La
repetición del curso puede ser una oportunidad para madurar. Es importante que
exista un apoyo integrado para acompañar el proceso de adaptación y motivación
del estudiante. El docente desempeña un papel esencial en la explicación del nuevo
proceso académico que debe afrontar y en la orientación necesaria para
enfocarlo con entusiasmo.
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El
año escolar no ha sido bueno. La libreta indica que son varias las materias en
las que tropezó el estudiante. El reforzamiento se presenta como la solución
inmediata; pero, servirá realmente como un afianzador del conocimiento o
convendrá plantear la repetición del curso para lograr un avance académico
adecuado.
Esta
situación envuelve a muchas familias cada vez con más frecuencia. La crisis de
culpabilidad y desesperación que se produce en la familia antecede un debate
cargado de incertidumbres. El peso de los convencionalismos sociales arrastra
muchas veces la determinación final. Reconocer que un hijo debe repetir de
curso equivale, injustamente, a considerarle como “tonto”. Desde esta
perspectiva, la repetición se siente como un castigo. ¿Es conveniente asumir
esta postura?
La
decisión de repetir curso es considerada como poco eficaz para la mejora del
rendimiento académica. Si bien muchos sistemas educativos mantienen una
política que alienta esta medida, el informe PISA considera esta medida como
perjudicial para el crecimiento del estudiante y económicamente negativa para
la educación.
En
un marco de trabajo normal, el bajo
rendimiento de un estudiante contempla múltiples causales. Una de las condicionantes
principales de este fracaso escolar se centra en la ineficacia académica de las
escuelas para proporcionar una educación individualizada que atienda los casos
de aprendizajes diferentes.
Un
profesor español de secundaria. Andrés de la Cruz, reafirma la afirmación del
informe PISA. Considera que “los profesores seguimos trabajando lo mismo para
todos sin atender realmente a aquellos alumnos que requieren diferentes ritmos
de aprendizaje”. La tendencia a unificar el aprendizaje de aula facilita la
labor del docente, pero, a la larga, rechaza la diversidad que se encuentra en
el aula y aboca a los estudiantes especiales a un fracaso académico. De la Cruz
plantea un proceso de enseñanza que individualice el seguimiento a cada
estudiante e involucre a los padres de familia en este acompañamiento. La
atención direccionada a cada necesidad de aprendizaje permitirá un grado mayor
de éxito en el proceso de aprendizaje.
La
misma lectura ofrece la psicóloga infanto-juvenil de la Universidad Central de
Chile, Gloria Chanes, cuando afirma que el profesor tiene la obligación
de motivar y renovar las metodologías de enseñanza para adecuarse a los
diversos niveles de comprensión de los estudiantes.
Para
evitar la frustración que deriva de la repetición de curso, el informe PISA
propone un sistema más flexible de educación. Desde los primeros cursos, la
enseñanza debe prestar atención al progreso de cada estudiante, un progreso que
se centra en sus necesidades, capacidades y potencialidades individuales. Antes
de mirar el curso en su globalidad, el docente debe realizar una lectura
pormenorizada de los estudiantes para así adecuarse a sus aprendizajes. Es
necesario diferenciar a los estudiantes que presentan dificultades para el
aprendizaje de ciertos contenidos (matemáticas, idioma, etc) y reforzar ese
conocimiento mediante dinámicas de complemento. Antes de priorizar el
cumplimento de un programa preestablecido, la educación moderna persigue el
acompañamiento direccionado para consolidar las competencias académicas,
sociales y humanas deseadas. En palabras del catedrático en sociología, Mariano
Fernández Enguita, “la educación obligatoria
debe tener los mismos programas y objetivos para todos, pero distintos caminos
y distintos ritmos para cursarlos y alcanzarlos”.
El
subdirector de Educación de la OCDE, responsable del informe PISA, Andreas Schleicher considera que “la
repetición estigmatiza, es ineficaz y una auténtica pérdida de tiempo”. Las
investigaciones que ha realizado a nivel mundial para evaluar el papel que la
educación desempeña en el desarrollo nacional de cada país determinan que la
repetición de niveles académicos no reportan “ningún logro relevante en el
rendimiento”. En opinión de Schleicher repetir el año escolar supone una
pérdida de tiempo un costo extra para el sistema educativo.
