La
reforma educativa propuesta en la ley Avelino Siñani - Elizardo Pérez (2010)
introduce en el aula los proyectos sociales productivos (PSP). A partir de
estos proyectos se desea vincular la labor educativa con la vivencia en
comunidad. ¿Ha conseguido aplicarse de manera idónea en nuestros centros de
enseñanza?
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
El
responsable regional de Editorial Bienaventuranzas, Nestro Ariñez Roca, analiza
algunos aspectos del PSP para facilitar su implementación en el aula.
La
implementación de la ley educativa propuesta por el actual gobierno ha
provocado cambios en el desarrollo escolar. Algunas modificaciones, como la
calificación sobre 100 en lugar de los 70 que estábamos acostumbrados, han sido
rápidamente percibidas y asimiladas por docentes y padres de familia. Otras son
más complejas de asumir y entender. ¿Por qué los padres de familia se deben
involucrar de manera tan activa en las dinámicas escolares?
La
ley Avelino Siñani- Elizardo Pérez introduce un término que está presente en
las nuevas corrientes de pedagogía: educación productiva. Ariñez considera que
esta inclusión responde a una evolución de los paradigmas pedagógicos. La
visión positivista de la educación se ha suplantado con nuevas visiones formativas
más actuales.
En
este contexto de reflexión sobre la función de la educación, desde el
ministerio de educación se proyecta un modelo educativo relacionado con el
trabajo, que coadyuve a la vocación productiva de cada región. Son varias las
corrientes que alientan una mayor vinculación entre educación y vida, entre
escuela y sociedad. Para Ariñez, el componente político de esta propuesta es
central, aunque no por ello se debe pensar que es algo negativo.
La
educación productiva se ha posicionado como un discurso innovador
por parte de
las autoridades educativas. En el marco de la descolonización,
que ya se
planteaba desde el 2006 con Felix Patzi como ministro, surge la
idea de
implementar en los centros educativos los proyectos
sociocomunitarios productivos.
Nestor
Aríñez sostiene la importancia de consolidar la relación entre la escuela y la
vida; proponer un aprendizaje que aporte radicalmente al desarrollo integral
del estudiante. De esta manera se logra revertir una tradición escolar que la
separaba de la comunidad. El modelo positivista decayó en una enseñanza
resultista, se aprendía sólo para los exámenes. La propuesta productiva actual
trata de fusionar nuevamente el proceso formativo con el desarrollo de vida de
los estudiantes. Por ello se realza la necesidad de abrir las puertas de los
centros escolares y dinamizar acciones compartidas con la familia y la
comunidad.
Más
allá de los discursos políticos y las argumentaciones partidarias, la necesidad
de alentar las escuelas productivas responde a una adecuación frente a los
tiempos actuales. La base de esta propuesta se sustenta en la importancia de
lograr un nexo entre la teoría y la práctica, entre la transmisión de valores y
la producción de bienes y servicios que permitan la vivencia de dichos valores.
Como ejemplo, Aríñez destaca la actitud de un centro escolar que trabajo el
programa SP en torno a la familia. Durante el primer año se trabajó el valor de
la familia desde la perspectiva educativa. Durante esta gestión se han
direccionado las actividades para construir un gabinete de atención a las
familias, un espacio físico para llevar a la práctica los valores asumidos.
Finalmente, y como forma de cerrar el ciclo, se espera que el año próximo se
forme a padres de familia para que puedan ser los responsables del gabinete y
atiendan tanto a estudiantes y sus familias como a otras personas de la
comunidad.
Estos
cambios en la forma de encarar la educación alientan el
trabajo de los
estudiantes. La posibilidad de intervenir en la solución a
problemas cotidianos
modifica el sentido del aprendizaje y motiva
la estudiante para un aprendizaje
más activo.
Finalmente,
Aríñez considera la actitud de aferrarse a una corriente ideológica responde a
una moda. De por sí, no aporta sustancialmente al trabajo de aula. Debe ser el
docente quien, partiendo de su experiencia, traduce las ideologías a formatos
de relacionamiento más humano. El PSP se convierte en un sistema de trabajo
válido en el momento en el cual los docentes interioricen el valor de trabajo
integral con el estudiante y dejen de lado la necesidad de cumplir los
requerimientos formales que piden las autoridades en educación. Pasar, en
definitiva, de las estadísticas a las vivencias; del discurso político a la
formación de las personas.
NESTOR ARÍÑEZ
La vocación educativa del “profe” le ha llevado a
descubrir nuevas formas de incidir en la formación. Académicamente destaca
por su maestría en Formación Docente e Innovación Educativa.
Actualmente centra su trabajo en la formación de
docentes y la generación de contenidos educativos para escuelas desde su
función en la editorial Bienaventuranzas. También ha descubierto en la prensa
escrita otro medio de influenciar en las familias y despertar su rol
educativo. Desde las páginas del periódico opinión, alimenta un espacio
periódico titulado Didascalia.
Como el mismo explica “en los guiones de teatro,
la didascalia son las indicaciones que se da a los actores, pero que no se
expresan verbalmente en la actuación. En el mundo educativo existen muchas
cosas que se hacen, pero que no se dicen. Quizás ponerlas en evidencia y
pronunciarlas pueda ayudarnos a comprenderlas mejor”.
