Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

lunes, 19 de octubre de 2015

Aprendizaje colaborativo, una tendencia que se impone en la educación moderna





Los sistemas tradicionales de educación colocan al profesor como el responsable único del aprendizaje. El estudiante asume una participación pasiva, se limita a cumplir los objetivos y las dinámicas de trabajo planteadas por el docente. Incluso, la evaluación del avance en el aprendizaje se sustenta en los parámetros de adecuación proyectados por el docente.



El filósofo romano Lucio Séneca expresó “el que enseña, aprende dos veces”. El aprendizaje colaborativo se impone como una tendencia que fortalece el desarrollo cognitivo y las experiencias de aula. Los estudiantes asumen un protagonismo mayor en la escuela y, por tanto, consolidan actitudes ante la vida.

La sociedad actual se ha acostumbrado a innumerables cambios. La innovación tecnológica impulsa transformaciones constantes en las relaciones humanas. La educación no queda ajena a estos procesos. Los docentes están llamados a renovar sus estrategias de formación para impulsar un desarrollo de la personalidad más acorde con las problemáticas actuales que rodean a los estudiantes. Además de desarrollar métodos efectivos de aprendizaje, el docente potencia la habilidad del estudiante para afrontar los retos de la vida social y laboral que le esperan fuera del colegio.


Los sistemas tradicionales de educación colocan al profesor como el responsable único del aprendizaje. El estudiante asume una participación pasiva, se limita a cumplir los objetivos y las dinámicas de trabajo planteadas por el docente. Incluso, la evaluación del avance en el aprendizaje se sustenta en los parámetros de adecuación proyectados por el docente.

El modelo de aprendizaje colaborativo sugiere una transformación total en la lógica de trabajo de aula. El estudiante comparte junto al docente la responsabilidad de dinamizar y profundizar el aprendizaje. La interacción entre pares (estudiantes) nutre el proceso de enseñanza con  las inquietudes, curiosidades y dudas de los propios estudiantes.

Estudiantes y docentes no sólo comparte la necesidad de coordinar los objetivos de aprendizaje; también asumen, en conjunto, la importancia de vivir los valores de convivencia de grupo; es decir, una enseñanza para la vida.

Los estudios realizados por Johnson y Johnson definen el aprendizaje colaborativo como “un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e induce la influencia recíproca entre los integrantes de un grupo”. La base que sustenta el aprendizaje colaborativo radica en la experiencia común que une a los estudiantes. La similitud que comparte en el proceso cognitivo y las experiencias compartidas que muchas veces les unen facilitan el aprendizaje. De este modo, tanto el estudiante que enseña, como el que comparte la instrucción logran asimilar con mayor firmeza los conceptos.
El profesor Frank Arteaga Pupo amplía este concepto al incorporar las oportunidades del e-learning o aprendizaje virtual como un espacio de extensión propio. Una oportunidad para abarcar mayor acceso a la información.


El aprendizaje colaborativo propone la armonía de toda la comunidad escolar para su validez. El compromiso de directores, docentes y padres de familia resulta fundamental para que los estudiantes creen su confianza en sus posibilidades. De este modo, despliegan una capacidad propia para la búsqueda de respuestas ante las exigencias de la problemática académica y social.

Los grupos colaborativos son la fuerza natural para el aprendizaje. La colaboración implica la interacción entre dos o más personas para producir conocimiento nuevo, basándose en la responsabilidad por las acciones individuales en un ambiente de respeto por los aportes de todos y un fuerte compromiso con el objetivo común. Estos grupos se consolidan de manera heterogénea para aprovechar la multiplicidad de visiones y el potencial de conocimiento de cada miembro. Los docentes relegan una parte de su función supervisora y se transforman en garantes del aprendizaje. A partir de las directrices de trabajo dispuestas por el docente, los estudiantes exploran las inquietudes académicas y descubren el contenido planteado. El apoyo y colaboración de los estudiantes resulta clave para garantizar un aprendizaje amplio.


Arteaga Pupo considera necesario intercambiar las dinámicas de aprendizaje individual con las estrategias  grupales (como el aprendizaje colaborativo) para trabajar el desarrollo global del estudiante. La interdependencia entre los estudiantes es una garantía para el buen funcionamiento del grupo.
El profesor de la Universidad de Cauca (Colombia), César Alberto Collazos, amplía la idea de interdependencia al sugerir tres niveles de actuación:

-       La necesidad de compartir información, llevando a entender conceptos y obtener conclusiones,
-       La necesidad de dividir el trabajo en roles complementarios y
-       la necesidad de compartir el conocimiento en términos explícitos

Collazos también recalca el valor de responsabilidad de cada estudiante en el compromiso de aprendizaje colectivo. La actividad vivencial del grupo, complementa Arteaga Pupo, permite a cada miembro el desarrollo y potenciamiento de sus habilidades personales, en el marco del trabajo en grupo: escucha, participación, liderazgo, etc.

El aprendizaje colaborativo como recurso didáctico, acude al principio de la socialización del conocimiento que recaba la capacitación de los estudiantes para realizar actividades en conjunto a fin de desarrollar la solidaridad y el intercambio. En conjunto, resume Frank Arteaga Pupo, sustenta la formación integral del estudiante.


