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El teatro aporta una
interesante variedad de recursos pedagógicos en el aula. A través de las
puestas en escena se trabajan múltiples competencias en los estudiantes.
Facilita el aprendizaje de una segunda lengua a partir de su narrativa propia.
Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
Todos consideramos el teatro como un
arte que combina discurso, movimiento, música, sonidos, gestos y
escenografía para representar historias, mostrar conflictos o
compartir ideas, emociones y sentimientos. La pedagoga María
Dolores Gala sugiere ver en el teatro “una metodología capaz de
aprovechar las ventajas pedagógicas de la dramatización, entendida ésta no sólo
como un apartado incluido en el Área de Expresión Artística, sino como un
sistema de comunicación en el que se integran todas las formas de expresión,
verbal y no verbal y desde el que sea posible globalizar todas las áreas,
artísticas y no artísticas”.
Gala enmarca el actuar educativo actual como un reto “para
educar en la novedad, para ser capaces de adaptarse y dominar las tecnologías
que dan acceso a la información”. El actuar educativo prepara al estudiante
para afrontar los permanentes cambios que se viven en la sociedad, tanto en el
componente profesional como humano.
Las nuevas corrientes pedagógicas entregan el protagonismo
educativo al estudiante. Él es quien debe explotar sus potencialidades dentro
del marco educativo. Sin embargo, el sistema educativo se mantiene aferrado a
un sistema tradicional de enseñanza. “La escuela primaria sigue dando tanta
importancia a los contenidos memorizados, olvidando aspectos tan importantes
para la educación del ser humano como la creatividad y la asertividad”,
sentencia Gala.
El teatro se convierte en un poderoso recurso pedagógico aplicable
al desarrollo de múltiples áreas: la expresión corporal, la
creatividad, las habilidades sociales, la lengua, la historia, la literatura.
La dramatización de un contenido determinado favorece el
aprendizaje
creativo utilizando una metodología de carácter lúdico y dramático.
El dinamismo de una puesta en escena permite a estudiantes y docentes
la
posibilidad de desarrollar su actividad de manera eficaz. Es necesario
que los
estudiantes se apropien del contenido para trabajar su dramatización.
De este
modo, se logra la motivación intrínseca tanto para organizar
la actividad como
para asimilar e investigar el contenido asignado.
El juego dramático se proyecta como una dinámica agradable
para los estudiantes, incluso para los más desintegrados, o especialmente para
ellos. Parece un error no aprovechar estas ventajas pedagógicas de la dramatización
en la escuela.
Para la pedagoga Susana Nicolás Román, de la Universidad de
Almería (España), el teatro refuerza competencias básicas como aprender a aprender,
la competencia social y ciudadana, autonomía e iniciativa personal, y de forma
más específica, la competencia artística y cultural:
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Competencias comunicativas.- la capacidad expresiva
del teatro es indudable. Tanto desde la oratoria como desde la narrativa, el
estudiante activa múltiples contenidos curriculares. Si además se integra la
actividad con el desarrollo psicomotriz (por ejemplo el baile) se considera
como una actividad integral.
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Competencias
sociales.- comprende el
conocimiento y las destrezas necesarias para abordar la dimensión social.
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Competencias
pragmáticas.-
la organización de una puesta teatral (ya sea a un nivel avanzado como para la
participación en el aula) requiere un trabajo grupal y productivo.
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Competencias
interculturales.-
permite desenvolverse
en una situación de comunicación intercultural donde el hablante es capaz de
desarrollar sensibilidad o empatía hacia culturas extranjeras
La dramatización, puede desarrollar estrategias de enseñanza
a partir
de situaciones problematizadas y con fuerte carga lúdica, de manera
tal,
que generen un trabajo afectivo en grupos operativos, que facilite
situaciones
de práctica de la creatividad individual y colectiva motivando el
aprendizaje
de contenidos diversos y la captación intuitiva de habilidades
sociales (asertividad, autoestima, tolerancia, cooperación y responsabilidad).
El teatro, de acuerdo a Nicolás Román, “plantea la
posibilidad de desarrollar todas estas competencias en una sola actividad
integradora. Los estudiantes trabajan en equipo siendo ellos mismos los protagonistas
de su aprendizaje”.
