Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

martes, 16 de febrero de 2016

Eduard Vallory: “La inercia nos hace reproducir una educación obsoleta”




Eduard Vallory es Presidente del centro UNESCO de Catalunya. Dice que la educación nos hace reproducir un conocimiento que ya estaba hace 100 años. Dictamos a los chicos y chicas conocimientos que tienen al alcance en un clic. No es como antes que tenías que ir a la biblioteca, buscar la información, sintetizar, prepararla, etc.


Cuando Eduard era pequeño no se imaginaba cómo sería de mayor, no tenía una imagen de qué quería ser. Recuerda que era una niño reflexivo, que se embobaba con muchas cosas, muy curioso y que hacía muchas preguntas. La historia interminable de Michael Ende habría sido la novela que le hubiera gustado protagonizar.


La UNESCO acaba de presentar su último informe Replantear la Educación: ¿Hacia un bien común mundial? ¿Debemos repensar la educación desde cero?
En primer lugar, debemos repensar varias cosas. Por un lado, qué objetivos queremos extraer de la acción educativa, y por otro lado, cómo pretendemos llevarla a cabo. La organización del aprendizaje debe tener claras qué prácticas tenemos para llevarlo a cabo y en qué conocimiento se basa, teniendo en cuenta lo que sabemos sobre cómo aprendemos las personas. En la primera debemos decidir si queremos que las personas sean creativas o sean memorísticas. Para la segunda debemos definir cómo vamos a conseguir nuestros objetivos, cómo lo hacemos y en qué prácticas nos apoyamos.

Pero para repensar la educación deberíamos tener claro qué tipo de sociedad queremos, ¿no?
El informe de la UNESCO también dice que es relevante tener en cuenta los objetivos del desarrollo sostenible. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la capacidad del planeta Tierra es limitada. Debemos tener presentes las dimensiones cognitivas, emocionales y éticas, y también crear objetivos que sean competenciales, es decir, que generemos capacidades en los niños y niñas para que sepan hacer cosas.


¿Ahora no es así?
En muchos casos no es así: hemos diseñado aprendizajes pensando en potenciar la capacidad de responder exámenes, pero no capacitamos a los alumnos para ser competentes.

¿Quizá el problema es que la educación hoy en día está pensada para encajar a los jóvenes en un mercado laboral?
Yo creo que no es contradictorio. Tú puedes hacer una educación que esté enfocada a la vida en comunidad y que a su vez sean profesionales competentes en las líneas que ellos decidan. Creo que el gran problema que tenemos es de indicadores de logros. Tú puedes decir que quieres desarrollar personas autónomas capaces de vivir en comunidad en un entorno diverso, que hagan un uso responsable de los recursos, y que tengan aptitudes para trabajar en una empresa; pero los únicos indicadores que tienes es si saben sumar, restar, o si se saben la tabla periódica de los elementos.


¿Por dónde deberíamos empezar entonces?
Un gran problema a solucionar es la ausencia de buenos indicadores para los objetivos que tenemos. Tanto para vivir en sociedad como para ser un profesional de alto nivel necesitas un tipo de competencias, y en este momento los indicadores que se usan en el mundo educativo difícilmente los pueden evaluar. Por lo tanto, acabamos enfocándonos en aquello que sabemos evaluar, y esto es, en gran parte, cosas que puedes encontrar en Google. Las competencias son aquellas cosas que no se encuentran en Google, y sin embargo evaluamos lo que sí se encuentra.

El informe pone sobre la mesa cambios muy profundos que no se pueden aplicar de un día para otro.
Lo que dice este informe es que paremos un momento, porque la inercia nos está llevando a reproducir un tipo de conocimiento que ya está obsoleto. Que ya lo estaba hace 100 años, pero que ahora aún lo es más porque tenemos todo el conocimiento en el bolsillo. Dictamos a los chicos y chicas conocimientos que tienen al alcance en un clic. No es como antes que tenías que ir a la biblioteca, buscar la información, sintetizar, prepararla, etc.


¿La comunidad educativa está en la línea de este cambio?
La comunidad educativa es un sujeto muy plural. Hay una percepción creciente de que el modelo educativo está obsoleto. Pero también hay mucha gente que reacciona a la defensiva porque no tiene claro que tenga los instrumentos, la formación o las posibilidades de desarrollar un modelo alternativo a lo que está haciendo. Nos haría falta llegar a un consenso sobre una escuela avanzada hoy. Sería cuestión de identificar el marco que debería permitir que todo el sistema se actualizara de forma disruptiva. Sin esto es difícil que la comunidad educativa se moje por el cambio.

