Un informe del Banco
Mundial analiza la realidad educativa en América Latina y el Caribe. El estudio
se centra en la figura del docente y las condiciones de desempeño. Durante 5
años han investigado a más de 15.000 docentes con el propósito de dibujar el panorama
educativo del continente.
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“La
calidad de la educación está condicionada por la calidad de nuestros profesores”.
Con esta afirmación se presenta el informe encargado por el Banco Mundial para
diagnosticar la situación educativa en América Latina y el Caribe. La
investigación plantea la importancia del mejoramiento en el desempeño docente
como paso necesario para elevar la calidad de vida en el continente. La
relación entre educación de calidad y crecimiento económico nacional plantea
muchas coincidencias.
Los
resultados de la investigación han sido presentados en un informe titulado
“Profesores excelentes: cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el
Caribe”. Recoge una detallada radiografía sobre la situación y desempeño
laboral del docente, un perfil del docente actual. Además, traza las líneas
maestras para fortalecer y mejorar la actividad docente.
El
continente cuenta con más de 7 millones de docentes. El especialista del Banco
Interamericano de Desarrollo en educación para América Latina, uno de los
coordinadores de la investigación, Javier Luque, considera que el informe
“ayuda a un mayor entendimiento del rol de los docentes”. Afirma que cada día
es más notoria la relación entre desempeño docente y calidad educativa.
De
acuerdo a los datos que presenta el informe “la baja calidad promedio de los
profesores es el principal limitante que impide el avance educativo en la
región”. Las limitaciones que se perciben en el desempeño del aula se reflejan
en un rendimiento menor de los estudiantes. De acuerdo a los estudios PISA
sobre calidad y rendimiento educativo de jóvenes de 15 años, la región de
América Latina presenta un rezago de más de dos años respecto a los países
promedio del centro de Europa. Esta brecha resulta aún mayor en referencia a
los primeros países en la lista PISA como Singapur o Finlandia.
A
pesar de este negativo panorama, Luque destaca otros aspectos positivos que
auguran un mejoramiento educativo cercano. En los último 20 años, la cobertura
educativa en la región ha aumentado notoriamente y, en muchos países, permite
la escolaridad de la casi totalidad de los niños. Otro dato esperanzador refleja
un ascenso permanente en los datos que presenta el informe PISA. Si bien sólo 7
países de América Latina están registrados en dicho informe, la mejorar
sostenida en los últimos años refleja un trabajo bien hecho.
LA
DOCENCIA, UNA PROFESIÓN POCO ATRACTIVA.
Los resultados obtenidos durante la investigación
permiten dibujar el perfil promedio del docente en América Latina. El panorama
no es muy alentador para el mejoramiento de la educación.
Ser docente no genera la atracción necesaria entre
los jóvenes bachilleres. Las condiciones de crecimiento profesional y económico
son muy reducidas. Los valores académicos más destacados ingresan a la
universidad para formarse en otras carreras. Como consecuencia, los egresados
menos lúcidos engrosan las carreras destinadas a la formación docente. Esta
divergencia se percibe claramente en la retribución que perciben dos
profesionales de igual rango. El docente, por lo general, cobrará entre un 10%
y un 50% menos que otro profesional semejante.
En muchos países de la región, la docencia se ha
convertido en área de trabajo para la mujer. El 75% de los profesores de
América Latina son mujeres. De acuerdo a la percepción planteada por Javier
Luque, la docencia se proyecta como una profesión complementaria con la responsabilidad
del hogar. La dedicación de tiempo que requiere se adecua a las exigencias de
la familia moderna y, por ello, resulta atractivo para la mujer trabajadora.
El informe del Banco Mundial destaca que “los
estudiantes que cursan carreras relacionadas con la educación tienen más
probabilidad de pertenecer a la primera generación de sus familias que tiene
estudios universitarios en América Latina”. Como consecuencia de esta
afirmación, se percibe que los estudiantes de carreras pedagógicas inician sus
estudios superiores con una formación menos sólida que el resto de profesiones.
Más allá de estos aspectos, ser docente posee
ventajas y atractivos para el profesional. Los esfuerzos de muchos gobiernos
por extender la cobertura educativa a las regiones rurales ha conllevado la
contratación de numerosos docentes que trabajan en el sector público.