De acuerdo
al análisis de los expertos, la repetición del curso escolar acarrea diversos
efectos negativos en el estudiante. Por un lado, el retraso que involucra la
repetición de año obliga a separarse de sus compañeros para integrarse con un
nuevo grupo. Es frecuente que el cambio de ambiente provoque un sentimiento de
autoestima y de tristeza. A los ojos de la comunidad escolar, el repetidor está
marcado con el cartel de fracasado y perdedor, provocando una reacción primara
de rechazo por parte de sus nuevos compañeros. La desmotivación inicial fruto
del cambio de entorno se fortalece por la sensación de aburrimiento que
propicia la repetición de las mismas dinámicas de aprendizaje.
Más allá
de las argumentaciones en contra de la repetición del curso académico, es
importante destacar que, en ocasiones, esta repetición posee efectos positivos
y será un “mal necesario” para el crecimiento del estudiante.
El
psicólogo de la Universidad Central de Chile, Jorge Rosende, califica la
repetición del curso como una oportunidad para madurar. “Es importante que
exista un apoyo integrado” para acompañar el proceso de adaptación y motivación
del estudiante. Para Rosende, el docente desempeña un papel esencial en la
explicación del nuevo proceso académico que debe afrontar y en la orientación
necesaria para enfocarlo con entusiasmo. Así mismo, considera que el abandono
del estudiante en un nuevo curso es la mejor forma de impedir su crecimiento.
Todas las
investigaciones consultadas consideran que repetir por repetir no es la
solución. A pesar de ser una salida
necesaria en algunos casos, la repetición de curso no puede ser vista como una
solución al bajo rendimiento académico de los estudiantes. Los consejos
planteados por los especialistas sugieren reforzar el apoyo y acompañamiento en
el aprendizaje. La labor integradora de padres de familia y educadores es la
vía idónea para el éxito académico.
A TOMAR EN CUENTA
1.
La decisión de repetir
el curso surge a partir de una reflexión profunda entre el estudiante y los
padres de familia. Es importante asumir la decisión como la mejor opción
posible, evitando las referencias al fracaso escolar o la idea de castigo.
2.
El apoyo emocional es
fundamental para lograr la motivación. El acompañamiento anímico al
estudiante pretende revertir la sensación de frustración.
3.
La implicación de
padres de familia y docentes resulta clave para revertir la situación de
repetición. Los docentes, con demasiada frecuencia, perciben al estudiante como un lastre y
desmerecen la participación del mismo. Todos deben asumir su responsabilidad
en el proceso de aprendizaje.
4.
La definición de un
reto o meta académica que se debe lograr durante el curso alentará una
actitud propositiva, minimizando la sensación de aburrimiento que pueda
surgir al repetir los contenidos nuevamente.
5.
La repetición del
curso se convierte en una oportunidad para trazar el correcto camino
académico. Mejorar los hábitos de estudio y adquirir nuevas destrezas
ayudarán el proceso de maduración del estudiante.
6.
El estudiante deberá
buscar un estilo de aprendizaje que se adecúe a su ritmo de asimilación. Se
complementará el aprendizaje con un sistema de apoyo y acompañamiento que
permite obtener el resultado académico esperado.
7.
Se recomienda realizar
pruebas especiales que identifiquen las capacidades cognitivas. El
diagnóstico adecuado de las dificultades en el aprendizaje permite actuar
directamente y revertir el problema inicial.
8.
Un complemento
necesario para identificar las dificultades de aprendizaje requiere un
estudio de visión y de oído. Estos factores inciden de manera directa en el
rendimiento inadecuado del estudiante y provocan la desatención continua en
clase.
9. Finalmente,
acompañar el la labor escolar con un profesor particular que refuerce los
procesos de aprendizaje en los cuales se muestre más débil.
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