- Se identifica como una dificultad en los procesos de lectura y
escritura. También afecta a la forma de aprender y procesar la información. Con
frecuencia se diagnostica de manera incorrecta al confundirla con una baja
autoestima.
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
La psicóloga y pedagoga
Celia Rodríguez Ruíz alerta sobre las consecuencias que se derivan cuando la
dislexia no es tratada de manera adecuada. En su blog educa y aprende desmenuza el problema desde una perspectiva
educativa.
Para Rodríguez Ruíz, la
dislexia “es una dificultad de aprendizaje de tipo específico y causas
neurológicas que se manifiestan con una dificultad, retraso o complicación en
el aprendizaje de la lectura y la escritura”. La pedagoga revela que, detrás de
esta dificultad para la lectoescritura, el estudiante también padece problemas
en el proceso de aprendizaje como la concentración, la expresión o la memoria.
Se acusa a los niños
disléxicos de carecer de inteligencia, reconoce María del Rosario Márquez
Brenes, pedagoga especializada en educación de primaria. Matiza, sin embargo,
que estos niños tienen una inteligencia y una capacidad de aprender
completamente normal, incluso, en algunos casos, hasta por encima de la media.
Los especialistas valoran
la importancia de detectar adecuadamente el
problema para aplicar metodologías
de aprendizaje adecuadas. No se debe estigmatizar al niño por las dificultades,
iniciales, en la lectoescritura.
La detección temprana se
considera clave para cualquier tratamiento. Fundamentalmente, explica Rodríguez
Ruíz, la dislexia responde a un “problema neurobiológico que puede afectar a
las formas de procesar la información; es decir, puede repercutir en el modo de
aprendizaje del niño”.
PAUTAS PARA DETECTAR LA DISLEXIA
La dislexia no siempre es fácil de
reconocer, dado que sus manifestaciones pueden ser muy variadas dependiendo
de cada persona y de la etapa de desarrollo en la que nos encontremos. Celia
Rodríguez Ruíz, pedagoga y psicóloga infantil, presenta algunos indicadores
para una adecuada observación.
Conocer los signos que pueden alertar de
la dislexia en las diferentes etapas del desarrollo, servirá de gran ayuda
para reconocerla y actuar frente a las dificultades de aprendizaje que
implica.
·
Signos para detectar la
dislexia en niños y niñas de 3 a 5 años
o En
cuanto a su lenguaje oral se percibe una adquisición tardía del lenguaje
(aprenden a hablar tarde), un nivel de comprensión del lenguaje inferior a
otros niños y niñas de su edad, poco vocabulario y dificultades para
expresarse oralmente, confusión entre palabras que suenan parecido, así como
sílabas o letras de sonido similar, inversiones de fonemas (cambia el sonido
de letras en la palabra), dificultades para pronunciar determinadas letras.
o En
cuanto a la lectura y la escritura, el lenguaje escrito se presentan dificultades
para aprender a escribir su nombre y reconocerlo, dificultades para asociar
el sonido con la letra correspondiente, también para aprender secuencias
(abecedario, días de la semana, etc).
o Además
se observa otras características como problemas de lateralidad (dificultades
para distinguir entre la izquierda y la derecha), falta de concentración,
gran variabilidad (días en los que las tareas salen a la perfección y días en
los que es imposible hacer nada).
·
Signos para detectar la
dislexia en niños y niñas de 6 a 9 años.
o En
cuanto al lenguaje oral, siguen teniendo dificultades para la comprensión y
la expresión en relación con otros niños y niñas de su misma edad. Además su
vocabulario es pobre.
o En
cuanto a la lectura y la escritura presentan un mayor nivel en compresión y
expresión verbal que leída o escrita, cambian el orden de las sílabas al
escribir y al leer, escritura en espejo, a menudo mezclan mayúsculas y
minúsculas, su velocidad lectora es lenta en comparación con otros de su
edad, cometen muchas faltas de ortografía y tienen grandes dificultades con
los acentos, lectura mecánica y monótona, suelen confundir palabras cuando
leen, son muy lentos cuando escriben o leen.
o También
se presentan dificultades en la orientación espacial y la lateralidad,
parecen despistados y a menudo presentan falta de atención y concentración,
su rendimiento en asignaturas y tareas lingüísticas es significativamente
inferior al de otras asignaturas o tareas, les cuesta aprender otras lenguas
·
Signos para detectar la
dislexia en niños y niñas de 9 a 12 años.
o En
cuanto a su lenguaje oral siguen teniendo dificultades, sobre todo para
expresarse con precisión, suelen confundir tiempos verbales, y no disponen de
suficiente vocabulario.
o En
cuanto a la lectura y la escritura, siguen siendo lentas y mecánicas, con
grandes dificultades para comprender los textos escritos y para expresarse de
manera adecuada, alteran o cambian el orden de las letras, tienen
dificultades con las faltas de ortografía y los acentos, etc.
o Además
muestran otras dificultades para aprender lenguas extranjeras y para aprender
mediante textos escritos. Suelen ser desorganizados, les cuesta seguir
instrucciones y su capacidad de concentración es escasa, muestran
desmotivación hacía las tareas escolares, con frecuencia tienen baja autoestima,
dedican mucho tiempo a sus tareas y pueden llegar a tener estrés,
frustración, etc.
