Escritora,
conferenciante y líder en innovación educativa
Jenifer recuerda que en la escuela le gustaba la
asignatura de inglés y odiaba las mates. Su libro favorito era The Secret Garden de Frances Hodgson.
Reconoce que cambiaría todo sobre su escolarización, ya que cree que las
tecnologías han transformado lo que uno puede hacer en la vida. Actualmente
es una reconocida experta en el desarrollo de fortalezas, innovación escolar
y del aprendizaje basado en proyectos.
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Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
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¿Qué
entendemos por fortalezas y cuáles tenemos?
Son actividades que desarrollas y
te hacen sentir lleno de energía. Existen tres tipos de fortalezas. Las
relacionales, que tienen que ver con las cosas que hacemos para y con otras personas
y que te hacen sentir valioso y competente. Después encontramos las fortalezas
relacionadas con las actividades, es decir, las tareas que llevas a cabo y que
te hacen sentir comprometido y lleno de energía.
¿Y por
último?
Las de aprendizaje, ya que
algunas personas aprenden haciendo cosas y otras leyendo o escuchando. El
problema en las escuelas, al menos en Estados Unidos, es que tienden a
reconocer a los estudiantes que aprenden únicamente con una de estas
fortalezas.
Y no les
otorgan importancia a las demás…
El hecho es que hay estudiantes
muy inteligentes que no tienen éxito. Pero si el sistema lograra potenciar sus
puntos fuertes y su forma de aprender, entonces se involucrarían mucho más y
serían más activos.
Si todos
aprendemos de formas distintas, ¿cómo puede un profesor enseñar en una clase de
30 estudiantes?
Lo primero es reconocer que el
aprendizaje no se limita a transmitir información, sino que consiste en el
desarrollo de actividades vinculadas con el mundo real, que permitan a los estudiantes
participar y hacer contribuciones en función de sus puntos fuertes.
¿Por
ejemplo?
Pensemos en el rodaje de una
película. Se necesitan personas que actúen, que escriban el guión, que filmen…
Todos ellos contribuyen de manera significativa en el proceso, pero cada uno de
ellas desarrolla diferentes tareas. Y así es la vida real. Por tanto en las
escuelas deberían impulsarse proyectos reales, en los que los
estudiantes puedan contribuir al desarrollo de tareas que aporten valor.
¿Cómo
podemos ayudar a los niños a reconocer sus fortalezas?
Se pueden desarrollar proyectos
vinculados a muchas actividades para dejar que los trabajen fuera de su zona de
comprensión y así permitir que fracasen. De esta manera contribuimos a que
puedan descubrir lo que no les gusta o las actividades en las que realmente son
buenos.
Fracasar no
está bien visto…
Por esto las escuelas deben
alejarse de la competición, en la que sólo los que obtengan mejores notas son
reconocidos. Al fin y al cabo en el mundo real deberán encontrar un trabajo
para muchos años que sea capaz de motivarles. Y para ello, ya desde la escuela,
hay que conseguir que puedan descubrir lo que les gusta hacer y con lo que
puedan tener éxito, aunque ello pueda derivar en algún fracaso momentáneo.
¿Están los
profesores preparados para satisfacer las necesidades actuales o debemos
mejorar su formación?
Cada vez están mejor preparados
pero, aún así, debemos mejorar su formación básicamente en los
programas docentes de nivel universitario. Actualmente el principal problema es
que los profesores se limitan a repetir lo que se lleva haciendo desde hace 200
años.
En este
sentido, ¿qué cambios deben aplicarse?
Mi trabajo se basa en la idea de
que todo el mundo viene a este mundo con una contribución única a realizar, por
lo que los profesores deben enfocar su enseñanza en base a las contribuciones
únicas de sus alumnos y olvidarse de las cosas que los niños no pueden hacer.
Básicamente deben dejar de ver a sus alumnos como ganadores y perdedores y
observarles como personas que tienen algo que aportar. En este proceso, su
papel es ayudarles a encontrar sus fortalezas.
¿Cuál es el
papel de los padres?
Deben plantear muchas preguntas a
sus hijos para animarlos a probar cosas diferentes y permitirles renunciar si
no se lo pasan bien. No se trata de que se rindan de inmediato, pero sí
dejarles encontrar lo que les hace disfrutar. También considero importante
intentar no alentar el logro por la mera recepción de elogios al conseguirlo.
¿Cuál es su
opinión acerca del actual sistema educativo?
Pienso que no es bueno y que los
cambios se aplican muy lentamente. Soy un agente de cambio por lo que es
realmente frustrante ver cómo la gente acuna tan lentamente nuevas ideas y cómo
descubrimos con tanta lentitud nuevos métodos para inspirar a los niños.
Debemos alejarnos del método basado en la memorización de hechos que luego los
alumnos deben repetir y volcar en un examen.
¿Qué
importancia tienen las nuevas tecnologías en este proceso de cambio?
Son muy importantes y creo que
pronto constataremos un gran paso adelante que ayudará a promover cambios. El
problema actual es que los profesores aún no han descubierto la manera de
cambiar el plan de clase utilizando estas herramientas, sino que sólo las
utilizan como un valor adicional.
Finalmente,
¿cómo imagina la educación dentro de cinco años?
Desafortunadamente, cinco años en
el sistema escolar no es mucho, pero imagino la escuela más personalizada. Algo
como puede ser, por ejemplo, una experiencia de compra online. La educación
tiene la oportunidad y la capacidad de hacer lo mismo por lo que se refiere a
la personalización de los objetivos de aprendizaje.
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Fuente: http://blog.tiching.com
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