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El fomento de los espacios creativos dentro
del aprendizaje permite formar estudiantes capaces de resolver problemas de
futuro. La docente está llamado a entrenar la creatividad de cada estudiante
como parte de las dinámicas de aula.
La creatividad es una
cualidad innata en los niños. Sus instintos de curiosidad y de exploración los
impulsan a descubrir su entorno. La educación tradicional prioriza el
aprendizaje memorístico centrado en las evaluaciones repetitivas. Esta modelo
frena el desarrollo de la creatividad y coarta la imaginación. Los estudiantes
se acostumbran a responder para obtener la aprobación del docente. Se pierde la
capacidad de explorar nuevos caminos.
El doctor en filosofía
Robert Swartz reclama que es imprescindible “enseñar a pensar más que a
memorizar”. Swartz es reconocido como un
pionero en la inclusión del pensamiento crítico y creativo dentro de los
procesos educativos. Su principal propuesta persigue la inclusión del
Aprendizaje Basado en el Pensamiento como una metodología de enseñanza centrada
en el desarrollo de destrezas de pensamiento.
“La creatividad no es algo
diferente del conocimiento” sentencia el doctor Agustín de la Herrán. Refuerza
la idea de un proceso permanente de entrenamiento para desarrollar en plenitud
las habilidades creativas. Para de la Herrán, la creatividad es considerada
como “una cualidad de la razón” y por tanto, educable dentro de los procesos de
enseñanza activa que se impulsan en el aula.
Ambos expertos apelan a un
cambio radial de las metodologías docentes para potenciar una nueva era de
formación. La escuela actual, matiza Robert Swartz, “mata las ganas de aprender
y pensar”.
La cumbre mundial en
innovación para la educación, realizada en Doha (Qatar) propuso como temática
central “creatividad en el corazón de la educación”. Entre las múltiples
exposiciones, el representante de la Universidad de Harvard, Tony Wagner
también destacó el freno que el actual sistema de educación supone para el
impulso creativo. Y remata que “la escuela se preocupa de impartir
conocimientos y no de crearlos”.
Wagner considera que la
escuela debe asumir diversos desafíos para replantear la educación desde un
enfoque más creativo. Sugiere revisar, en primer lugar, el sistema de
evaluación. El actual modelo alienta a los estudiantes para que respondan de
manera similar a la percepción planteada por el docente, provocando una actitud
de conformismo hacia el agrado. El sistema educativo, sugiere, tiene que
priorizar el aprendizaje colaborativo en grupos de innovación. Refuerza este
modelo con la necesidad de aprender desde los errores. La innovación que
proyecta va acompañada de errores. Éstos, antes que ser la puerta al fracaso,
deben considerarse como “desde una dimensión positiva cuando se analiza el
motivo y se descubre el camino de solución”.
Las metodologías de
enseñanza que ejercitan las dinámicas creativas provocan un aprendizaje activo.
Antes de replicar respuestas esperadas, el estudiante “compara y contrasta
cosas para realizar, con destreza, una toma de decisiones o una resolución de
problemas” ratifica Swartz. Esta habilidad de pensar y resolver problemas será
un aprendizaje que acompañe al estudiante durante su vida.
Francisco Menchén Bellón valora la creatividad como una potencialidad
de todo ser humano. La estimulación de esta facultad ayudará a su
consolidación. Retoma, en algún sentido, las palabras del reconocido pintor
español, Pablo Picasso consideraba que “todos los niños nacen artistas; el
problema es seguir siendo artistas cuando crecen”.
Tanto Wagner como Swartz
destacan la importancia del papel docente en este proceso de educar la
creatividad. El profesor está llamado a ser el guía de los estudiantes y en
encargado de plantear retos educativos a los estudiantes. Estos retos se
convierten en despertadores de las destrezas del pensamiento, activando el
conocimiento más allá de la simple recordación o memorización. En la medida que
el estudiante se siente estimulado por los retos, se motiva en una vorágine
creativa en procura de soluciones.