·
Signos para detectar la
dislexia a partir de los 12 años.
o
A partir de los 12 años, el
estudiante presenta un perfil similar a la etapa anterior, destacando su
escritura desorganizada, elevadas faltas de ortografía, lectura mecánica y
sin comprensión del mensaje, apatía hacia sus estudios, etc.
|
El problema de la dislexia
pasa desapercibida con demasiada frecuencia. Los estudiantes asumen como normal
un comportamiento que les resulta dificultoso. Nadie detecta que el problema de
aprendizaje que sufren se debe a una forma diferente de registrar la información
y no a un proceso más lento de comprensión. Poco a poco, está brecha se va
ampliando y se encasilla al estudiante en un perfil conflictivo. Un diagnóstico
erróneo daña la autoestima del estudiante al mostrarlo como inferior a los
demás compañeros.
María del Rosario Márquez
Brenes sugiere diversas actividades para revertir
esta dificultad del
aprendizaje. “El entrenamiento sensomotor es un tipo de educación
neuropsicológica que se centra en el desarrollo de las habilidades funcionales
de la unidad cerebral de regulación que controla la atención, inhibición,
discriminación y organización sensorial” explica la experta.
En la actualidad, se disponen de múltiples
juegos pedagógicos diseñados para desarrollar las habilidades sensomotoras para
facilitar un aprendizaje más avanzado.
Otra dinámica sugerida por
Márquez se centra en el entrenamiento visual. Para ello, se proponen ejercicios
como emparejar letras o palabras, asociar letras con sonidos o discriminar
palabras incorrectas en contextos narrativos. Estos ejercicios alientan el
aprendizaje en virtud de elementos asociativos.
El trabajo auditivo es otro
componente del entrenamiento que se propone. Los ejercicios de audición
despiertan mecanismos multisensoriales, fundamentales para entender la realizad
asociativa de la lectoescritura.
Los expertos consideran que
el trabajo más complejo se centra en la lectura. El estudiante sufre en la
relación asociativa símbolo sonido. En esta etapa del desarrollo académico se
marcan las diferencias sustanciales respecto a los compañeros. Para los
expertos, acudir a juegos como forma de asentar las relaciones asociativas
suponen un aliento importante para el estudiante y ayudan a minimizar la idea
de inferioridad que se podría padecer.
El factor motivacional es
clave en el entrenamiento para los estudiantes con problemas de dislexia. Reducir
los niveles de ansiedad y estimular al estudiante mediante historias y cuentos
que despierten su imaginación permite el refuerzo positivo que aliente el
trabajo terapéutico en el estudiante.
Ante todo, recuerda,
resulta necesario crear un ambiente agradable de trabajo para aplicar las
diversas técnicas de recuperación propuestas. El docente incide constantemente
en la normalidad de los ejercicios y, de modo cuidadoso, evitar cualquier
sensación de rechazo al estudiante.
Finalmente, los padres de
familia se constituyen como la pieza fundamental en cualquier dinámica de
entrenamiento. Desde el contexto de hogar transmiten una sensación de orden que
dote de seguridad al niño.
LA CARA OCULTA DE LA DISLEXIA
La dislexia se presenta como una
dificultad en la lectura y escritura, un problema para asociar adecuadamente
los símbolos ortográficos y su pronunciación. Detrás de esta dificultad, se
generan diversos trastornos mayores que afectan al adecuado desarrollo del
estudiante. Celia Rodríguez Ruiz, psicóloga y pedagoga, sintetiza algunos de
los problemas que se esconden detrás de la dislexia.
·
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Es un
trastorno de tipo neurobiólogo que se caracteriza por una triada de
síntomas: hiperactividad, falta de atención e impulsividad, cuya
concurrencia e intensidad pueden variar de una persona a otra. Cuando la
dislexia aparece unida a un TDAH, las dificultades asociadas a la dislexia se incrementan, ya que le costará centrar la
atención. En estos casos es fundamental intervenir en ambas tipologías de
síntomas.
·
Trastorno del Cálculo y trastornos específicos de
la lectura. Este tipo de trastornos se
manifiestan como una dificultad específica para el cálculo y los números o
para la ortografía y la grafía. Normalmente aparecen asociadas con la dislexia, en una mezcla de síntomas
no siempre fácil de delimitar. En estos casos es muy importante prestar
atención a las dificultades concretas en cada caso y elaborar un plan de
intervención centrado en las mismas.
·
Trastornos relacionados con la lateralidad,
coordinación y organización espacial. A menudo los estudiantes con dislexia tienen lateralidad cruzada
lo que provoca a su vez una falta de coordinación, y dificultades en los
procesos de orientación espacial. Es decir les cuesta diferenciar entre la
izquierda y la derecha, situarse en el plano y suelen ser torpes coordinando,
por eso la escritura suele ser torpe y desorganizada.
·
Trastornos emocionales y conductuales. Este tipo de trastornos están relacionados con el malestar que
puede manifestar el niño o niña con dislexia, como interpreta sus dificultades, como se siente con
respeto a las mismas. A menudo, estos niños y niñas son etiquetados de vagos,
torpes, sin interés, lentos; cuando hacen realmente grandes esfuerzos por
aprender al ritmo esperado, sin obtener resultados. Es por ello que poco a
poco se genera un malestar emocional que les va minando por dentro puede
afectar a su autoestima, confianza. Como consecuencia pueden aparecer
problemas de conducta.
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Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
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