Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Cómo usar las emociones a favor del aprendizaje





La interacción en el aula genera un vínculo entre docente y estudiantes. Las empatías entre ellos fortalecen un ambiente educativo idóneo para el aprendizaje. Como docente, estamos llamados a despertar las emociones de los estudiantes.

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El maestro siente una pasión única por la docencia. En un contexto poco favorecedor, la motivación personal impulsa a cada docente a superarse y construir un mejor espacio de aprendizaje para los estudiantes. En el momento que logramos transmitir nuestra pasión a los estudiantes los emocionamos par que vivan la sensación de un aprendizaje intenso.

La docencia requiere un equilibrio entre la inteligencia intelectual y la inteligencia emocional.  A la par que compartimos con los estudiantes los conocimientos curriculares establecidos, debemos provocar en ellos un componente emotivo que les despierte la inquietud.

El aula se convierte en un espacio motivante cuando docente y estudiante sienten la pasión por aprender. Algunos recursos útiles permiten emocionar a los estudiantes para involucrarlos en el proceso de aprendizaje.


1.     Recuerdo.- echar una mirada para atrás y evaluar el avance obtenido resulta un recurso interesante para levantar el ánimo del curso. El recuerdo ayuda a repasar el aprendizaje alcanzado. Permite evidenciar un crecimiento personal y grupal que siempre es alentador. El recuerdo también emociona, hace presente sensaciones anteriores que, desde la perspectiva actual, tiene una lectura positiva.

El docente busca la oportunidad en el aula para hacer una pausa y rescatar ese acontecimiento anterior que el curso debe releer. La nueva interpretación del hecho alentará al grupo por los logros alcanzados, p la forma de superar el conflicto que se ha conseguido. Esta dinámica del recuerdo ayuda a cohesionar el grupo y crear una red de aliento permanente.

Algunos recuerdos interesantes que pueden apelarse con cierto humor y emoción se centran en las fechas significativas como el primer día de clase, la primera salida del grupo o algún evento de relevancia en la vida escolar.


2.     La anécdota.- posee una carga menos emocional, pero un sentido de curiosidad tan intenso que atrapa con facilidad a los estudiantes. La clave de una buena anécdota radica en rescatar una enseñanza fácil rodeada de un contexto de humor. El docente filtrará el ritmo de la clase para insertar la anécdota en el momento oportuno: una pausa en el tema, un cambio de dinámica.

La anécdota genera un momento mágico en el aula. Permite una relajación de la tención intelectual para recibir un aprendizaje más emocional a través de la curiosidad y el humor. La anécdota provoca una complicidad entre quien la cuenta y quien la escucha, una sensación de compañerismo que se extenderá fácilmente al resto del aprendizaje.

La selección del hecho anecdótico evitará referencias directas a los estudiantes. Podría sentirse como un ataque y agresión poco agradable. Algunas pautas para encontrar la anécdota indicada se pueden encontrar en las respuestas graciosas, los lapsus linguae o las confusiones inocentes, las sorpresas que cautivan a los docentes.


3.     La imagen.- La imagen genera un mensaje directo y agradable. La visualidad de la imagen provoca una sensación gratificante en un contexto de aprendizaje. Rompe la rutina del libro y el texto. Una imagen, con una buena frase o lema, queda grabada en la memoria de los estudiantes.

El recurso de la imagen como elemento motivante puede convertirse en una constante en la clase. Los estudiantes, habituados a ella, encontrarán en la imagen diaria un detonante motivante para la participación.


4.     Expectativa.- trabajar el componente emocional de los estudiantes mediante la expectativa supone un reto creativo para el docente. Con antelación, el docente sugiere a los estudiantes que habrá algo especial para cierto día. La preparación del curso para dicho evento, así como la expectativa generada por los anuncios provoca la atención de los estudiantes. La responsabilidad  del docente requiere un acto especial que esté de acuerdo a la altura de la expectativa. Una buena campaña de expectativa, con la debida preparación y participación de los estudiantes los mantendrá activos e involucrados en la actividad. Si se manejan estas experiencias de acuerdo a un plan de trabajo relacionado con la materia, se obtendrán resultados interesantes.

5.     Confesión.- un recurso sencillo para desertar el sentir emocional de los estudiantes consiste en la teatralización o escenificación en clase. Con una dramatización básica por parte del docente se transforma el ambiente de la clase. Los estudiantes activan nuevas formas de percepción que facilita el aprendizaje desde los componentes de diversión.

La confesión invita al docente para que represente un papel teatral dentro del espacio del aula. De entrada, la disposición del docente y del aula rompe la rutina y atrapa el interés del estudiante. Un ejemplo inicial de confesión invita al docente a subirse en una silla. Con papel en mano, confiesa a los estudiantes la importancia que para él posee cada uno de los estudiantes. Les agradece todo lo que ha crecido y aprendido gracias a ellos. Al concluir la lectura, puede dejar un tiempo breve de silencio para provocar la respuesta de los estudiantes. La confesión ayuda a conectar las emociones mutuas entre docente y estudiantes.

6.     Dinámica.- las dinámicas de aula suponen otra manera de dar un giro en el aula y renovar el entusiasmo por el aprendizaje. Las actividades grupales permiten la colaboración mutua entre estudiantes. Una buena dinámica sirve para recuperar el entusiasmo dentro del aula.

Para despertar las emociones en los estudiantes se sugiere una dinámica sencilla pero constructiva. Se hace un círculo entre todos. Cada estudiante debe poner en un papel una cualidad positiva del compañero que está a su lado. La cabo de un tiempo, se van leyendo las cualidades en voz alta, a la vez que se abraza al compañero. Al finalizar la exposición de todos, se procede con el abrazo grupal. Esta dinámica ayuda mucho para enriquecer la estima entre los compañeros y rehacer lazos de unión que se fragmentan.

7.     El regalo.- el regalo es una forma de agradecer a un estudiante o grupo de estudiantes. Supone una forma de recordar algún hecho trascendente en la clase y reconocerlo con el premio. La entrega de un obsequio o un regalo al estudiante posee un alto valor emocional. Si el regalo logra ser individualizado (uno para cada uno de acuerdo a su forma de ser y gustos) se eleva la carga emocional.

Fuente: Redacción Diálogo Educativo


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