La
Iglesia Católica advierte del incremento del bullying en las redes sociales.
Las víctimas del acoso escolar sufren depresiones y frustraciones que se
prolongan en el tiempo.
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El
Vaticano ha lanzado una campaña para promocionar y proteger los derechos de los
niños en las redes sociales. Con motivo del 25 aniversario de la convención
internacional sobre derechos del niño, las autoridades eclesiales han
manifestado su preocupación por el incremento del cyberbulling entre los niños
y jóvenes.
La
campaña “Stop a las amenazas en internet” cuenta con el impulso de Pontificio
Consejo Justicia y Paz. De acuerdo al presidente de dicho consejo, el cardenal
Peter Turkson, se busca hacer de internet un lugar más seguro para los menores.
Diversas instituciones católicas y educativas se han sumado a esta iniciativa
para proteger el entorno de los niños y jóvenes.
Los
estudios e investigaciones realizados en Europa y Latinoamérica revelan que
casi un 20% de los estudiantes ha sido víctima del acoso escolar de manera
sistemática a través de internet. Más preocupante resulta la docena de
suicidios que se han producido en
Inglaterra producto del acoso. Los menores, acorralados por el miedo y la
impotencia, optaron por el suicidio como la forma de frenar las amenazas
permanentes.
Preocupado
por estos datos, el Vaticano ha impulsado la campaña “stop a las amenazas en
internet” con la intención de llamar la atención sobre este creciente peligro.
El cardenal Turkson recupera el mensaje del Papa Francisco en el cual invita a
la Iglesia para acercarse a las periferias y lo aplica al mundo digital. Para
el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, acceder a los gettos de
agresión escolar y combatir el ciberbullying también es parte de la misión de
la Iglesia.
Flaminia
Giovanelli, subsecretaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz caracteriza el
cyberbullying “por el acoso verbal o psicológico por parte de un individuo o
grupo contra otros”. Estas actitudes se manifiesta de múltiples maneras:
burlas, insultos, amenazas, chismes y amenazas. Destaca que las nuevas
tecnologías “con la facilidad de acceso desde un teléfono móvil, generan nuevas
oportunidades y vías para abusar de las víctimas”.
Las
instituciones impulsoras de la campaña resaltan enfáticamente que internet no
es el problema. Tanto los investigadores del bullying como los educadores
concuerdan en destacar la pérdida del respeto al ser humano como la base del
problema. Internet simplemente proyecta nuevos escenarios de interacción y, por
tanto, nuevas oportunidades para amenazar.
Giovanelli
considera que la principal respuesta de la Iglesia se centra en “dar a informar
y conocer lo que está sucediendo, dar a conocer los instrumentos jurídicos que
ayudarán a las víctimas”. La campaña
“Stop a las amenazas en internet” busca la colaboración de padres de familia
como los aliados esenciales para detectar y combatir las situaciones de acoso.
La Iglesia debe esforzarse en “una formación adecuada para todo el entorno
educativa, puesto que la familia es todo en estos casos”, resalta Giovanelli.
Una de las causas de que los adolescentes estén de
manera continua conectados a Internet es que los padres no tienen tiempo
suficiente para pasar con ellos. Los expertos abogan por mantener un ámbito de
relación familiar sólido, en el cual las relaciones directas fortalezcan la
estima de los jóvenes. De esta manera, internet no se presenta como una vía de
escape ante la ausencia de afecto o comunicación que perciben dentro de la
familia.
La
atención de padres y profesores es fundamental para detectar y frenar los casos
de acoso que se producen en los entornos escolares. Todos deben prestar
atención a estos casos puesto que para combatir el bullying se considera necesario crear un espacio sin víctimas ni
cómplices.
Una
víctima del cyberbullyng apadrina la campaña. La experiencia de Laetitia Chanut
ha servido para ilustrar el rostro de las víctimas. "Me considero una ex-víctima. Ahora veo las
cosas de una manera distinta. He madurado y evolucionado. Es una experiencia
que todavía siento, pero de la que he aprendido a ver el lado positivo gracias
a asociaciones como esta”, reflexiona Chanut.
Los efectos del bullying
perduran en el tiempo, remarcan los psicólogos. Giovanelli reconoce que los
cuadros depresivos derivados del acoso escolar se convierten en un autopista
hacia el suicidio. El presidente de la Asociación METER, P. Fortunato Di Noto,
alerta sobre la vinculación entre el acoso y el suicidio. “Lo que hacemos en el
mundo virtual es real” manifiesta, “tiene consecuencias reales en la vida de
las personas”.
Revertir el daño moral
que padece una víctima es una labor constante de apoyo hasta reponer plenamente
la estima propia. La situación se puede ver agravada cuando el acoso se
convierte en “una
intimidación permanente que a veces incluye provocaciones sexuales”, destaca
Laetitia Chanut.
“Stop
a las amenazas en internet” alienta a la formación educativa preventiva como la
mejor medida que docentes y padres de familia pueden asumir en contra el
cyberbulling. Junto a la prevención, el Vaticano insiste en recuperar el
respeto por el ser humano como otro método para combatir el bullying. Una
amenaza que debemos afrontar unidos.
Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"
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