Dedicada a los docentes

Revista Digital de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, un proyecto de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

martes, 1 de diciembre de 2015

Ocho pasos para organizar las tareas y los estudios en la casa




Los deberes para el hogar y el estudio en casa trastocan la paz de la familia. Como padres, muchas veces tenemos que indagar sobre la rutina de los hijos para que cumplan satisfactoriamente estas obligaciones. En ocasiones, las fricciones perjudican la armonía en el hogar.


La consolidación de un hábito de estudio requiere mucha disciplina. Relegar el juego, el entretenimiento y la distracción para dedicar una o dos horas diarias al estudio no es una actitud habitual en nuestro entorno. Las distracciones que envuelven a un estudiante (de cualquiera de los niveles educativos) son tan frecuentes y llamativas que lo alejan de su tiempo de estudio. El reto para tener éxito en el estudio consiste en hacer productivo el tiempo dedicado al estudio.

1.    Estudiar todos los días
La rutina alimenta el hábito. El estudiante que destina diariamente un momento del día para el estudio genera un hábito. El estudio diario aliviana la carga de trabajo de un estudiante. La suma de pequeños esfuerzos y la posibilidad de repasar los conocimientos refuerza notoriamente la capacidad de aprendizaje.
El hábito formado en el joven para el estudio ayudará para que en las etapas de mayor intensidad, el estudiante considere normal dedicar el tiempo al estudio. La rutina también contribuye para limitar las excusas que se anteponen para evitar el estudio. Para un estudiante, priorizar el trabajo escolar se convertirá en una decisión simple, relegando a un segundo plano otras distracciones.


2.    Siempre a la misma hora y en el mismo lugar
Gozar de un espacio de estudio adecuado refuerza el compromiso con el estudio. El espacio debe tener unas características mínimas de comodidad y tranquilidad. Este espacio excluye todos los elementos de distracción que perjudiquen al estudio: televisor, computadora (según los niveles de estudio), teléfono, entre otros. Otra cualidad para adecuar un espacio ideal requiere que se pueda aislar los ruidos provenientes de la calle, así como evitar el tránsito permanente de personas.
Se considera necesario que el estudiante adecúe el espacio a su gusto y lo pueda decorar a su antojo. La sala contará con buena ventilación e iluminación. Incluso, estará provista de materiales de estudio como marcadores, hojas y otros instrumentos. De este modo, el estudiante no tendrá la tentación de salir de  la sala para buscar otros materiales. En estas condiciones. Su permanencia en el espacio de estudio será percibida como algo placentero, no como un castigo.

3.    Iniciativa propia, no por obligación 
La motivación propia del estudiante para cumplir diariamente el tiempo de estudio resulta fundamental. El joven tiene que despertar el interés en el estudio. Se recomienda definir ciertas metas, aunque parezcan inalcanzables, que alienten el esfuerzo permanente. Se incentiva la superación. La disposición de estas metas puede involucrar a los padres de familia, a fin de que también las compartan y apoyen su consecución. Si la metas son conseguidas, conviene ofrecer una recompensa que nutra esta motivación del estudiante. El mensaje es claro: estudiar vale la pena.


4.    Planifica bien el tiempo
Concretar algunas tareas y metas pequeñas para cada día, no parecerá tan abrumador como una gran lista para toda la semana. El avance paso a paso facilita las grandes metas. Cada vez que se logre uno de estos pequeños objetivos se tacha de la lista diaria las metas. La sensación de satisfacción por cumplir las metas se convierte en un aliciente para seguir estudiando.

5.    Una hora de trabajo
Establecer un tiempo para el estudio permite organizar, no sólo el estudio, sino las demás actividades del estudiante. Al disponer una hora (o dos, según sea conveniente), se percibe la transitoriedad de la actividad. Antes de empezar, el estudiante sabe que concluirá a determinada hora y podrá dedicar tiempo a otras actividades. Se logra aliviar las tensiones y nervios provocados por la ansiedad de jugar.

Al mismo tiempo que se define el tiempo de estudio, es bueno retirar las distracciones que impidan un buen desempeño. El tiempo de estudio debe ser un tiempo pleno de dedicación. La computadora, el teléfono, las redes sociales generan un foco de distracción. El tiempo pasa más rápido cuando se encuentra ocupado en una actividad productiva.

6.    Iniciar siempre por lo más difícil
Cada estudiante tiene una mayor o menor afinidad por las materias. La tentación empuja a ocuparnos de lo que nos gusta y postergar aquello que consideramos desagradable. Al relegar el estudio de aquellas materias que se hacen más difíciles se construye un sentido de negatividad con el estudio. Dará miedo llegar a esa etapa y por ello, se percibe el estudio como algo negativo.


Por el contrario, si se inicia con los contenidos más complejos, la satisfacción de superarlo se unirá a la alegría por trabajar aquellas materias que son más accesibles. La sensación, en este sentido, se llena de optimismo por el avance logrado.

7.    Hacer una pequeña pausa entre actividades
Mantener la concentración en el estudio es complejo, sobre todo para los estudiantes de cursos iniciales. Al igual que el hábito de estudio, también es bueno formar el hábito de la concentración. Algunos expertos consideran que por la mañana se aprende más rápido, pero se olvida más. Por la tarde se aprende más lento pero se recuerda más. Lo importante.

El descanso permite aliviar y recargar la mente. Se estima que un descanso dentro del proceso de estudio debe extenderse entre 5 y 10 minutos. Se recomienda un descanso activo, que estimule el cuerpo y airee la mente. Levantarse de la silla, caminar, estirar las extremidades, respirar, son acciones que ayudan a tonificar el cuerpo.


CLAVES PRÁCTICAS


-       Duerme bien. Un buen descanso permite un aprendizaje más ágil

-       Mantén presente los resultados esperados, permiten renovar el compromiso con el estudio.

-       Piensa positivo, no dejes que el pánico te domine.

-       La alimentación saludable se convierte en un aliado para tu cerebro.

-       Dispón de una técnica de estudio funcional para tu memoria.

-       Evita las distracciones.

-       Ejercita la respiración, ayudará a relajarte y mejorar el rendimiento.

-       Minimiza el uso de la computadora y aíslate del teléfono. Son distractores adictivos que comen mucho tiempo.

-       La música puede ser una distracción o un aliciente para la concentración. Define tu sistema y respétalo.

-       Concluye la actividad antes de iniciar otra. Cuando dejas para más tarde algo, ese más tarde no llega.

-       Recuerda siempre el propósito del estudio. Céntrate en aprender y no en recordar para el examen. Los resultados llegarán solos.




Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"

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