Queremos
que nuestros hijos se conviertan en personas con un talento artístico especial.
Desde pequeños, los inscribimos en cursos y talleres de capacitación. Una de
los métodos más exitosos en el desarrollo de talentos es el método Suzuki.
Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
El
debate sobre si el talento nace o se hace ha dado mucho qué hablar. A mediados
del siglo XX, el maestro de violín Shinichi Suzuki propuso un método de
enseñanza para alentar el aprendizaje temprano. Casi 70 años más tarde, muchas
de sus experiencias han sido aplicadas en otros escenarios de educación más
allá de la música.
Shinichi
Suzuki (Nagoya,1898-Matsumoto,1998) fue un violinista, pedagogo, filósofo y
humanitario japonés que revolucionó el mundo pedagógico con su método de
enseñanza. La base que sustenta su sistema de enseñanza considera que la
habilidad no es algo innato y que, por tanto, el talento puede ser fabricado.
Cualquier
niño es capaz de desarrollar habilidades superiores si se utilizan los métodos
correctos en su entrenamiento, “de hecho, todos los niños del mundo crecen con
un método educativo perfecto: su lengua materna. ¿Por qué no aplicar este
método para enseñar otras facultades?”. Desde esta forma de ver las cosas,
Suzuki analiza las dinámicas de aprendizaje que permite a los niños hablar una
lengua a temprana edad. Si se logra aplicar las mismas técnicas a la enseñanza
de un instrumento musical, el resultado ¡podría ser similar!
La
base pedagogía del método Suzuki explora la capacidad cognitiva de
los niños.
Al igual que el aprendizaje de una lengua materna, pueden
desarrollar las bases
de un talento musical (y artístico) a tempranas edades.
La
dedicación continua y sistemática sostienen los pilares del método.
La
naturalidad con la cual los niños aprenden un idioma se traslada a la enseñanza
de los lenguajes artísticos. La escucha, la imitación y la repetición son los
ejercicios que permite adquirir el talento de manera natural.
La
psicóloga Anna Garí Campos destaca los ritmos de aprendizaje que el método
Suzuki dispone. El sistema diseñado por el maestro Shinichi Suzuki propone dos
tipos de lecciones: las individuales y las grupales. En la lección individual se trabajan elementos específicos para hacerlos
lo más fáciles posible. Por ejemplo, se trabaja la postura del cuerpo, el
movimiento del arco (en los instrumentos de cuerda, como el violín o el violonchelo), la colocación de
las manos (sobre el piano, sobre
el violín), el trazo en las artes
plásticas.
El complemente al trabajo
individual se logra a partir de las clases de grupo. En estas sesiones el niño puede compartir la música con los otros niños, reforzando todo
aquello que ha aprendido en la clase individual. Aprende a tocar junto con
otras personas, actividad que le obliga a desarrollar estrategias diferentes a
las utilizadas en la clase individual, por ejemplo, escuchar qué hacen los
otros, seguir el ritmo de
los demás, tocar más fuerte o más flojo según lo hace el grupo, etc..
A parte de esto, los beneficios sociales de las clases en grupo
(pasárselo bien con sus compañeros, recibir la valoración de los otros) son un
gran estímulo para practicar más en casa. La participación de la familia
respalda el trabajo realizado y motiva al estudiante a superarse cada día más.
El método
Suzuki concede una gran importancia al papel de los padres
en el
aprendizaje de su hijo. De hecho, se pide que cuando el niño
es muy
pequeño, uno de los padres acompañe en clase a su hijo y
el
profesor, formando de esta manera el llamado “Triángulo Suzuki“.
En
esta triple interacción se generan las condiciones adecuadas para formar el talento. En
el manual pedagógico elaborado por la Federación del Método Suzuki se resalta
que “el destino de los niños yace en manos de sus padres”. Y hace un llamado
explícito: “Padres, debemos motivar constantemente a nuestros hijos”.
“La mayor influencia que un niño puede tener
proviene del entorno de los padres cuya responsabilidad mayor en la consecución
de cualquier objetivo es la de infundir seguridad a sus hijos. Esta seguridad
se traduce en alimento, abrigo, educación y en una inmensa ternura. En la familia,
el padre o la madre y el niño ya tienen una relación establecida y desde antes
de empezar a tener clases formales, le dan la entrada en su relación al
profesor formando un equipo para que les guíe con el aprendizaje del
instrumento y les ayude a crecer a muchos niveles”. (Formación de
Profesores método Suzuki)
Shinichi
Suzuki era hijo de un fabricante japonés de instrumentos musicales. A pesar del
interés de su padre para que aprendiera a fabricar violines y continuar con el
emprendimiento familiar, el joven Shinichi experimentó la magia del violín.
Todo apunta a una pieza musical como la clave de la inspiración. El “Ave María”
compuesto por Frans Schubert e interpretado por Mischa Elman despertó el
impulso musical del maestro Suzuki.
Su
formación musical se inició en el conservatorio de música de Tokio para
completarse en Berlin. Tras su retorno a Japón inauguró un instituto de
enseñanza musical que pronto se convertiría en el Centro de Investigación de la
Educación del Talento, centro que en apenas 10 años logró en reconocimiento
internacional.
Su impulso por dotar de
oportunidades a los niños le permitió aliarse con la actriz Liza Minnelli y el
premio Nobel de la Paz, Linus Pailing, para promover el Instituto para el Logro
del Potencial Humano una organización sin ánimo de lucro que pretende mejorar
el desarrollo neurológico de niños que han sufrido una lesión cerebral.
El método Suzuki desarrolla un plan de trabajo
metódico. Primero se escucha la pieza que se debe interpretar. De esta manera el estudiante ya tiene una idea previa de cómo
tiene que sonar la pieza antes de tocarla. Escuchar la pieza de manera
reiterada, mientras sus padres le llevan en coche o cantando por la casa la
canción que él está estudiando en aquel momento. El siguiente paso consiste en
repetir e imitar la interpretación para adquirir los diversos matices que cada
obra propone.
Las canciones y obras que los
niños aprenden con el método
Suzuki son muy atractivas, de forma que motivan al niño a aprender otras
nuevas y así avanzar hacia obras más difíciles.
UN DECÁLOGO DE TALENTO
La Educación de Talentos, sintetiza
la psicóloga Anna Garí Campos, prepara las condiciones necesarias para el
desarrollo pedagógico:
·
El ser
humano es un producto de su medio ambiente.
·
Cuanto
más temprano, mejor. No sólo en la música, sino en todas las ramas del
aprendizaje.
·
La
repetición de las experiencias es importante para el aprendizaje.
·
Los
maestros y padres (el ambiente adulto humano) debe estar al nivel más alto y
continuar su crecimiento para proveer una mejor enseñanza para el niño.
·
El sistema o
método debe incluir ilustraciones para el niño, basadas en el entendimiento
del maestro del cuándo, qué y cómo.
El
decálogo del método Suzuki requiere un trabajo de confianza, entusiasmo, amor
y respeto para lograr un aprendizaje exitoso:
1. Todos los
niños tienen talento.
2.
Paciencia, cariño y aliento
3. Comienzo
temprano (3-4 años)
4. El
corazón del método es la familia
5. Nunca
obligar, siempre disfrutar
6. Poco a
poco y sin prisa
7. Escuchar
8. Repetir
9. Practicar
y escuchar todos los días
10.
Educación global
Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
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https://yaldahpublishing.com/15-mejores-lugares-para-vivir-en-illinois/
ResponderEliminarCuanto más temprano, mejor. No sólo en la música, sino en todas las ramas del aprendizaje.