Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

lunes, 23 de octubre de 2017

Estrategias para DESPERTAR LA CREATIVIDAD en el aula



-       Los niños desarrollan las actitudes creativas a temprana edad. La libertad intelectual y emotiva que genera alienta a un crecimiento integral. El sistema educativo actual promueve la competitividad como parámetro de medición.

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Fuente: Redacción Diálogo Educativo
Una producción de Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 


Tras años de experiencia en la banca comercial, el economista Joan Antoni Melé lleva siete años centrando su trabajo en la formación en humanidades y la educación de las nuevas generaciones. Ha conocido, en carne propia, los resultados del sistema educativo actual y busca implementar nuevas metodologías que capaciten a los estudiantes para afrontar nuevos retos humanos, sociales y profesionales.
A través de sus conferencias y libros, Melé analiza las debilidades del sistema educativo imperante. Reclama, ante todo, el excesivo celo que los ministros y las autoridades de educación prestan a los resultados de las pruebas PISA. Las políticas que iluminan el ejercicio docente reclaman mayor atención a aspectos como las matemáticas, las ciencias o la gramática, contenidos que se priorizan en la evaluación PISA. La educación se homogeneiza para obtener un resultado superior cada año. El proceso educativo se centra en la evaluación PISA, lo que obliga a los docentes a destinar tiempo en el diseño de los programas que debe implementar. El estudiante se relega a un lugar terciario, desatendiendo sus requerimientos formativos.

En sus cursos de transformación personal y autoconocimiento, Joan Antoni Melé reflexiona sobre el modelo educativo actual, un modelo que prioriza los aspectos competitivos de la educación. Los métodos de aprendizaje persiguen un tipo de estudiante preparado para afrontar trabajos técnicos, un estudiante que se adapte con facilidad a los trabajos y genere una rentabilidad inmediata a las empresas. La lógica actual que prima en la educación persigue un parámetro de formación clónica, atiende a todos los estudiantes por igual como si fueran autómatas.
Para Melé, la educación actual se enfoca en los aprendizajes técnicos. Son los aprendizajes que una sociedad competitiva reclama. Con el argumento de capacitar a los estudiantes para ser los mejores, se ha impuesto un factor de competencia en la educación que acarrea, de manera paralela, un sentimiento de miedo. La cultura de la competencia exagerada impuesta por los defensores de las evaluaciones como el PISA provoca, de manera inmediata, una sensación de miedo en los estudiantes y sus padres. ¿Qué ocurre si no se logra ser los mejores? ¿Estará la vida destinada al fracaso por no obtener los puestos de trabajo más apetecibles?



La centralidad del ser humano, del estudiante, dentro del proceso 
educativo ha quedado supeditada en favor de las estadísticas.
Joan Antoni Melé defiende la necesidad de retomar la formación humanista como prioridad. “Educar es acompañar al niño para que llegue a ser él mismo, para que pueda desarrollar sus capacidades, no las que alguien ha dicho que son las estándar o las que hay que tener”. La educación que se reclama para la sociedad del futuro persigue un niño fantástico en música o pintura aunque en otra cosa no destaque. “Pero no pasa nada, es su vida, su destino” reitera Melé. El estudiante tiene que ser plenamente feliz y ser capaz de desarrollar todo esto y estar en el mundo con sus capacidades.
La educación “contempla la armonía entre enseñar y pensar, enseñar educación emocional, enseñar a relacionarnos de otra manera con los demás, sobre todo a través de la educación afectiva y de la educación de la voluntad”.
Cuando un niño es pequeño hay que educarle en la voluntad, no en una educación intelectual prematura. Hay que educar la voluntad, los hábitos, y luego dar importancia a la educación emocional.



La escuela está destinada a formar personas, a preparar estudiantes para 
que sean libres. El ambiente escolar requiere un espacio agradable donde el estudiante se sienta en la libertad de crear, de aprender; un lugar donde se desplaza por completo la sensación de miedo y la palabra fracaso.
Nos encontramos en contextos en los cuales se pone a disposición de los niños una amplia diversidad de elementos tecnológicos: desde la televisión, los videojuegos hasta las tabletas y los teléfonos inteligentes. De esta forma se mata la creatividad. En algunas corrientes educativas se ha llegado a insinuar que no es necesario enseñar a escribir a los niños y proclaman la importancia de capacitar en las nuevas tecnologías a los estudiantes. Para Melé, Se trata de la apología “del mínimo esfuerzo”.
Tanto los docentes como los padres de familia están en la obligación de pensar en la educación que se ofrece a los estudiantes. Esta educación que se plantea trata de preparar a los estudiantes para el futuro que se avecina, una preparación que se centra en aportar desde las capacidades y no en adaptarse a un modelo funcional.

 

"El estudianter tiene que ser el centro del sistema educativo. Esto no 
lo debemos perder de vista”, reitera constantemente José Antoni Melé.  
 Al estudiante hay que explicarle por medio de los cuentos. Estas lecturas contribuyen a fortalecer la capacidad imaginativa que, a la larga, influye
 en la capacidad de crear nuevas cosas.

Desde la experiencia recopilada por Melé, elogia los modelos de educación que priorizan la creatividad desde tempranas edades, precisamente la etapa en la que no tienen miedo y se le puede enseñar a ser activos. En los primeros años se educa la voluntad y la bondad. Una dinámica interesante consiste en hacer las cosas por los demás. Un niño de 7 años que es parte del aprendizaje de niños menores se siente feliz por su aporte. A su vez, los menores, crecen con la ilusión de llegar a esa edad para ayudar.
A modo de ejemplo, elogia las experiencias y los logros alcanzados por los modelos pedagógicos de Waldorf y Montessori. Considera que ambos métodos han resultado exitosos en diversos lugares del mundo donde se han implementado con sostenibilidad. Ambos llaman la atención por su “visión integral del ser humano” destaca, al tiempo que reseña la facilidad con la cual se adaptan a las diversas culturas y a los distintos ritmos de aprendizaje de los niños. Es decir, huyen de las dinámicas de enseñanza uniforme que con tanta insistencia reclamaba Melé.
“La clave es la educación, educar íntegramente al ser humano para que de adulto sea libre, creativo y capaz de relacionarse bien con los demás; un ser humano integral”.


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Fuente: Redacción Diálogo Educativo
Una producción de Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas 

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