5 CLAVES PARA EL TRABAJO COLABORATIVO



1.- El trabajo colaborativo propicia que el estudiante se mantenga activo y atento a lo que se discute o comenta dentro del equipo.

2.- El aprendizaje colaborativo incrementa la satisfacción por el propio trabajo, la seguridad en uno mismo y la integración grupal.

3.- Obliga a activar el pensamiento individual y, por tanto, a hacer que la mente trabaje constantemente para buscar formas de investigar y de resolver problemas.

4.- Al mismo tiempo, el aprendizaje colaborativo promueve valores como la cooperación, la responsabilidad, la comunicación y la autoevaluación.

5.- Con relación al conocimiento, el trabajo colaborativo permite el logro de objetivos que son cualitativamente más ricos en contenidos. Esto se debe a que al conocer diferentes temas y adquirir nueva información, se reúnen propuestas y soluciones de varias personas con diferentes puntos de vista, lo que permite valorar las distintas maneras de abordar y solucionar un problema, las diversas formas de comprenderlo y las diferentes estrategias para manejar la información que proviene de una amplia gama de fuentes.



UN NUEVO PERFIL DOCENTE



El estudio planteado por César Alberto Collazos respecto a los beneficios del trabajo grupal colaborativo sugiere la necesidad de modificar el perfil docente. Para ello sugiere tres rasgos del nuevo docente:

 1.- Diseñador Instruccional.

La labor del docente consiste en el diseño de las dinámicas de trabajo que ejecutarán los estudiantes. Este diseño consiste en la definición de los objetivos académicos y de los objetivos concretos de cada práctica, así como de delimitar el conocimiento mínimo que todos los estudiantes deben asumir.

Otra responsabilidad del docente en el diseño de la actividad se concentra en la generación del grupo. Debe delimitar el alcance del trabajo, el número de integrantes y los tiempos de acción. Disponer las reglas de participación para garantizar la armonía del aprendizaje.
Finalmente, para el buen desempeño del grupo, el docente debe preparar el ambiente de trabajo. Desde la ubicación de las mesas hasta la decoración o acceso a los materiales de trabajo forman parte del diseño de la actividad.

2.- Mediador cognitivo.

Una vez establecidas las pautas formales del trabajo, el docente centra su atención en los aspectos didácticos y cognitivos. El aporte del material que dispone debe facilitar el pensamiento de los estudiantes y potenciar sus habilidades de razonamiento. El papel de mediador supone también un impulso para potenciar la independencia cognitiva en los estudiantes. De acuerdo al nivel de cada estudiante, el docente moldea los pasos para enriquecer el pensamiento. No se trata de guiar y dirigir la forma de pensar, sino de cuestionar e inquirir para que los estudiantes busquen por sí solos las respuestas deseadas. 

3.- Instructor.

Esta parte es la más parecida al sistema tradicional de enseñanza. El docente monitorea el accionar de los estudiantes para encaminar el trabajo hacia los objetivos deseados. La franja de intervención del docente es sutil, pues no debería sentirse un actuar directo. La participación del docente permite redireccionar la labor de cada grupo para alcanzar el objetivo trazado desde el inicio.
En muchos casos, la evaluación del proceso de aprendizaje colaborativo requiere la aplicación de los métodos tradicionales: diagnóstica, formativa y sumativa.



COMPROMISO DEL ESTUDIANTE

Para Frank Arteaga Pupo, el avance que plantea el aprendizaje colaborativo apela a un papel protagónico del estudiante. Éste debe asumir un compromiso más responsable con la formación, puesto que de él dependerá los éxitos y logros alcanzados.

ü  Responsables por el aprendizaje: Los estudiantes se hacen cargo de su propio aprendizaje y son auto-regulados. Ellos definen los objetivos del aprendizaje y los problemas que son significativos para ellos, entienden qué actividades específicas se relacionan con sus objetivos, y usan estándares de excelencia para evaluar qué tan bien han logrado dichos objetivos.

ü  Motivados por el aprendizaje: Los estudiantes comprometidos encuentran placer en el aprendizaje. Poseen una pasión para resolver problemas y entender ideas y conceptos. Para estos estudiantes el aprendizaje es intrínsecamente motivan.

ü  Colaborativos: Los estudiantes entienden que el aprendizaje es social. Están “abiertos” a escuchar las ideas de los demás, a articularlas efectivamente, tienen empatía por los demás y tienen una mente abierta para conciliar con ideas contradictorias u opuestas. Tienen la habilidad para identificar las fortalezas de los demás.
ü  Estratégicos: Los estudiantes continuamente desarrollan y refinan el aprendizaje y las estrategias para resolver problemas. Esta capacidad para aprender a aprender (metacognición) incluye construir modelos mentales efectivos de conocimiento y de recursos, aun cuando los modelos puedan estar basados en información compleja y cambiante. Este tipo de estudiantes son capaces de aplicar y transformar el conocimiento con el fin de resolver los problemas de forma creativa y son capaces de hacer conexiones en diferentes niveles


Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"

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