La tecnología y
la educación son vecinos incómodos. Todos creemos que deberían complementarse y
crear un espacio más productivo en el aula. Sin embargo, es frecuente que se
ponga el foco de atención en las discordancias acrecentando una brecha entre
ambas.
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
Las
computadoras y las tablets permiten un acceso casi ilimitado a la información.
El espacio del aula se abre a nuevos escenarios de aprendizaje. En la
actualidad, el estudiante se desenvuelve en contextos más dinámicos y se
relaciona a través de realidades virtuales. La escuela debe rescatar los
beneficios de estos escenarios para contribuir plenamente a los procesos
educativos.
El observatorio
de tendencias de Coolhunting Community se ha especializado en la búsqueda de
innovaciones que repercuten en beneficio de la sociedad. Junto a la Asociación
de Colegios Privado e Independientes de España (CICAE) han elaborado un
decálogo de las tendencias educativas emergentes.
Para Gabriel Castellano, presidente de
CICAE, “la educación ha estado bastante cerrada en los últimos años. Para
innovar hay que compartir, porque el margen de progresión en las aulas es muy
amplio”. Esta propuesta alienta el debate necesario para renovar un sistema de
educación conformista.
1.
Empoderar a los
estudiantes.
Los estudiantes son cada vez más conscientes de sus
capacidades y talentos desde edades tempranas, y desarrollan
habilidades como la confianza y la imaginación, el espíritu de emprendimiento,
y la actitud activa hacia la formación. La inminente llegada de la Generación Z
-que llega tras la llamada Generación X y los Millennials- plantea una nueva
concepción del trabajo en la que la faceta profesional se desempeña a partir de
una pasión, y no solo por la
búsqueda de un empleo estable. La explicación de esta tendencia puede
dividirse en tres apartados: fomentar el talento desde edades tempranas, acompañar a los pequeños para que descubran su vocación y la concreción
de cursos modulares para que los estudiantes puedan personalizar su aprendizaje en
función de sus inquietudes educativas.
2. Feliz y saludable
La
búsqueda del bienestar mental y físico, así como de la satisfacción personal y
profesional, ha despertado iniciativas ligadas a la diversión y el
entretenimiento fuera y dentro de los colegios.
Desde guarderías a institutos,
son muchas las iniciativas que se suman al desarrollo del autoconocimiento y la felicidad a través de estrategias de
reducción del estrés y del fomento de la salud con dinámicas divertidas
y juegos.
3. Aprendizaje continuo
Ya
no existe una única etapa educativa –desde el colegio a los estudios
superiores–, sino que las nuevas generaciones defienden un sistema más flexible y personalizado.
Los MOOC (Masive Open Online Course), o los OCW (Open Course Ware), son prueba
de ello, así como las estrategias de algunas escuelas de negocio
internacionales que apuestan por modelos en donde los estudiantes organizan por
módulos la adquisición del aprendizaje y no necesariamente por años de
estudio.
4. Emprendimiento
Las
capacidades de emprendimiento permiten que el estudiante se focalice en una idea y que la ponga en
práctica con los recursos disponibles. El reto está en sacar el proyecto
adelante en función de la acogida que tenga en el mercado y del precio que esté
dispuesto a pagar por él. Distintas iniciativas y proyectos ya ponen en marcha
espacios y recursos para que los estudiantes puedan trabajar en prototipos y
maquetas de sus ideas de negocio.
5. Tecno-creativo
Se
observa una tendencia hacia la recuperación
del trabajo hecho por las personas
y el proceso creativo individual y colectivo, sin renunciar
a la tecnología ya
integrada en la sociedad. La programación o el código es más importante ahora que nunca,
por ello, resulta fundamental formar a las futuras generaciones en la enseñanza
del lenguaje html. Desde la
creación de contenidos al diseño digital, el mercado necesita a personas
capaces de generar por sí mismos lo que la tecnología pone a su alcance.
6. B-Tech
También
relacionada con la tecnología, su papel dentro de las organizaciones no solo ha
transformado procesos, métodos y sistemas de trabajo, sino que también lo ha
hecho con los modelos de negocio.
Las aulas aplican estas herramientas para hacerlas
más globales e hiperconectadas,
crear documentos en la nube, buscar soluciones a problemas reales y obtener
respuestas en tiempo real. El estudio concluye que, más allá de hacer uso de la
tecnología como medio para conseguir llegar a un fin pedagógico, es necesario
que el profesorado haga una reflexión para obtener su máximo aprovechamiento. El estudiante
puede acceder a mayor información compartida para personalizar contenidos al
ritmo de aprendizaje de cada uno, y la posibilidad de integrarlos en distintos
dispositivos.
7. Dinámicas de juego
El
uso de dinámicas de juego en
entornos no lúdicos con la finalidad de conseguir actitudes
y acciones encaminadas a un fin determinado. Esta tendencia, adquirida ya en
los ámbitos de los recursos humanos y el marketing, se extiende al sector
educativo para afianzar
conocimientos y conseguir así una mayor motivación y
compromiso por parte de los estudiantes. El uso de videojuegos y de App dirigidas al aprendizaje suponen
un complemento a las clases que no solo las hace más divertidas, sino que hacen
más fácil su entendimiento y afianzan lo estudiado.
8. Cuidamos
Las
nuevas generaciones, sensibilizadas por su entorno, entienden la Responsabilidad Social Corporativa no
solo como una estrategia de negocio, sino como parte del ADN de la empresa, que
debe devolver a la sociedad parte de lo que les da.
Tanto los Millennials como
la Generación Z entienden que las organizaciones deben encontrar maneras para
colaborar con ONG, facilitar el acceso a los productos y servicios a los más
desfavorecidos y ayudar a que las empresas se
desarrollen en un entorno más
sostenible y social. El fomento de los centros educativos de iniciativas solidarias, de resolución de
grandes problemas de la humanidad y de búsqueda de modelos de liderazgo más
humanos, sociales y responsables son ya una tendencia imparable.
9. Mecenazgo popular
La
colaboración es una nueva manera de entender la vida y la escuela, y la
movilización de las personas en masa permite conseguir objetivos de forma
alternativa. Las universidades y escuelas comienzan a transmitir esta idea,
también como parte de la evaluación de las personas, que pasa a ser de conjunto
y no solo individual.
10. Ágora
La
adquisición de información y formación a través de profesores ya no es la única
propuesta de valor de las universidades y colegios, pues ya está al alcance de
cualquier persona, desde cualquier lugar, gracias a la democratización de las
nuevas tecnologías e Internet. Colegios y universidades deben
diferenciarse creando núcleos de
conocimiento, experiencias y posibilidades, poner en contacto directo a estudiantes
con profesores expertos, y
fomentar los intercambios y conexiones con los alumnos para que puedan
configurar su propia experiencia personal y profesional. Las nuevas
experiencias de aprendizaje son ahora más participativas y permiten al
estudiante entender y conformar su clase y contenido, o las clases al revés, proponen la
interacción del profesor y los estudiantes y la resolución de problemas reales de manera práctica.
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
No hay comentarios:
Publicar un comentario