Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

miércoles, 1 de abril de 2015

Aprenda a aplicar diferentes estrategias para cada necesidad dentro del aula





 Las estrategias de enseñanza se organizan en virtud del contenido y del nivel educativo al que están destinados. Cada aula requerirá una adaptación diferente en la implementación.


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La adecuada utilización de estrategias docentes facilita el aprendizaje significativo. Frida Díaz Barriga y Gerardo Hernández sugieren adecuar cada estrategia al momento de aprendizaje pretendido. La flexibilidad en los procedimientos también ayuda a obtener el mayor rendimiento.

La dedicación de un docente para preparar y planificar el trabajo de aula pretende lograr una respuesta efectiva en los estudiantes. Cada docente selecciona diversas dinámicas pedagógicas para alentar y motivar la actitud de aprendizaje significativo en los estudiantes. Elegir los momentos claves para cada dinámica permitirá una mejor recepción en los estudiantes y, por tanto, una comprensión más plena del contenido.
Los pedagogos mexicanos Frida Díaz Barriga y Gerardo Hernández evalúan la aplicación de diversas estrategias de enseñanza. Sugieren la implementación de cada una de ellas en diversas partes del proceso de aprendizaje, para obtener un mejor rendimiento en su implementación y, sobre todo, en el resultado final.
Díaz Barriga considera la estrategia como los “procedimientos o recursos utilizados por el agente de enseñanza para promover aprendizajes significativos”. El objetivo del aprendizaje abarca tanto contenidos conceptuales como procesos de mejora en la comprensión y recuerdo. Por ello, los autores consideran fundamental que los procedimientos resulten “flexibles y adaptativos (nunca como algoritmos rígidos) a distintas circunstancias de enseñanza”.
Las estrategias de enseñanza se organizan en virtud del contenido y del nivel educativo al que están destinados. Cada aula requerirá una adaptación diferente en la implementación.
De acuerdo a los tiempos de implementación propuestos por Díaz Barriga y Hernández, las estrategias se distribuyen en tres momentos.
Las primeras se implementan al inicio de la sesión. Se denominan estrategias preinstruccionales y su función consiste en “preparar y alertar al estudiante en relación a qué y cómo va a aprender (activación de conocimientos y experiencias previas pertinentes) y le permiten ubicarse en el contexto del aprendizaje pertinente”. Con estas dinámicas, el docente introduce a los estudiantes en el tema y les permite generar expectativas propias para el transcurso de la clase.
Una vez iniciado el desarrollo de la clase,  el docente recurre a las estrategias coinstruccionales. Mediante estos recursos pedagógicos, el docente acompaña el aprendizaje de los estudiantes destacando y recalcando los puntos fuertes de cada contenido dispuesto. La ejecución de estos procedimientos responde a un ritmo de trabajo que el docente interpretará en el entorno de la clase, un ritmo compartido que permite avanzar responsablemente.
Finalmente, y una vez concluida la presentación del contenido asignado para la clase, existen las estrategias postinstruccionales que permiten al estudiante “una visión sintética, integradora e, incluso, crítica del materia aprendido”.

PREPARAR AL ESTUDIANTE 

El estudiante tiene ansias por saber, es un entusiasmo genuino. El docente guía este entusiasmo para encauzarlo hacia los contenidos programáticos de cada materia. La claridad y trasparencia en el camino serán un aliciente para motivar al estudiante.
Las estrategias preinstruccionales están llamadas a cautivar a los estudiantes y despertar en ellos la inquietud por el tema en cuestión. Dibuja el horizonte sobre el que transcurrirá la clase.
Díaz Barriga recomienda la activación del conocimiento previo, que permite al profesor “un doble sentido: conocer lo que saben sus alumnos y utilizar tal conocimiento como base para promover nuevos aprendizajes”.
Exponer los objetivos y las metas que todo estudiante deberá alcanzar a lo largo del conocimiento dispuesto direccionará las expectativas que los estudiantes generan sobre el curso y a “encontrar sentido y/o valor funcional a los aprendizajes involucrados en el curso”.
La exposición planteada por Díaz Barriga y Hernández sugieren que “los objetivos o intenciones educativos son enunciados que describen con claridad las actividades de aprendizaje a propósito de determinados contenidos curriculares, así como los efectos esperados que se pretender conseguir en el aprendizaje de los alumnos”. El enunciado de los objetivos contextualiza al estudiante y antecede los contenidos que se espera debe dominar al finalizar el clico.
Además de la delimitación de objetivos, el resumen también funciona como una estrategia preinstruccional. El docente presenta una síntesis con la información más relevantes que se trabajará. Este resumen puede ser oral o escrito. En su exposición se contempla los conceptos claves o centrales del tema.
Finalmente, aunque con un uso académico menor, se puede considerar el organizador precio como otro recurso de apertura. El contenido que se desarrollará durante la clase se organiza de manera sistemática para mostrar los elementos centrales. El grado de abstracción del organizador previo es superior al resumen.
La implementación de estas estrategias preinstruccionales puede acompañarse de los interrogadores de apoyo, que permitirán al docente explorar los conocimientos previos y replantear la introducción al tema en virtud de los resultados obtenidos.