La versatilidad de la puesta en escena como metodología de
trabajo se adapta a la propuesta educativa más actual. María Dolores Gala
defiende su aplicación en el aula puesto que “persigue el doble objetivo de ser
productivos y ser formativos,
abarcando
a la vez la socialización y la actitud de vida creativa”.
La plasticidad que el juego dramático suma al proceso
pedagógico libera todo el potencial creador que posee el estudiante; reconoce
en toda la plenitud el potencial humano y activa la educación de las
habilidades sociales.
Históricamente, el teatro se ha caracterizado por su valor pedagógico.
En diversas
culturas, las escenificaciones públicas aportaban una función
social educativa.
Es llamativo como el entorno escolar ha desoído su
potencialidad como recurso
didáctico.
Desde la perspectiva expresada por Susana Nicolás Ramón, el
sistema educativo fuerza al maestro a seguir unas pautas rígidas propias de la
educación tradicional (basada en el aprendizaje mediante libros y el refuerzo
memorístico) y le presenta problemas para poner en práctica una enseñanza
dirigida a la comprensión y al desarrollo de la creatividad del estudiante, por
supuestas exigencias del currículo. Esta limitante frena la renovación de
dinámicas en el aula.
A la larga, la falta de innovación pedagógica limita “los
medios de expresión verbal y sobre todo gestual, en base a normas de “buena
educación”, imponiendo la autocensura, reduciendo la expresión lo más posible a
un sistema verbal y gestual estricto, de normas rigurosas”, concuerda Gala.
Amabas autoras animan a los docentes para aprender primero técnicas
de la expresión dramática y utilizarlas correctamente en su trabajo de aula. La
máscara inherente al proceso teatral favorece en gran medida la desinhibición
así como el desarrollo de relaciones personales a un nivel superior.
UNA
EXPERIENCIA DE INTEGRACIÓN
El
Colegio Público de Educación Especial “La Alegría”, acoge a niños y jóvenes
de entre los 3 y 21 años, con deficiencia mental y problemas físicos,
sensoriales, de salud, conductuales y sociales asociados. La labor educativa
que se realiza incluye contenidos de relaciones interpersonales, autocontrol,
conciencia social y trabajo en grupo, habilidades necesarias para establecer
relaciones sociales satisfactorias. Por estas razones, se vio la necesidad de
llevar a la práctica un proyecto que mejorara las competencias sociales de
los estudiantes y que contribuyera a mejorar su calidad de vida.
El
proyecto se desarrolla a través del teatro, incluye todas las áreas de
aprendizaje y a toda la comunidad educativa. Cada obra es la culminación y
exteriorización de un proyecto, que impregna la dinámica, los objetivos y
contenidos del colegio. Cada proyecto está relacionado con un tema específico
que permite guiar las programaciones didácticas; obras teatrales; elaboración
de material, disfraces y escenarios de la obra, donde los diferentes ciclos
se reparten el trabajo a realizar teniendo en cuenta el nivel y
características de los estudiantes; ensayos de la obra partiendo de la
interiorización y comprensión del tema; organización de ensayos de bailes y
escenas en clases de música, psicomotricidad y habilidades sociales y
elaboración de un folleto ilustrado por
los estudiantes, que refleje el argumento de la obra, recogiendo el
material elaborado en las aulas.
La
promoción de la salud está presente en todo el proyecto a través de las
líneas de hábitos higiénicos, alimentación, actividad física, medio ambiente,
salud emocional, convivencia y actividades sanitarias específicas. La base de
la formación para los estudiantes es el aprendizaje de hábitos, de forma que
con el tiempo se generalicen en su vida diaria y sean capaces de tomar
decisiones que les den mayor autonomía y calidad de vida. La representación
de cada obra de teatro, como culminación de un proyecto, ha conseguido
mejorar la autoestima y la concepción que la sociedad tiene de estas niñas y
niños. Otro logro alcanzado es el cambio de actitud de la misma sociedad. De
esta manera se logra no solo la adquisición de contenidos conceptuales, sino
también fortalecer las competencias necesarias para su desarrollo personal,
social y emocional. El teatro como recurso didáctico, medio de integración y
convivencia y desarrollo de la salud emocional
Fuente: Redacción "Diálogo Educativo".
Una producción de la Fundación Casa Editorial Bienaventuranzas
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