¿Qué actores son y serán clave para impulsar este cambio?
Un primer actor deberían ser los padres y las madres. Ellos acaban midiendo el éxito de sus hijos en la escuela según la nota que sean capaces de sacar. Ese es un indicador fiable para ellos para tomar decisiones sobre el centro al que quieren acudir. Pero, a su vez, tienen el conocimiento de que este hito no les va a servir: ninguna empresa les contratará por la nota que sacaron en la escuela.


Sin embargo… 
A pesar de esto, acabamos escogiendo las escuelas por las notas que sacan sus alumnos. Por extensión, los profesores, la administración pública, los medios de comunicación, los empresarios, etc. Porque todos tenemos este conocimiento, pero a pesar de ello cada 3 años nos agarramos al PISA como si fuera un ranking. Pero, ¿nos hemos parado a pensar la implicación que esto tienen en las competencias que los chicos y chicas tienen? Yo creo que no.

¿Qué necesitamos para hacer el cambio de chip?
Nos hace falta aportar claves de interpretación a la sociedad, que está como secuestrada mentalmente en una visión antigua de la escuela de la que no puede salir.


¿Cómo puede la escuela implicarse en la sociedad?
Lo primero que tiene que hacer es revisar su propósito. Si tu propósito es aprobar la prueba de ingreso a la universidad, la sociedad es una molestia, el teléfono móvil es una molestia y los niños que hablan son una molestia. Si tu propósito es formar personas autónomas que tengan capacidad de crear un proyecto de vida pleno, entonces necesitas a la sociedad y todos los actores son importantes, en diferentes niveles, por supuesto. Si la escuela solo se propone transmitir conocimientos enciclopédicos, el entorno es una distorsión.

Y al revés, ¿cómo se puede implicar la sociedad en la educación?
Antes que nada, la propia sociedad debe hacer esta reflexión sobre reformular el objetivo de la educación. Una de las cosas que dice el informe es, precisamente, que el propósito de la educación se tiene que reformular en base a los retos sociales. Hoy, por ejemplo, son el desarrollo sostenible, generar convivencia en un entorno diverso y plural donde hay un grado de tensión y violencia muy grande, o desarrollar habilidades para un entorno tecnológico donde el desarrollo del conocimiento es exponencial. Si la sociedad se plantea esto, verá que la escuela sola no puede llevar a cabo este cambio, que necesitamos generar unas redes que no tienen nada que ver con lo que había en el libro de texto tradicional.


¿Qué papel tienen y tendrán las TIC en la educación?
El papel más relevante es el hecho de que la aparición de internet tiene un impacto similar a la aparición de la imprenta. Cuando aparece la imprenta, la tradición oral pierde presencia porque el conocimiento tiene capacidad de acumularse y transmitirse de forma escrita para grandes volúmenes de población. Desde entonces no ha habido nada tan potente como la aparición de internet. La irrupción de internet tiene el impacto de transformar el acceso a la información sin precedentes. El concepto de espacio y tiempo cambia. También cómo interactuamos las personas, cómo consumimos, cómo desarrollamos el trabajo y cómo se organiza la sociedad.

¿Y en el futuro?
Otro elemento es que las tecnologías permiten por ejemplo, controlar la domótica del hogar. Esto se suma a la capacidad del Big Data, donde acumulamos datos de forma estratosférica, la robótica, la inteligencia artificial… Todo esto tendrá impacto sobre cómo los humanos interactuamos, trabajamos, producimos y nos gobernamos. Y todo esto, inevitablemente, crea un entorno de futuro incierto. Nosotros no podemos decir de qué trabajarán los niños que hoy hacen primero de primaria. No sabemos ni qué competencias necesitarán.


Entonces, ¿en qué debemos basarnos para educar a los chicos y chicas del futuro?
Delante de este entorno, puedes hacer dos cosas. Puedes intentar explorar cambios que te acerquen a lo que necesitan estos niños o puedes hacer como si no pasara nada y seguir con lo que se ha hecho hasta ahora, que de hecho, es lo que se hace. Todo esto nos da conocimiento y puede generar instrumentos de cómo crear aprendizaje. El problema es que no sabemos tampoco cómo utilizarlo.

¿A qué se refiere?
Puedes utilizar el powerpoint para explicar exactamente lo mismo que un libro de texto. Lo mismo con la pizarra electrónica. No tiene mucho sentido.  Si no sabemos utilizar y sacar partido a la tecnología, lo que hacemos es reproducir lo que ya se hacía con una interfaz diferente.

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Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"
Una producción de la Casa Editorial Bienaventuranzas 

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