ACOMPAÑAR EL APRENDIZAJE

Una vez definidas las intenciones, el reto es avanzar en un aprendizaje significativo. La implementación de estrategias de enseñanza adecuadas permite al docente un desglose del contenido lógico para mantener el interés y atención de los estudiantes.
Estas estrategias suponen un apoyo a  los contenidos curriculares que impulsa el docente. La implementación de recursos pedagógicos durante el desarrollo de la clase refuerza la claridad necesaria en un proceso de aprendizaje. El docente resaltará los puntos clave o los conceptos destacados que direccionarán el aprendizaje. Díaz Barriga destaca estas estrategias coinstruccionales puesto que permiten “la adecuada organización de la información que se ha de aprender, a la vez que mejora su significatividad lógica, fortaleciendo el aprendizaje significativo”. La ejecución de diversas dinámicas ayudará a remarcar dichos elementos y servirá para aclarar las dudas que surjan entre los estudiantes.
Paralelamente, se trabajará otras estrategias que ayudarán a mantener la atención y a reactivar la motivación durante el proceso.
Entre las estrategias de enseñanza más recomendables para este proceso, se destacan las ilustraciones, las analogías, las preguntas intercaladas y los resaltadores topográficos.
Las ilustraciones producen un efecto de síntesis visual fuerte. Los conceptos o teorías se sintetizan en un dibujo o imagen que apele, en el estudiante, un proceso de abstracción conceptual. La imagen visual detonará en la memoria del estudiante el contenido o concepto deseado. El atractivo y la facilidad de lectura que supone la imagen resultan útiles para cautivar al estudiante.
Las analogías o ejemplos actúan de manera similar a la ilustración. En este caso, apelan a imágenes mentales que se producen a partir de la recreación de ejemplos expresados por el docente. La semejanza entre situaciones planteadas ayudará al estudiante a profundizar en la abstracción y lograr un conocimiento más complejo.
Complementarias a las estrategias señaladas, las preguntas intercaladas ayudan al docente a recuperar la atención de los estudiantes. Estas preguntas también sirven para evaluar el grado de comprensión y aceptación que está teniendo el docente ante los estudiantes. Existen diversas maneras de realizar estas preguntas y de valorar el resultado obtenido.
Una lectura adecuada a las preguntas intercaladas servirá al docente para reestructurar la clase y buscar nuevos caminos de enseñanza que permitan alcanzar los objetivos trazados al inicio de la clase.
Si el desarrollo de la clase se ha planteado desde la lectura y el respaldo documental, es importante que el docente refuerce el aprendizaje mediante los resaltadores tipográficos. Es recomendable destacar las palabras clave o los conceptos principales de un texto. En caso de que el texto no disponga de esta ayuda, se puede disponer diversas dinámicas de lectura y comprensión que ayuden al estudiante a destacar las partes sustanciales. Estos resaltadores servirán también para el repaso o revisión final que acompaña a cada clase.

EL ÚLTIMO PASO

Antes de concluir la sesión, las estrategias posinstruccionales “permiten al estudiante formar una visión sintética, integradora e incluso crítica del material”. La implementación de estas estrategias ayudará a reforzar el aprendizaje deseado. La valoración o evaluación estará guiada por los objetivos trazados al inicio de la clase y será coherente con el desarrollo de las estrategias de enseñanza a lo largo de la clase.
El docente dispone de diversas herramientas para evidenciar los aprendizajes logrados. La principal constatación se centra en conectar los aprendizajes previos con los aprendizajes nuevos adquiridos.
Las estrategias posinstitucionales se convierten en un proceso de autoevaluación por parte del docente. Por ejemplo, un mapa conceptual o un resumen elaborado por los estudiantes ofrecerán la percepción que han rescatado de la clase. El docente debe considerar la coherencia entre lo dictado y lo observado por los estudiantes. 
Con frecuencia, los nervios y el cansancio son las particularidades de cada final de clase. La valoración de lo asimilado por los estudiantes puede ser rápida, pero no se debe obviar. Supone la culminación de un proceso de aprendizaje significativo alumbrada por el objetivo inicial tramado.



Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"
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