DESIGN FOR
CHANGE propone un nuevo sentido de la educación. A partir de una experiencia
familiar, la diseñadora india Kiran Bin Sethi ha aplicado las claves del diseño
al proceso educativo. El error se convierte en una oportunidad de aprendizaje,
afirma. El modelo se aplica en 35 países.
ACCEDE AQUÍ A NUESTRA REVISTA DIGITAL
ACCEDE AQUÍ A NUESTRA REVISTA DIGITAL
Todo comenzó
una jornada al retornar del colegio. Raag, el hijo de Kiran, llegó triste de su
escuela. Se había esforzado para elaborar una redacción sobre las vacas. Sin
embargo, la calificación del docente no valoró el esfuerzo y le devolvió una
pésima calificación. Para Raag, de sólo 5 años, eso suponía un mensaje rotundo:
“no puedo”.
Kiran Bin
Sethi se sintió desolada al descubrir el desánimo de su hijo. En ese momento
consideró la necesidad de proponer un modelo educativo que despertase las
capacidades de los estudiantes. Como diseñadora, creía firmemente que “cada
situación no es un problema, sino una oportunidad”. Quería implementar esa idea
en la educación.
En 2001
inició su proyecto educativo Design for Change desde el centro educativo
Riverside School, en la India. Su modelo educativo rescata los cuatro pasos del
diseño como eje de la formación académica. Quiere, ante todo, posicionar al
estudiante como el centro de la educación, hacerle creer y crecer en sus
posibilidades.
“La visión era la
sencillez: todos los días tendríamos que conseguir que nuestros niños creyeran
que podían. Que tenían este súper poder de “yo puedo”, no para
navegar en el mundo, sino para darle forma y hacerlo mejor”, cuenta Kiran.
El proceso de formación
trata de despertar la creatividad de los estudiantes en cada una de las
dinámicas de aula. El “yo puedo” que desea inspirar está vinculado al desarrollo
de capacidades. Dentro del aula, aplica la lógica del diseño en cuatro pasos:
- Sentir: entender el presente y la situación, no se puede hacer algo sin entender lo que está sucediendo y detectar las necesidades más importantes. Así, se debe empezar con la empatía, algo que se ha perdido bastante en la educación.
- Imaginar: una vez que se cree que es posible hacer algo mejor, viene la imaginación, las ganas de idear algo que solucione un problema. Está acompañado de la responsabilidad ética del cambio, donde no se puede culpar más al sistema, al profesor, a la política o al gobierno. Es momento de que uno se haga cargo del desarrollo personal.
- Hacer: se suele imaginar mucho en las clases, como
ejercicio, pero se lleva poco a la realidad, al hacer. La idea es
ejecutar, poner ese cambio en acción y en eso se mide la excelencia. Es importante
inspirar a los niños a que desarrollen este concepto en vez de la
perfección.
- Compartir: luego de haber generado un impacto con
el proyecto, hacer que las otras personas sientan que también pueden
lograr cosas, llevar las ideas para inspirar a los demás, elevación.
El modelo educativo Design for Change se identifica por estos cuatro
pasos que van de la mano de 4 valores fundamentales para la vida: empatía,
ética, excelencia y evaluación).
El proyecto se inició con sólo 25 estudiantes. El crecimiento de Desing
for Change ha sido exponencial. Actualmente, esta metodología alcanza a más de
25 millones de niños a lo largo de 35 países. Y tan solo en 15 años. En Chile,
uno de los países que ha implementado esta pedagogía en algunos colegios ya se
destacan los resultados. Para Natalia Allende, una de las iniciadoras, Desing
for Change “es un modo de enseñar, pero sobre todo, un modo de ver la vida y de
entender a los niños”.
El detonante que alumbró a Kiran para revolucionar la educación partió
del sistema de calificación. El docente dispone de la autoridad, muchas veces
arbitraria, de evaluar a los estudiantes. El éxito, confiesa Kiran Bin Sethi,
se mide de acuerdo a las calificaciones y no considerando el progreso de las
personas.
Los niños tienen un potencial de aprendizaje increíble. Su capacidad de
descubrir y experimentar el mundo que los rodea resulta asombrosa. Al llegar a
la escuela, el sistema cambia el proceso. El profesor se convierte en el
garante de la verdad y evalúa el desempeño de los estudiantes de acuerdo a
parámetros de bien y mal. En definitiva, coarta la libertad de los estudiantes
y les involucra en un sistema de obediencia. “Los profesores deben hablar menos
y comenzar a escuchar a los niños”, sentencia Sethi.
El método Desing for Change considera cada situación como una oportunidad
para generar aprendizaje. No es aceptable la idea de error o fallo. La
diseñadora india valora que “nuestros niños deben remover la palabra pero de
sus vocabularios”. Cada actividad de
aula permite al estudiante imaginar una forma de conquistar una meta. Y se debe
proponer tantas alternativas como sea necesaria para solucionar cada situación.
Como expresa su fundadora, el error es un constructo social.
En estos quince años de experiencia, los logros alcanzados por el
programa han sido notorios. Destacan las experiencias impulsadas en La India
donde los estudiantes organizaron un negocio de joyería que sirvió para
financiar actividades en el hospital para niños con cáncer, o la iniciativa de
un colegio en Brasil para limpiar las playas de su región. El modelo educativo,
valora Natalia Allende, incita a los estudiantes a ser agentes de cambio, solo
se requiere que los adultos insistamos en convencer a los niños de que ellos pueden
lograrlo.
Estamos perdiendo
nuestra habilidad de hacerle creer a nuestros niños que ellos pueden hacer del
mundo un lugar mejor", reflexiona Kiran.
ACCEDE AQUÍ A NUESTRA REVISTA DIGITAL
Fuente: Redacción "Diálogo Educativo"
ACCEDE AQUÍ A NUESTRA REVISTA DIGITAL