Los deberes para el hogar y el estudio en casa
trastocan la paz de la familia. Como padres, muchas veces tenemos que indagar
sobre la rutina de los hijos para que cumplan satisfactoriamente estas
obligaciones. En ocasiones, las fricciones perjudican la armonía en el hogar.
La consolidación de un hábito de estudio requiere
mucha disciplina. Relegar el juego, el entretenimiento y la distracción para
dedicar una o dos horas diarias al estudio no es una actitud habitual en
nuestro entorno. Las distracciones que envuelven a un estudiante (de cualquiera
de los niveles educativos) son tan frecuentes y llamativas que lo alejan de su
tiempo de estudio. El reto para tener éxito en el estudio consiste en hacer
productivo el tiempo dedicado al estudio.
1.
Estudiar todos
los días
La rutina alimenta el hábito. El estudiante que
destina diariamente un momento del día para el estudio genera un hábito. El
estudio diario aliviana la carga de trabajo de un estudiante. La suma de
pequeños esfuerzos y la posibilidad de repasar los conocimientos refuerza
notoriamente la capacidad de aprendizaje.
El hábito formado en el joven para el estudio
ayudará para que en las etapas de mayor intensidad, el estudiante considere normal
dedicar el tiempo al estudio. La rutina también contribuye para limitar las
excusas que se anteponen para evitar el estudio. Para un estudiante, priorizar
el trabajo escolar se convertirá en una decisión simple, relegando a un segundo
plano otras distracciones.
2. Siempre a la misma hora y en el mismo lugar
Gozar de un espacio de estudio adecuado refuerza
el compromiso con el estudio. El espacio debe tener unas características
mínimas de comodidad y tranquilidad. Este espacio excluye todos los elementos de
distracción que perjudiquen al estudio: televisor, computadora (según los
niveles de estudio), teléfono, entre otros. Otra cualidad para adecuar un
espacio ideal requiere que se pueda aislar los ruidos provenientes de la calle,
así como evitar el tránsito permanente de personas.
Se considera necesario que el estudiante adecúe
el espacio a su gusto y lo pueda decorar a su antojo. La sala contará con buena
ventilación e iluminación. Incluso, estará provista de materiales de estudio
como marcadores, hojas y otros instrumentos. De este modo, el estudiante no
tendrá la tentación de salir de la sala
para buscar otros materiales. En estas condiciones. Su permanencia en el
espacio de estudio será percibida como algo placentero, no como un castigo.
3.
Iniciativa propia,
no por obligación
La motivación propia del estudiante para cumplir
diariamente el tiempo de estudio resulta fundamental. El joven tiene que
despertar el interés en el estudio. Se recomienda definir ciertas metas, aunque
parezcan inalcanzables, que alienten el esfuerzo permanente. Se incentiva la
superación. La disposición de estas metas puede involucrar a los padres de
familia, a fin de que también las compartan y apoyen su consecución. Si la
metas son conseguidas, conviene ofrecer una recompensa que nutra esta
motivación del estudiante. El mensaje es claro: estudiar vale la pena.
4.
Planifica bien
el tiempo
Concretar
algunas tareas y metas pequeñas para cada día, no parecerá tan abrumador como
una gran lista para toda la semana. El avance paso a paso facilita las grandes
metas. Cada vez que se logre uno de estos pequeños objetivos se tacha de la
lista diaria las metas. La sensación de satisfacción por cumplir las metas se
convierte en un aliciente para seguir estudiando.
5.
Una hora de
trabajo
Establecer un tiempo para el estudio permite
organizar, no sólo el estudio, sino las demás actividades del estudiante. Al
disponer una hora (o dos, según sea conveniente), se percibe la transitoriedad
de la actividad. Antes de empezar, el estudiante sabe que concluirá a
determinada hora y podrá dedicar tiempo a otras actividades. Se logra aliviar
las tensiones y nervios provocados por la ansiedad de jugar.
Al mismo tiempo que se define el tiempo de
estudio, es bueno retirar las distracciones que impidan un buen desempeño. El
tiempo de estudio debe ser un tiempo pleno de dedicación. La computadora, el
teléfono, las redes sociales generan un foco de distracción. El tiempo pasa más
rápido cuando se encuentra ocupado en una actividad productiva.
6. Iniciar siempre por lo más difícil
Cada
estudiante tiene una mayor o menor afinidad por las materias. La tentación
empuja a ocuparnos de lo que nos gusta y postergar aquello que consideramos
desagradable. Al relegar el estudio de aquellas materias que se hacen más difíciles
se construye un sentido de negatividad con el estudio. Dará miedo llegar a esa
etapa y por ello, se percibe el estudio como algo negativo.
Por el
contrario, si se inicia con los contenidos más complejos, la satisfacción de
superarlo se unirá a la alegría por trabajar aquellas materias que son más
accesibles. La sensación, en este sentido, se llena de optimismo por el avance
logrado.
7.
Hacer una
pequeña pausa entre actividades
Mantener la
concentración en el estudio es complejo, sobre todo para los estudiantes de
cursos iniciales. Al igual que el hábito de estudio, también es bueno formar el
hábito de la concentración. Algunos expertos consideran que por la mañana
se aprende más rápido, pero se olvida más. Por la tarde se aprende más lento
pero se recuerda más. Lo importante.
El descanso permite aliviar y recargar la mente.
Se estima que un descanso dentro del proceso de estudio debe extenderse entre 5
y 10 minutos. Se recomienda un descanso activo, que estimule el cuerpo y airee
la mente. Levantarse de la silla, caminar, estirar las extremidades, respirar,
son acciones que ayudan a tonificar el cuerpo.
CLAVES PRÁCTICAS
-
Duerme bien. Un buen
descanso permite un aprendizaje más ágil
-
Mantén presente los
resultados esperados, permiten renovar el compromiso con el estudio.
-
Piensa positivo, no
dejes que el pánico te domine.
-
La alimentación
saludable se convierte en un aliado para tu cerebro.
-
Dispón de una técnica
de estudio funcional para tu memoria.
-
Evita las
distracciones.
-
Ejercita la
respiración, ayudará a relajarte y mejorar el rendimiento.
-
Minimiza el uso de la
computadora y aíslate del teléfono. Son distractores adictivos que comen
mucho tiempo.
-
La música puede ser
una distracción o un aliciente para la concentración. Define tu sistema y
respétalo.
-
Concluye la actividad
antes de iniciar otra. Cuando dejas para más tarde algo, ese más tarde no
llega.
-
Recuerda siempre el
propósito del estudio. Céntrate en aprender y no en recordar para el examen.
Los resultados llegarán solos.
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