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IDEAS
PARA IMPLEMENTAR PSP
Para
muchos docentes, la estrategia de elaborar proyectos sociocomunitarios
productivos resulta una sobre carga para diario de aula. Todavía no es clara la
forma de resolver esta “imposición”. Aríñez recomienda a los docentes trabajar
en la propuesta útil tanto para estudiantes como para docentes.
Educar en la realidad.- El contexto
de interacción de los estudiantes forma parte del ciclo de aprendizaje. El
docente enseña a los estudiantes cómo funcionan las cosas y el mundo. Este
aprendizaje requiere información y sentido crítico. En la actualidad estamos en
una época de apogeo informativo. Desde un sencillo teléfono podemos acceder a
cualquier información en instantes. Por ello, el enfoque fundamental consiste
en educar a los estudiantes para valorar la información recibida y ser crítico
con ella.
El
maestro mecánico que reproduce contenidos no aporta al crecimiento del
estudiante. Ahora se requiere un perfil docente con mayor valor crítico, capaz
de instruir en el arte de gestionar la información y proyectar cambios.
El
análisis de conflictos permite al docente desarrollar este pilar formativo.
Aríñez propone algunos ejercicios pedagógicos para efectivizar el análisis.
-
Mapeo de actores: permite conocer los actores
involucrados en un conflicto. La representación en círculos ayuda a dimensionar
el problema. De acuerdo a la relación con el poder y el posicionamiento de la
realidad se intensifica el color del círculo o de define el tamaño del mismo.
- Técnica de la
cebolla: permite desglosar el discurso de los actores del conflicto en capas.
La externa se denomina la capa de posicionamiento. Es complejo entablar una
negociación en esta etapa puesto que son posiciones irrenunciables. Más adentro
encontramos las capas de los intereses y las necesidades, que son más accesibles
para un proceso de entendimiento.
-
Mural informativo: con el análisis realizado, los
estudiantes pueden expresar su percepción a través de un periódico o mural
informativo. Se cierra el ciclo de conocer, valorar y exponer.
Educar para el trabajo.- Se percibe el
trabajo como una forma de realización humana. Las personas maduramos a través
de nuestro fortalecimiento profesional. Educar para el trabajo permite aprender
más cosas y de manera más autónoma.
Como
muestra para comprender este pilar, Aríñez expone la experiencia en Rincón de Luz,
un centro de Cochabamba que apoya la labor escolar. Al concluir las clases de
cada día, los niños acuden a un comedor. Con el apoyo de profesores, los
estudiantes gozan de un espacio para realizar sus tareas escolares. Parte de su
“trabajo”, consiste en limpiar tanto los servicios de la comida como la
limpieza y cuidado del recinto escolar. Relata Néstor Aríñez que, en un
principio, tuvieron que vencer los reclamos de los padres de familia. Con el
pasar del tiempo, las madres elogiaron la experiencia al ver cómo los
estudiantes replicaban esas labores de limpieza en sus hogares. Se convirtieron
en un apoyo para la casa.
Aprendizaje basado en
problemas.-
Pequeños grupos de trabajo afrontan la resolución de un problema. Para ello,
deben investigar, proyectar soluciones y unificar los criterios. Un docente
puede acompañar el proceso, aunque es aconsejable que impulse en la mayor
medida posible el aprendizaje propio. Como resultado de estas experiencias, los
estudiantes concluyen con proyectos de intervención que se pueden aplicar a sus
contextos sociales inmediatos.
Educación para la
ciudadanía.- La vida diaria involucra múltiples acciones ciudadanas a las
cuales apenas damos importancia. En el trasfondo de dichas acciones se percibe
la vigencia de los derechos del ciudadano. Los estudiantes se mantienen al
margen de estas acciones puesto que todavía no tienen responsabilidades”. Sin
embargo, es importante cambiar la percepción y permitir a los estudiantes
conocer (y por qué no proponer) acciones de índole social. De esta manera se
trabaja la apatía de los jóvenes ante la gestión pública y el miedo cultural
ante la autoridad. La escuela deberá abrir las puertas a la comunidad para
hacerla corresponsable de la labor formativa.
Educación prosocial.- El criterio
de prosocialidad se está extendiendo en los últimos años. Explica Aríñez que
esta idea se refiere a “dar al otro sin esperar que el otro retribuya”. Distingue
esta actitud del altruismo. La labor de entrega se sustenta en las necesidades
detectadas y no en el proceso de entrega. En una frase clarificadora, Aríñez
valora esta actitud como “que ames al otro como el otro quiere ser amado”.
Para
cultivar esta actitud basada en la generosidad se recomienda fortalecer el
diálogo intergeneracional, una escucha fluida en el marco del respeto mutuo.
Resiliencia.- quizás es
la palabra de moda. Se entiende por resiliencia la capacidad de hacer frente a
las dificultades de la vida, afrontarlas y superarlas y ser transformado
positivamente por ellas. Aríñez resalta la figura de los protectores
ambientales, “agentes externos que son capaces de protegernos psicológicamente:
padres, grupos sociales donde me encuentro con comodidad”. Estos grupos extraer
un aprendizaje de las experiencias negativas. Saber que hay algo bueno que va
más alla del momento malo.
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
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