Recordamos el encuentro de Francisco con estudiantes de Cuba y
Estados Unidos. El Santo Padre destacó la labor de la educación como motor del
cambio. Expresó que “un pueblo sin
educación decae”. Y alentó a los jóvenes para “educarnos entre nosotros,
no esperar a que los gobiernos se pongan de acuerdo”.
El reciente viaje del Papa Francisco a Estados
Unidos y Cuba ha llenado muchas hojas de información política. La participación
del Santo Padre en las negociaciones para el desbloqueo del embargo ha sido
noticia mundial. En un plano más discreto, también se ha alentado un encuentro
entre estudiantes de ambos países. “Una de las cosas más lindas es la amistad
social. Eso es lo que a mí me gustaría que ustedes logren” remarcó en uno de
los pasajes Francisco.
Los estudiantes que participaron en el encuentro
comprenden edades entre los 15 y 25 años. La Red Scholas impulsó el encuentro
como una forma de construir puentes y ayudar a la búsqueda de soluciones. Junto
a Scholas, el encuentro tuvo el apoyo de UNICEF, el centro memorial Dr. Martin
Luther King y la CNN para facilitar el encuentro entre todos.
En el encuentro con los estudiantes, Francisco
destacó la labor de la educación como motor del cambio. Expresó que “un pueblo
sin educación decae”. Y alentó a los
jóvenes para “educarnos entre nosotros, no esperar a que los gobiernos se
pongan de acuerdo”.
La participación de los estudiantes planteó como
un tema central de reflexión común la problemática del medio ambiente. Se habló
de la importancia de recuperar los espacios verdes en las zonas urbanas como
forma de mejorar la calidad de vida de las nuevas generaciones. También se
conversó sobre la desigual distribución de la riqueza y el efecto que tiene en
la vida en sociedad. Francisco recordó un pasaje de la encíclica Laudato Si
para alentar a los jóvenes a recuperar el protagonismo que tienen en este
campo. “Hay que empezar desde la juventud.
Hacerse cargo del medio ambiente es
cuidar la casa común”, recordó el Papa.
A lo largo del encuentro, los estudiantes fueron
conversando sobre diferentes aspectos de su vida cotidiana. Ramón, un joven
cubano, comentó al Santo Padre la dificultad en la que viven los pobres y
marginados en la isla. Incluso, le invitó a rezar para que el embargo que rige
sobre Cuba sea levantado por Estados Unidos.
Francisco, atento a la solicitud,
recalcó su compromiso de hacer todo lo posible: “construir puentes,
desbloquear, todo para que haya comunicación”. Y de manera puntual, convocó a
los jóvenes para fortalecer los lazos de amistad social entre los pueblos, “eso
es lo que me gustaría que logren ustedes”.
Un momento intenso de la conversación se centró
en la reflexión sobre el liderazgo. Se destacó el papel del Papa como un líder
profético no solo para los católicos, sino para todas las religiones y
gobiernos. Francisco abordó el tema del liderazgo y calificó de buen líder a aquel que es capaz
de promover y generar nuevos liderazgos. “El verdadero liderazgo es fecundo”
sentención. Y, centrándose en la experiencia de los jóvenes participantes, les
aleccionó al confesar que “cada uno de ustedes tiene una semilla de liderazgo”
e invitarles a ser luz de paz y amor en sus comunidades.
Para cerrar el encuentro, Francisco reafirmó el
mensaje de paz con un sencillo gesto. Mostró un proyectil que le fue entregado
un joven cuyo país está en guerra. Lo enterró junto a una planta de olivo, al
tiempo que rezaba para que sembremos paz y encuentro haya donde el conflicto se
quiera imponer.
Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"
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