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Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

martes, 19 de enero de 2016

La actividad física, el arma secreta del aprendizaje en los niños



Los niños que realizan actividad física de forma continua rinden mejor en la escuela. El ejercicio despierta la capacidad de atención y planificación en el estudiante. El sedentarismo también es causa de la obesidad infantil y otras enfermedades.


“La actividad física regular puede ser necesaria para que los niños funcionen con todo su potencial” considera un estudio elaborado por la Universidad de Georgia. La pediatra Catherine Davis, directora del estudio, considera que “se han demostrado los cambios en el cerebro consistentes con una mejora de la función neuronal en respuesta a programas de actividad física”.

El estudio recomienda considerar la actividad física como un contenido académico similar a la matemática y el lenguaje, puesto que su influencia en el aprendizaje permite una mejora en la retención y aplicación de nuevos contenidos. Las actividades físicas, indican los investigadores de la Universidad de Georgia, deben considerarse curriculares, tanto por su incidencia en la mejora intelectual como por sus resultados beneficiosos en la lucha del sedentarismo y la obesidad infantil.
Las principales causas del sedentarismo se asientan en el mayor tiempo que el estudiante pasa ante la televisión, las computadoras y los dispositivos móviles. 

Paulatinamente, la forma de entretenerse de los menores ha mutado de los juegos que aportan movilidad y actividad física hacia aquellos que despiertan en interés tecnológico y visual.


El sedentarismo repercute directamente en el incremento de la obesidad infantil, ya una epidemia en algunos países. Las autoridades médicas combaten activamente el sedentarismo por las complicaciones en la salud de los niños: diabetes, problemas cardíacos y otros efectos que deterioran tanto el crecimiento como la calidad de la vida.

A estas consecuencias, se añade ahora el perjuicio que provoca el sedentarismo en los procesos académicos.

La impulsora del estudio, Catherine Davis, invita “a las autoridades, las escuelas y las comunidades para que sean consciente que el tiempo que se dedica a las actividades físicas supone una mejora en el aprendizaje”.


El estudio propuesto por la universidad de Georgia ha sido publicado en una revista académica estadounidense sobre pediatría. La investigación fue aplicada a niños de entre 6 y 11 años. Entre los resultados más destacados, Davis revela que el rendimiento de los estudiantes que practican actividad física de manera regular es notoriamente más destacado en áreas como la planificación, la atención, el procesamiento sucesivo y simultáneo.


“La actividad física marca una diferencia inclusive entre los niños que 
no padecen cuadros de sobrepeso” concluye Davis.


CAMBIOS SALUDABLES


El sedentarismo y la obesidad han sido catalogadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una epidemia que se debe frenar. En principio, se consideraba que este problema afectaba solo a los países desarrollados. Sin embargo, cada vez es más frecuente detectar esta situación en países en vías de desarrollo.

La familia y la escuela son los núcleos prioritarios para combatir el sedentarismo. Además, y debido a la edad de formación de los estudiantes, está en la escuela la oportunidad de crear hábitos saludables.
“Estos niños están creciendo – valora Davis – si pueden eliminar algunas calorías vacías de su dieta y tomarle el ritmo a la actividad física, podrán crecer dentro de su peso” lo que repercute directamente en si rendimiento académico.

Otros estudios clínicos sugieren que 20 minutos de ejercicio aeróbico por día mejoran el estado físico y combaten el sedentarismo y la obesidad. Son, en resumen, el mejor remedio para reducir el riego de la diabetes y otras enfermedades derivadas.

“Las escuelas podrían implementar programas para incluir 20 minutos de actividad física diaria durante la jornada estudiantil” defiende la investigadora de Georgia. Los beneficios directos de esta iniciativa permitirán reducir los índices de sedentarismo, mejorar la salud física de los jóvenes y elevar el rendimiento escolar.


Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"

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