La actitud del docente en
el aula será el principal detonante de la creatividad. Las clases se convierten
en un salón de secretos y magias cuyo reto es centra en aprender. El docente
que desvela fácilmente las respuestas limita la capacidad de experimentación,
desmotivando el proceso de aprendizaje. Por el contrario, si cada dinámica de
aula se torna un misterio para resolver, los estudiantes se ilusionan con la
búsqueda de soluciones y la capacidad de explorar.
El profesor se caracteriza
por una actitud creativa y activa, valora la curiosidad, la capacidad de
asombrarse y la inquietud. El fortalecimiento creativo implica ejercicios,
juegos y dinámicas de solución. El clima de trabajo será pieza clave para el
desarrollo de estas actitudes.
Si bien es cierto que el
sistema no prepara a los profesores para estos retos del aprendizaje, el apoyo
de las nuevas tecnologías, utilizadas con sentido común y dentro de unos
márgenes de acompañamiento pueden convertirse en las mejores herramientas para
la indagación del aprendizaje.
“Hay que romper con la
rutina de las aulas y apostar por la creatividad” resalta David del Prado,
director del Instituto Avanzado de Creatividad Aplicada Total. Los docentes
deberán adecuarse cuanto antes a un perfil de formadores y educadores de
creatividad. La escuela actual, transmisora y repetidora de conocimiento, tiene
que dejar paso a una escuela transformadora y creativa, en la que participan
por igual maestro y estudiante. Un
sistema educativo que, en palabras de Tony Wagner, reclama el “coraje del
pensamiento” que aliente al estudiante para que afronte con convicción y
razonamiento la búsqueda de soluciones.
LA CREATIVIDAD EN ETAPAS
El proceso creativo que defiende Menchén Bellón
contempla diversas etapas:
·
Preparación.- el trabajo de capacitarse adecuadamente para iniciar un
buen proceso creativo. Se centra en el aprendizaje previo, en la asimilación
de ideas y la acaparación de conocimiento.
·
Incubación.- La gestación de ideas requiere un periodo de asentamiento.
Esta etapa se sustenta en un inconsciente activo que va sedimentando las
ideas.
·
Iluminación.- un destello creativo que ilumina la solución. El tiempo
de gestación de ideas sorprende con una chispa de genialidad creativa.
·
Formulación.- la idea tiene que ordenarse y razonarse. El proceso
creativo tiene que consolidar una argumentación que valide la idea gestada.
·
Verificación.- sentido de autocrítica que empuja a revisar la idea para
mejorar las aristas y perfeccionar la idea.
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10 CONSEJOS PARA ESTIMULAR LA CREATIVIDAD
1. Plantear actividades que representen un
desafío de acuerdo a sus habilidades y conocimiento
2. Utilizar preguntas abiertas disipadoras de
opciones ¿Qué pasaría sí…? ¿De qué otra manera…? ¿Por qué no…?
3. Identificar oportunidades y momentos para
que tomen sus propias decisiones
4. Incluir el juego y el sentido del humor
como ingredientes indispensables en nuestro día a día
5. Escuchar sus inquietudes y propuestas.
Darles estímulo, confianza y apoyo para llevarla adelante
6. Evitar hacer juicios y avaluaciones
prematuras sobre ideas expresadas
7. Respetar los tiempos y ritmos de cada uno
8. Sintonizar con sus talentos, intereses y
emociones
9. Dar valor a sus opiniones y promover la
posibilidad de que las expresen
10. Sumergirlos en un ambiente que les permita
probar cosas nuevas sin sentirse presionados por los resultados que deben
tener.
Nuestros alumnos son creativos por naturaleza, solo hay
que dejarlos ser ellos mismos y mirar al mundo con sus ojos.
(Manu Velasco)
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EL CREATIVO
El estadounidense
Roger Von Oech presenta, en su libro El
despertar de la creatividad, cuatro perfiles del creativo.
·
El explorador.-
buscador de información
·
El artista.-
transforma la información en ideas
·
El juez.- capaz de
evaluar las ideas para descubrir las bondades de cada una de ellas.
· El guerrero.-
hombre de acción, plasma las ideas en dinámicas de ejecución concretas.
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ResponderEliminarEl estadounidense Roger Von Oech presenta, en su libro El despertar de la creatividad, cuatro perfiles del creativo.