental: todos los niños aprenden música en Ginebró. Además, un niño que de pequeño escucha Bach, de grande no puede ser mala persona.

¿La escuela debe educar en valores?
Los valores forman parte de la vida, están en la calle, en el día a día. La informática no se aprende, se practica, y lo mismo pasa con los valores. Además, en la escuela Ginebró hay dos cuestiones sobre las que no se discute: la igualdad de sexos y la pena de muerte. ¿Por qué? Porque no es cuestionable. Y el mismo hecho de que sean cuestiones indiscutibles ya es muy significativo para los niños. ¡Ah! En Ginebró también es muy importante que los niños vean que los maestros se tratan con respeto, que se besan, que se hacen bromas.



¿Es posible trasladar lo que nos cuenta a todas las escuelas?
Siempre he tenido un deseo: que la Escola Ginebró no hubiese tenido que existir, porque habría significado que las escuelas ya eran así. Ginebró es un sueño.

En su libro compara la educación con el bambú japonés. 
Hay un tipo de bambú que debes plantar, tapar y regar. Durante tres años no lo ves, pero debes continuar regándolo y, al cabo de tres años, sale. Pasa lo mismo con la educación: debes ir regando a los niños día a día.

¿Y esto es posible hoy?
Yo creo en la utopía. Creo que, con una buena educación, sería posible vivir sin semáforos.



Dentro de esta utopía, ¿cómo encajamos la tecnología digital?
Se trata de una herramienta más, como lo son las manos y los bolígrafos, pero es una herramienta muy interesante: estar hablando de Rubens en clase y poder mostrar sus obras a través de internet la hace muy potente.

Desde Tiching también soñamos con mejorar la educación.
Y, además, permite otra cosa: hacer que un profesor del Faro del Fin del Mundo de Ushuaia que sueña con mejorar la educación pueda compartirlo conmigo. Él quizá sueñe con mejorar la educación de unos niños a quienes interesa más aprender a pescar y a correr, y yo con mejorar la de unos niños que son del Barça y a quienes interesa más aprender economía. Pero tenemos el mismo sueño y Tiching nos permite compartirlo.


ESCOLA GENEBRÓ / ESCUELA ENEBRO



El empeño de padres y docentes crea, en 1969, el centro de formación escolar Genebró (enebro) con el propósito de ofrecer una educación diferente. En sus inicios fue concebida como una cooperativa de maestros, aunque debió evolucionar para adecuarse a las normativas legales.
“Su propuesta educativa se centra en el profundo respeto por los demás, sin discriminaciones, potenciando la diversidad, los valores democráticos y la participación”. Para lograr estos propósitos, el equipo docente está en permanente reciclaje, una actitud de fortalecimiento y coherencia con el proyecto educativo.

El clima de trabajo incentiva la libre expresión y la autonomía individual a partir de una mirada crítica a la realidad. El énfasis en el valor de la investigación permite fortalecer el comportamiento colectivo en la búsqueda de nuevos tipos de aprendizaje. Los estudiantes comparten un clima de confianza, respeto y colaboración tanto con docentes como con padres de familia. Todos conforman la comunidad educativa y todos son parte de un contexto social integrador.

La inserción con la comunidad es otro de los ejes de trabajo en la escuela. De manera permanente colabora con instituciones culturales, deportivas y sociales de la comunidad.

Objetivos generales

·             Educar de manera integral del alumnado.
·             Potenciar el respeto a los demás, al entorno ya las cosas, fomentando valores como la solidaridad, la tolerancia y la responsabilidad.
·             Desarrollar y potenciar las capacidades intelectuales, físicas, artísticas del alumnado.
·             Defender la diversidad como elemento enriquecedor tanto del grupo como de cada uno de los individuos que lo integran.
·             Potenciar la autoestima y la aceptación de uno mismo, haciendo que todo el mundo se sienta acogido, cuidado, respetado y valorado.
·             Promover el ejercicio de la responsabilidad, estableciendo los límites imprescindibles y dejando un amplio margen en el que cada uno se pueda mover y decidir.
·             Dar atención individualizada a todos y cada uno de los chicos, sin desatender aquellos que presentan dificultades específicas.


 Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas  
 
Entrevista extractada de blog.tiching.com











miércoles, 30 de noviembre de 2016

La ética y los valores ciudadanos se fomentan desde el aula para la convivencia democrática



-       El sistema educativo dedica poco espacio para la formación ética y ciudadana. La convivencia permanente con maestros, padres de familia y estudiantes promueve un ambiente idóneo para forjar los valores democráticos. Los contenidos pedagógicos de cada asignatura permiten una experiencia democrática interesante.


Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".  
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 

Se ha hablado mucho sobre la responsabilidad de la escuela para preparar a los estudiantes ante la vida. Términos como competencia, adaptación y capacidad han llenado muchos informes. “En las escuelas de hoy, se forma al hombre de mañana”, reiteran los expertos. Fruto de esta preocupación generalizada, se revisan una y otra vez los contenidos curriculares, se financia la integración digital dentro del aula, y muchas otras acciones en procura de “actualizar” la educación.
La escuela se dispone como un espacio inmejorable para abordar la reflexión y vivencia de los valores democráticos. La formación democrática también es parte de la educación para el futuro que se reclama. Sin embargo, se percibe una resistencia para profundizar en la enseñanza de la democracia. ¿Por qué se aparta el ejercicio democrático del aula?¿Por qué se restringen los momentos de debate e intercambio en las aulas?¿Cuál es el motivo por el cual la democracia apenas incide en el contenido curricular? 

Marcia Prieto, directora del Instituto de educación de la Universidad Católica de Valparaiso (Chile), remarca que “una de las funciones de la escuela es educar para la democracia”. Alienta el desarrollo de capacidades y habilidades para la convivencia social a través de la vivencia de valores como la solidaridad, la participación y el respeto. La escuela debería convertirse en un pilar fundamental para la enseñanza de la democracia, refuerza la idea Débora Kozak desde su blog “Pensar la escuela”.

Para ambas autoras, le escuela se convierte en el escenario de vivencia democrática más importante en la vida del estudiante. Tanto en primaria como en secundaria, los estudiantes conviven en un entorno de construcción colectiva.
En 1993, el director general de la UNESCO afirmaba que “la educación para la democracia implica el empoderamiento de todos los individuos para la práctica activa y responsable en todos los ámbitos de la vida política y social”. Resaltaba algunos beneficios derivados de la formación democrática en el aula.
  

Dos décadas después, seguimos transitando mundos paralelos: la realidad pasa por un lado y la escuela continúa defendiendo fuertemente su burbuja de contenidos y metodologías tradicionales. En la medida en que no se tiendan puentes entre ambos universos estaremos cada vez más lejos de solucionar uno de los principales problemas que aborda hoy la enseñanza: la falta de interés de chicos y jóvenes por aprender lo que se les quiere transmitir.

La integración de la democracia como parte del currículo escolar se percibe como un enriquecimiento de la experiencia escolar que los jóvenes deben vivenciar. Así lo considera Prieto en su informe “Educación para la democracia: un desafía pendiente”. 

Para la mencionada autora, la participación de los estudiantes, cualquiera sea su edad, constituyen principios orientadores de escuelas que desarrollan en sus alumnos sus capacidades creativas, incentivan su participación en la toma de decisiones y la generación demandas, favorecen la producción de comentarios analíticos y constructivos, y valoran sus acciones cuando les asignan responsabilidades.

Los autores consultados coinciden en resaltar una supuesta “neutralidad pedagógica” como argumento para relegar el tema. Incluso, se presentan argumentos relativos al exclusivo rol de los padres para asumir la orientación democrática (confundida como orientación política) de los padres.
La escuela está llamada para “organizar e implementar “prácticas educativas que fomenten procesos deliberativos y la participación activa conducente al desarrollo integral de los estudiantes y al cultivo de los valores democráticos” insiste Marcia Prieto.



