El profesor universitario Roger Schank expone sus
“motores para la educación” Presenta un discurso agresivo con el actual sistema
educativo. El modelo sustentado en la memorización de contenidos no aporta
valor al aprendizaje. Desde su perspectiva, la escuela tiene que renovarse y
enseñar desde la vida.
Roger Schank lleva 35 años como catedráticos en
tres de las universidades más prestigiosas del mundo. Desde su experiencia en
las aulas la memorización de contenidos es una pérdida de tiempo y de neuronas.
“El sistema educativo actual se basa en muchas y
malas premisas” afirma con vehemencia. El modelo centrado en la repetición del
conocimiento responde a la época de la revolución industrial. Tanto las
autoridades políticas como la tendencia social buscaban la formación de mano de
obra para las fábricas. El entrenamiento para los trabajadores requería la
capacidad de hacer una misma cosa repetidamente durante un periodo prolongado
de tiempo. La escuela se convirtió en la
preparatoria para este modelo de vida. La repetición memorística
entumece la imaginación. Fruto de ello, se plantea una escuela aburrida y
mecánica.
Schank considera que el aprendizaje de la historia,
tal y como se desarrolla en la actualidad, es otra de las grandes pérdidas de
tiempo en la educación. El aprendizaje de la historia, de acuerdo al método
actual, está basado en fortalecer las ideas que estimulan la identidad nacional
creada por los gobiernos. Antes que enseñas las dos caras de una realidad, se
defiende la versión “oficial” que presenta a los propios como los ganadores y
los referentes de la vida en convivencia.
El empeño por renovar la educación se ha
consolidado en una fundación “motores de la educación” con la cual alienta la
creación de nuevos espacios de formación académica. La educación se debe
convertir en algo excitante y agradable para los niños. El aprendizaje,
manifiesta en su página web, debe alentar las experiencias de vida que aportan
conocimiento real y útil a los niños. Y, ante todo combatir las aburridas
clases que se desarrollan bajo el sistema actual.
La experiencia educativa se caracteriza por ser una
etapa creativa de felicidad. El aprendizaje debe presentarse como una
experiencia de curiosidades e inquietudes que marcan el carácter y la
sociabilidad de los menores. “La educación – sentencia Roger Schank – llega a
través de la experiencia de vida”. Para aprender los nombres de los ríos o los
ligares históricos de una ciudad, es preferible organizar un paseo por ella,
visitarla y sentir la experiencia real de sus calles. El mapa ayudará a conocer
los nombres, pero no a darle sentido y vivencia al aprendizaje. El aprendizaje
basado en la memoria se olvidará pronto; la experiencia plasmará una vivencia
que perdurará en la memoria de los estudiantes.
La experiencia educativa debe partir de los
intereses de los estudiantes. Como ejemplo relata la experiencia de su nieto de
apenas 4 años. Roger Schank ha descubierto el gusto que su nieto y otros
compañeros de su edad tienen por los camiones y los trenes. Por ello, centra
las dinámicas de aprendizaje desde ese interés manifiesto. A través de los
trenes, ha desarrollado una metodología que enseña a leer y escribir a los
niños, un sistema en enfoca sus intereses y los direcciona hacia los
aprendizajes útiles. “La idea es que cada uno aprende desde lo que le gusta, y
no todos aprendan lo mismo” concluye.
La escuela está llamada a atender las necesidades
de la sociedad moderna. Los contenidos actuales carecen de un sentido práctico
para la vida real. Los postulados que proponen “motores para la educación”
enfatiza la enseñanza de medicina, economía o valores de convivencia como ejes
educativos. “La educación no tiene que aburrir a los niños” corrobora Schank.
Una enseñanza a partir de las motivaciones de los estudiantes.
El objetivo no deberían ser las notas de los exámenes, sino la felicidad,
que proviene de una vida emocionante, que incorpora habilidades laborales,
capacidad de razonamiento, capacidades personales, y no incluye fórmulas
matemáticas ni obras literarias que consideran sagradas las distintas culturas.
Resume el proceso de aprendizaje con una invitación directa para “aprender de la experiencia, del
conocimiento compartido, y seguir tu propia aventura”
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