Anteriormente se mencionaba que los salarios eran, en ocasiones, hasta un 50%
menor; por el contrario, la identidad de funcionario dota al trabajo de docente
de una estabilidad profesional única. Una vez adquirida la plaza de docente, se
convierte en una fuente de trabajo inamovible.
La formación de un profesor excelente que ayude a
mejorar la calidad educativa en la región combate con dos problemas
estructurales que rara vez se han hecho frente desde los diversos gobiernos.
Por una parte, la inamovilidad docente está envejeciendo el cuerpo docente
actual. Por otra, la organización docente se consolida en un sindicato gremial
fuerte, que combate con fiereza las reformas educativas planteadas por los
gobiernos.
DEBILIDADES EN EL AULA
El desempeño docente en el aula refleja indicadores
preocupantes en referencia a la calidad educativa.
De acuerdo a datos comparativos con centros
educativos de Europa y Asia, en América Latina un docente aprovecha el 65% del
tiempo en aula, respecto a un 85% en otras regiones. Más de un tercio de la
clase está dedicado a actividades intrascendentes para el proceso educativo.
“Esto equivale a un día menos de instrucción por semana” contempla el informe.
A este dato se añade la poca atención que los
estudiantes dedican a las acciones dispuestas por el docente. En algunos casos,
se estima que apenas un 25% del tiempo de clase reclama la atención del
estudiante, un alarmante dato que refleja la pasividad de muchos estudiantes
dentro del aula.
La pertinencia educativa también se refleja en la
escasa incursión tecnológica en el aula. En un contexto en el cual los procesos
de integración comunicativa están impulsando el desarrollo y la investigación,
son muy pocos docentes los que apelan a los recursos pedagógicos modernos como
herramienta de trabajo. La pizarra domina la lista de recursos pedagógicos en
aula. Uno de cada tres docentes se alía con la pizarra para transferir la
información a los estudiantes. Llama la atención el alto índice de docentes que
manifiesta no utilizar ningún recurso pedagógico en aula. El 25% de los
profesores mantiene “el viejo estilo” de aula en el cual el docente se
convierte en la figura clave y exclusiva de la enseñanza.
LA FORMACIÓN DE LOS FORMADORES
La clave para mejorar la calidad educativa, de
acuerdo a la investigación emprendida, radica en la motivación para conseguir
docentes enamorados de su trabajo. Algunos aspectos que destaca el informe
reclama acciones como el reclutamiento de los docentes, el entrenamiento que
reciben y la compensación que se les ofrece para cautivar a los valores más
destacados.
La oferta salarial atractiva
permitirá llamar la atención de talentos valiosos. Al atraer a profesionales con
una formación más sólida, los criterios de selección y de evaluación serán más
rigurosos. Además, al elevar el aporte de los nuevos docentes, se produce un
efecto contagio en los ya existentes. Éstos últimos estarán llamados a
renovarse y crecer para mejorar su rendimiento. Con mejores docentes, es
factible obtener un mejor proceso educativo en favor de los estudiantes.
La motivación docente debe apelar a
otros espacios de crecimiento que no sean monetarios. La formación continua, la
capacitación en nuevas áreas profesionales y la posibilidad de impulsar
proyectos educativos innovadores son otros campos de acción que ayudarán a los
profesionales de la educación a buscar la superación constante y revertir esas
innovaciones en sus espacios de enseñanza.
INNOVAR LAS ESTRUCTURA
El coordinador del estudio realizado por el
Banco Mundial, Javier Luque, elogia los avances que en materia educativa se ha
producido en América Latina. La ampliación de la cobertura educativa en áreas
rurales, la dedicación de mayores recursos para infraestructura y material
educativo; y la capacitación docente han sido aspectos destacados en el
informe.
El informe destaca también la importancia de
“gestionar el aspecto político” de la educación como base estructural para el
desarrollo de las demás políticas. Para Javier Luque, la modernización de la
formación docente requiere reformas profundas que agilicen la intervención
estatal. “En América Latina, la mayoría de las aulas son
como una ‘caja negra’: el sistema desconoce lo que realmente sucede en ellas.
Eso limita sustancialmente las posibilidades de mejora”.
Los verdaderos desafíos radican en el ámbito político. En este espacio
de discusión se deben gestar las estrategias y disponer las reformas necesarias
para elevar la formación y evaluación docente. Incluso, es necesario incluir a
los actores educativos principales (sindicatos docentes y juntas de padres de
familia) para que participen activamente del diseño de estrategias y de los
procesos de designación y evaluación docente.
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