La participación se vive con actos democráticos, desde la posibilidad 
de formar parte de un grupo expresando opiniones, cooperando en una 
actividad, situación u oportunidad. Por otro, se refiere a la posibilidad de 
hacerse parte de algo, la que se materializa en la capacidad de tomar 
decisiones acerca del propio destino y muy especialmente de las 
situaciones que les afectan en el contexto de su comunidad escolar. 

En efecto, la participación representa un proceso de comunicación, decisión y ejecución que permite el intercambio permanente de conocimientos y experiencias y clarifica el proceso de toma de decisiones y compromiso de la comunidad en la gestación, programación y desarrollo de acciones conjuntas.
La educación para la democracia es aplicable en todos los niveles educativos. Los estudiantes de secundaria, en muchos colegios, han experimentado, de alguna forma, el proceso de selección/elección de representantes de curso. Han avanzado en un proceso consciente de validación democrática. En el ciclo de primaria pareciera más complicada la experiencia de valores democráticos. Apelamos, desde una perspectiva de comodidad, la inmadurez de los estudiantes como argumento exculpatorio.

Prieto y Kozak coinciden en destacar que la actitud democrática primaria en el aula se centra en la capacidad de expresión de opiniones. La participación esencial en toda democracia, al igual que en el ejercicio de aula, consiste en el la cualidad de saber escuchar y expresarse en el margen del respeto y la tolerancia. 

Por ello, insisten ambas autoras, el docente promueve un espacio democrático en el acto de escucha al estudiante como paso previo al ejercicio permanente del diálogo. De esta manera, el aula recrea un espacio de vivencia similar al contexto social actual y futuro en el cual se desenvolverá el estudiante. La vivencia de valores como participación, respeto y tolerancia permite a los estudiantes actuar como sujetos solidarios y críticos ante la realidad escolar y social que los envuelve. 



Los docentes debemos superar el temor a perder el control del aula. 
Durante mucho tiempo se ha asentado la autoridad docente en criterios de madurez, responsabilidad y comprensión. Hoy en día, estos argumentos son contradictorios con los contenidos que se enseñan en el aula. 

Más allá de un discurso de renovación pedagógica que impera entre la mayoría de los docentes, el estudiante debe convertirse en el protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje. Y eso sólo se logrará si participa del mismo en plenitud de sus derechos.

La democracia no es un hecho externo a la escuela; es un ejercicio permanente que se plasma en cada acción efectiva o discursiva. Parece que en las instituciones educativas en algún momento nos desviamos un poco de estas ideas.


EN EL AULA



¿Cómo desarrollar el concepto y la vivencia de la democracia en el aula? ¿Cómo integrar las asignaturas en virtud de una trasversal tan relevante?

-       Área de comunicación y lenguaje.- como se planteó anteriormente, la capacidad de expresar la opinión de manera respetuosa y adecuada es la mejor forma de alentar la participación democrática. Como docentes tenemos que trabajar la cualidad de escucha activa. Otros ejercicios que se pueden implementar desde el área de comunicación plantean la oportunidad de replicar campañas y procesos de elección dentro del aula y del centro escolar. 

-       Área de ciencias sociales.- a lo largo de la historia se ha trasformado el concepto de democracia. Las múltiples culturas han sumado importantes valores a la vivencia democrática. Paralelamente, en ciertos momentos de la historia también se han vivido amenazas severas a la convivencia democrática. Desvelar este contenido ayuda sobremanera a repensar el valor de la democracia y el rol que, como ciudadanos, jugamos en ella.

-       Área de matemáticas.- el factor estadístico dentro de un proceso electoral es clave. Entender cómo se trabajan las estadísticas, los porcentajes y los niveles de asignación de la repartición de escaños permiten un desarrollo activo del concepto democrático.

-       Área de valores, espiritualidad y religiones.- indudablemente, siempre hemos considerado que el aprendizaje de los valores democráticos correspondía al área de desarrollo humano y espiritual. Se trata de proyectar el contenido teórico a experiencias reales de vida y convivencia.
¿Qué más acciones podemos provocar en el aula?

Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".  
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas